Cuando vi a Trevor caminando hacia mi fuera de la escuela en la mañana pensé que era extraño. En general no se me acercaba si había otras personas cerca, y a esa hora estaba lleno de estudiantes por todos lados. No fue hasta que vi su expresión y la fotografía arrugada en su mano que supe que había ocurrido algo malo, pero no me esperaba el golpe.
Llegó como una avalancha; una fracción de segundo antes sentí que algo se acercaba, y antes de poder reaccionar el puño de Trevor chocó contra mi rostro, haciendo que mi oído retumbara y que la lengua entre mis dientes sangrara. Tragué saliva para no dejar caer lágrimas, pero no estaba seguro de que estuviera funcionando. Mi mejilla ardía y latía bajo el calor del golpe, pero antes de que pudiera reaccionar, Blas y Trevor estaban peleando frente a nosotros. Un grupo de estudiantes se congregó a nuestro alrededor, mientras mi novio pateaba al chico que me gustaba en el suelo, y todo por una foto que apenas había podido mirar, y que definitivamente no había tomado (¿Cómo, si estaba en ella?). Intenté detener a Trevor para que Blas escapara, pero era muy fuerte, y por más que trataba mis brazos apenas lo detenían; estaba enajenado, su rostro desfigurado de rabia, y si no hubiera sido porque el maestro de historia llegó en ese momento, quizás le habría hecho verdadero daño.
Luego de que ambos pasáramos por la oficina de la directora, Blas me llevó hasta su auto, para ir a casa. Quería que le revisaran la mano que se había lastimado, pero me daba miedo que mamá me viera en el hospital y me preguntara qué había ocurrido. Sabía que se daría cuenta más temprano que tarde, pero al menos aún contaba con algunas horas para pensar en una explicación lógica. Algo que no hiciera que quisiera ir a 'decirle unas cuantas cosas' a los padres de Trevor. No quería que se entrometiera, porque, aunque tendría buenas intenciones, sabía que eso terminaría trayéndome aún más problemas. No hablamos en el camino a mi departamento, pues cada uno tenía demasiado en qué pensar, pero me la pasé todo el viaje mirando la mano de Blas sobre el manubrio, asegurándome de que pudiera moverla bien. Cualquier cosa para no pensar en aquella fotografía, y en el lado derecho de mi rostro, que todavía me dolía.
Subimos las escaleras en silencio, y la puerta se abrió con el chirrido de siempre. Apenas cerré la puerta tras de mí, me largué a llorar en el sitio. No me había dado cuenta de lo asustado que estaba hasta que me sentí seguro en casa, y entonces ya no pude guardármelo más. Blas me abrazó con cuidado, y pensar que estaba estropeando su camisa me hizo llorar todavía más, porque sabía lo mucho que le importaba su ropa. Luego recordé que su camisa ya estaba arruinada, ya que lo habían golpeado por culpa mía.
—Tranquilo —susurró, mientras me acariciaba la espalda—. Ya estás seguro.
Lo abracé más fuerte, como había querido hacer cuando terminó la pelea. Me sentía tan bien entre sus brazos que esperaba que no me soltara nunca. Sabía que no podía protegerlo, y que lo había metido en problemas, pero pensaba que si podía mantenerlo allí, en mi portal, abrazándome, todo estaría bien.
—Vamos, deja de llorar —me animó, levantándome la barbilla para que lo mirase—. Mira, se corrió todo tu delineador.
—Lo siento mucho... —fue todo lo que pude decirle sin ahogarme.
—Ven aquí.
Comenzó a darme besos en la frente, y luego por todo el rostro, provocándome una ligera risa. Continuó así por un rato, hasta que yo mismo lo tomé y le planté un beso en los labios, cansado de que me dejara con las ganas.
—¿Sunny?
Esa voz... se suponía que no había nadie en el departamento.
—¿Papá? —no podía ser— ¿Qué diablos haces aquí?
—Eso es lo que debería preguntarte —dijo, y le dio una buena mirada a Blas—. ¿Quién es este?
Iba a responder que era obvio, pero en ese momento mi madre salió de su habitación, con el uniforme del hospital aún a medio abotonar.
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Parcialmente Nublado / ¡Ganadora Wattys 2021!
Teen FictionLa vida le sonríe a Sunny, un chico risueño que ha vivido toda su vida en un pequeño pueblo costero que recientemente ha ganado popularidad entre los turistas. Él y Violeta son los mejores amigos desde que tienen memoria, y aunque sus vidas no siemp...