Cap 52

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POV Normal

- ¿A...Amelia...? ¿¡PERO QUE DEMONIOS!? ¿¡Que te paso!? ¿¡QUIEN FUE!? ¿¡Com-...?- La chica le tapó la boca con el dedo.

- Shadow... vamonos.

- ¡No me iré de aquí hasta que me digas quién diablos te hizo eso!

- ¿Sabes...?... Tu.... ¿t-tu crees que soy una interesada?

-... ¿Qué?

-...

- Alguien te dij-

- Olvidalo... vamonos.

El azabache suspiró

- ¿A donde?

- Vamos al cementerio de la calle 16... necesito hacer algo.

El erizo la miro extrañado, tomaron rumbo hacia allá. La chica se tambaleaba un poco y cada vez que alguien pasaba cerca de ellos se la quedaba mirando. El veteado constantemente la tomaba de los brazos, sosteniéndola para que no se cayera, pero cuando la tocaba soltaba leves quejidos. Tenia las muñecas marcadas, y los ojos hundidos por haber estado llorando. En su pierna tenía el moretón que se causó al caerse por traer la manguera, y en la otra, un raspón un poco grande, al beber caído de rodillas por el cansancio.
Estaba un poco despeinada, y tenía la mirada perdida.
Estaba hecha un desastre.
Shadow la miro.
Se quedó congelado instantáneamente al recordar a la eriza llena de golpes, rasguños y moretones, dormida tranquilamente debajo de un árbol.
Sacudió la cabeza y miró al suelo.

- Fue Mephiles... ¿verdad?

La chica dejó de andar.

- No... fue mi padre.- Y siguió caminando.

-...- Él la siguió.

- Fue por el enojo... ¿verdad?

- No, fue por el dolor.

-... Fue por la pérdida material, ¿verdad?

-...- Guardo silencio, siguieron caminando hasta llegar al cementerio. Al estar al frente del portón para entrar mencionó.- No, fue porque sintió que conmigo... perdió hasta lo que ya creía extraviado... la esperanza.

Caminaron hasta un lote que el azabache no conocía, en un punto exacto, la chica se detuvo.
Se inclinó, tapó su cara y dijo con voz entrecortada:

- Hola, mamá... sé... s-sé que tu cuerpo no está aquí... pero... pero- Una lágrima se empezó a deslizar por el brazo derecho de la rosada- Pero... espero que al menos puedas escucharme.

El azabache estaba allí, de pie, sin entender nada de nada. Más sin embargo, guardaba silencio y mantenía una actitud de duelo, en forma de respeto a Amelia... y a quien fuera que le estaba hablando.

- Hoy tuve una riña con... mi papá... ¿Porque carajos lo escogiste a él?- Río mientras aún tapaba su rostro, y sus brazos se humedecian aún más- Jajaja... me dio miedo... ¡Me dio miedo!, Dios santo, ¡Me lleve un tremendo susto!, jajaja...- El chico se tomó esa noticia con sorpresa, sintiendo ahora que quería partirle la cara a ese tipo- Me dijo que era una interesada... creo que tiene razón...- Alzó su rostro- Pero... mamá... ¿Ahora a dónde iré a parar? ¿Qué será de Eva...? ¿Porque se enojó tanto? ¡Solo fue una cocina!... y dos ventanas- Volteo a mirar a su compañero con cara seria, luego, regreso su mirada a la piedra tallada- Pero... creo que le dolió más mi falta de interés que la pérdida material de la casa... Creo que no debí hacer eso... ¿Verdad?- Hizo una mueca de duda.- Agh, ¿A quién intento engañar? Soy un PÉSIMO intento de hija...

- El te dio una razón...- Intervino el macho.

La chica sonrió, y negó con la cabeza repetidas veces.

- Yo fui la razón.

- Rose... eso no es cierto.

- Oh, Shadow- El rostro de la rosada se humedecida, leves ríos iban empezando a marcar su tez, la sangre le enrojecida y calentaba los ojos, mientras esta solo podía ver a su compañero y más cercano amigo con una expresión de profundo pesar y dolor- Yo soy muchas cosas. Soy una mala hija, soy una mentirosa, soy una abandonada, soy una interesada, soy el producto de algo malo, soy el resultado de un engaño, soy una pésima cuidadora, soy un fallido intento de compañera... ¿Qué más puedo ser?

El azabache se agachó, quedando a la altura de la chica. Le corrió una pua de su rostro, y la colocó detrás de su oreja.

- Eres una amiga, una hermana, una hija, una trabajadora, una luchadora, eres una mujer fuerte, MI amiga, y a la que amo con mi alma, eres la razón por la cual caminaria kilómetros y kilómetros sin cansarme, solo para verte sonreír. Eres la amiga de mi hermano, por la cual, el correría kilómetros de kilómetros sin cansarse, solo para verte sonreír. Eres la hermana de Eva, la razón por la cual ella caminaria kilómetros y kilómetros sin cansarse, solo para verte sonreír. Eres Rose, MI Rose, nuestras Rose. ¿Qué más podrías ser?

Amelia lo miró, el la miró. Se miraron por un largo tiempo. Ella apartó la vista, dirigiendola hacia la roca que llevaba su apellido y el nombre de su madre, acompañado de un: "Sea recibida en el eterno paraíso".

- Como te dije, Shadow, soy muchas cosas... algunas de las que no me siento orgullosa, y llamada por títulos de los que no me siento dueña. ¿Como podría yo ser todo eso...? O al menos, tan bien como tú lo dices. Eh causado riñas, eh roto corazones, como el de mi padre, el esperaba una hija que lo perdonara, y aparezco yo, diciendo puras estupideces.

- Tu esperabas un padre... no un asesino, y aparece el, haciendo puras estupideces.

La chica río bajo.

- Tu esperabas una amiga, ¿puedes tú llamarme amiga? ¡Eh causado tanto desastre en ti y tu casa! ¡En tu vida y relaciones amorosas! Intento no entrometerme mucho en tus asuntos, pero de una u otra forma, allí estoy. Segura de que estoy molestandote pero incapaz de irme. Sigo ahí. ¿Como podrías llamarme amiga, si no soy más que un estorbo en tu vida?

Shadow río bastante alto por el comentario de la mujer. Tan alto, que esta llego a enfadarse un poco.

- Ay, Rose. Estas muy afectada, tanto llorar te secó el cerebro- La chica se indignó ante estas palabras- ¿Como podrías tu decir tal tontería? Dios, Amy, ¿Como podrias llegar a pensar eso? ¡Estas totalmente equivocada!- Dicho esto, volvió a reir- Me sacaste de mi agujero de amargura, me sentía solo, oprimido, contrariado con la viva actitud de Sonic, comparada con la mía. Estaba muy falto de comprensión, encerrado en un panorama que me comía desde lo más profundo, y se exteriorizaba mediante gruñidos y malos modos. Estaba cansado, era irritable e incomprendido por muchos. Nadie podía atravesar la máscara de enojo que me protegía de los golpes de la vida, esa máscara que utilice por tanto tiempo, que llegó a encarnarse hasta convertirse en mi cara. Nadie pudo atravesarla... nadie lo intentó. Entonces, llegaste tu, que poco a poco, fuiste removiendo mi vacío interno, fuiste llenando mi vida y convirtiéndote en mis pensamientos cada ves que alguien decia: "Felicidad". La alegría me recordaba a ti, la naturaleza, las copas más verdes de los arboles, la miel a tu dulce mirada y tu forma de ser. Las rosas a tu nombre. Y es que no hay nada que más se asemeje a ti, que una rosa. Desprendes el suave olor de una, y tu presencia es como el rojo vivo de los pétalos, llena todo el jardín, que por más oscuro esté, el color sangre de tu vida siempre resaltará. Eres mi rosa, la única que logró plantar sus raíces en mi corazón, la única que logró crecer con la árida tierra con la que lo llené, para evitar justamente que algo floreciera en él. Has germinado de una semilla, y te has convertido en la más hermosa flor que haya llegado a ver. Nunca serás menos que eso, y ni tu, ni nadie, tiene derecho a pensar lo contrario. ¿Oiste?

Amelia no tenía palabras... no las hayaba. Sus ojos estabas abiertos a más no poder, y su boca no se decidía entre sí sonreír o torcerse y llorar. No sé sentía merecedora de tales halagos, más sin embargo, el chico las había dicho con tanta convicción, que le costaba trabajo contradecirlo. Solo pudo encerrarse en el silencio, inclinarse y besar al azabache, que tomó su gesto con sorpresa, pero con satisfacción. El dolor de la mujer se fue apaciguando, hasta que lo único que sentía era un agradecimiento eterno y una paz que relajaba sus latidos y calmaba su mente.
Y allí fue donde ella confirmó sus sentimientos, lo amaba.
Lo quería junto a ella, y solo podía esperar que el también.
Nadie le había dedicado tales palabras con el corazón en la mano.
Y ella sabía que para el chico, nada de lo que dijo le era mentira.

Dos polos distintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora