#24: Calidez

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Con todo lo que había ocurrido, había olvidado por completo que Marianne y yo teníamos una cita el viernes, una cita de vestuario para la que no tenía prácticamente nada listo. Por suerte, mi ansiedad me despertó alrededor de la una de la mañana de ese día con la palpitante sensación de que estaba olvidando algo, y cuando vi la fecha en mi celular, caí en cuenta de lo que era. Me puse mi kimono y mis pantuflas y comencé a trabajar sin parar hasta que fue la hora de alistarme para la escuela. Lo único bueno fue que Sunny tampoco estaba durmiendo bien, y se pasó gran parte de la noche haciéndome compañía mientras mirábamos Bake-off simultáneamente. Horas después, estaba exhausta: me había pasado la semana entre clases, cuidar a mi abuela y visitar a mi mejor amigo en su casa, y aunque había avanzado durante la noche, no tenía mucho listo para mostrarle a Marianne aquella tarde. Lo que haría, decidí, sería volver a casa después de almuerzo, saltarme biología y avanzar un poco más. También arreglarme un poco antes de que ella llegara; siempre iba muy bien vestida, peinada y maquillada, y con tan poco tiempo aquella mañana, mi aspecto estaba lejos de ser tan fabuloso como el resto de los días, y no quería que pensara... no sé, que no me esforzaba lo suficiente o algo por el estilo. Tenía que cuidar mucho mi apariencia si quería que me siguiera contratando como diseñadora.

Una de las ventajas de que te llevasen en auto a la escuela era que rara vez llegabas tarde, así que incluso saliendo algo después de lo normal, el salón estaba casi vacío cuando entré con mi termo entre las manos y mi bolso colgado del hombro. Me dirigí a mi asiento y me puse a mirar uno de mis capítulos favoritos de un anime antiguo, mientras bebía mi té bien cargado esperando que me despertara al menos un poco. También me había llevado una manzana, porque había leído en internet que ayudaban a mantenerte despierto incluso más que el café, pero por el momento no me apetecía comer nada, así que la dejé sobre la mesa. La primera campana sonó y el lugar comenzó a llenarse. Como siempre, los demás pasaban junto a mi banco sin detenerse, o eso creí, hasta que alguien dejó su bolso sobre la mesa. Era de un color crema precioso, con la insignia de Dolce y Gabbana brillando en el centro. Marianne sacó de él un termo algo más pequeño que el mío, el estuche Kipling para cien lápices con el que llevaba soñando toda la vida, y un cuaderno con tapas de cuerina blanca. Habíamos comenzado a pasar algo de tiempo juntas esta semana, y por eso

había olvidado a qué grupo pertenecía realmente. El ver todas sus cosas sobre la mesa me lo recordó como si un balde de agua fría se tratara. A pesar de eso, ella me sonrió como si nada de eso importara, y en ese momento decidí que, si a ella no le afectaba, pues a mí tampoco.

—¿Qué estás bebiendo? —me dijo a modo de saludo.

Su novia, Amelia, estaba sentada con Rocha en el asiento dónde solía sentarse Lola, y esta última se había sentado sola más atrás, donde comúnmente se sentaban Marianne y Amelia. En tres años, aquello no había cambiado, pero esa mañana parecía ser diferente. Me di cuenta de que Marianne miraba a su novia con cierta tristeza, pero no hice preguntas. Al menos más tarde podría ayudarla a distraerse.

—Té de arándanos —respondí, dejando que lo oliera—. Tengo otra bolsa si quieres un poco.

—No te preocupes —dijo abriendo su termo y mostrándome el interior—. Yo traigo un latte de vainilla. ¿Quieres probar? Es de soya.

—Claro —le agradecí.

Tomé un sorbo con timidez, estaba delicioso, claramente hecho por alguien que sabía lo que hacía, pero no me atreví a beber más, especialmente cuando se me cruzó un pensamiento digno de una niña de once años: es un beso indirecto. Agradecí que bajo mi maquillaje no se me notara que me había ruborizado, porque Marianne y yo cruzamos miradas por un segundo, y me entró el pánico de que pudiera escuchar lo que tenía en la cabeza. ¿De dónde diablos había salido eso? La falta de sueño me estaba afectando.

Parcialmente Nublado / ¡Ganadora Wattys 2021!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora