—¿Sabías de esto? —preguntó Sunny mirando la cama matrimonial de nuestra habitación.
—Ya hemos dormido juntos —dije, tirándome sobre el colchón, exhausto—. No te hagas el sorprendido ahora.
—Pero eso fue en mi casa, con toda mi familia allí —dijo, echándose al lado mío—. He leído suficiente fanfiction para saber que el hecho de que sólo haya una cama termina en algo para lo que no estoy listo.
—¿Debería preguntar?
—No —dijo él—. Sólo no te hagas ideas raras.
—Parece que no soy yo el que tiene que preocuparse de eso —bromeé, y me acosté sobre mi costado para mirarlo.
—Olvida lo que dije —él también se volteó. Tenía las mejillas teñidas de rojo, como era habitual en él—. A veces hablo sin pensar.
—¿A veces?
—Te golpearía con esta almohada —dijo tomando una y abrazándola—. Pero estoy cansado. ¿Pedimos servicio a la habitación?
—¿Con qué dinero? Me gasté lo último en comprarte comida.
—Vi me dio dinero —dijo, sacándose algunos billetes del bolsillo—. Soy su chico consentido.
—Creí que eras mi chico consentido —dije, y sentí mi cara más caliente que la suya—. Olvídalo, a veces digo cosas sin pensar.
—Desearía que lo hicieras más —murmuró, pero pretendí no escucharlo. Habíamos estado jugando al tira y afloja desde hace días, y me estaba cansando.
—¿Qué quieres comer? —pregunté, levantándome para usar el teléfono—. ¿Dulce, salado?
—¡Ambos! —dijo poniéndose de pie el también. Para qué me molestaba en preguntar, no lo sabía—. No te voltees, voy a cambiarme.
—Está bien.
La primera vez que me había dicho eso, en el lago, le había hecho caso. Pero que me lo dijera de nuevo en ese momento... me parecía un poco injusto. Técnicamente, si lo estaba mirando a través del reflejo de la ventana no contaba como hacer trampa. Y aunque tenía que ser discreto, puesto que se daría cuenta si me quedaba viendo fijo 'hacia afuera' no pude evitar mantener mi mirada en él por un momento más de lo que era prudente. A pesar de que yo mismo trabajaba mucho mi cuerpo, no me importaba como fuera el de los demás. Bueno, quizás en un principio lo había juzgado, pero ahora no veía cómo había sido capaz de eso. Quizás era cierto que cuando querías a alguien, lo único que podías ver era lo atractivo que era. O quizás siempre había tenido un punto débil por los chicos rellenitos y no había querido aceptarlo. O quizás debía dejar de preguntarme tantas cosas y tan sólo disfrutar de lo que estaba viendo.
—¡ESTÁS MIRANDO! —gritó Sunny, y sólo entonces me di cuenta de que sus ojos estaban mirándome fijo.
—Lo siento —traté de disculparme, pero cometí el error de darme la vuelta y Sunny me arrojó su chaqueta encima— ¡Auch! Me diste con el cierre.
—Te pasa por mirón —estaba enfadado, eso se notaba. Pero también muy avergonzado, y eso se le notaba aún más—. Ya, deja de verme así.
—No tienes nada de que avergonzarte —intenté decirle, pero no quería oír nada que tuviera que decir.
—Eso no lo decides tú —dijo—. Y, de todas formas, estoy cansado. Estaré jugando en mi teléfono hasta que llegue la comida.
Dicho esto, se puso sus audífonos y se metió en la cama. Ya estaba, lo había echado a perder. Vi me había advertido sobre su mal carácter, pero para ser justo, había traicionado su confianza. De todas maneras, me metí bajo las mantas junto a él e intenté tocar su pie con el mío, pero lo apartó, dejándome en claro que no quería nada de mí. Decidí esperar a después de que comiera para intentarlo de nuevo, cuando estuviera de mejor humor, así que me dediqué a ver la televisión y cuando tocaron a la puerta, me levanté a recibir el servicio a la habitación.
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Parcialmente Nublado / ¡Ganadora Wattys 2021!
Teen FictionLa vida le sonríe a Sunny, un chico risueño que ha vivido toda su vida en un pequeño pueblo costero que recientemente ha ganado popularidad entre los turistas. Él y Violeta son los mejores amigos desde que tienen memoria, y aunque sus vidas no siemp...