Cap 45

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POV Normal

Ese mismo día antes de que Amelia saliera

El cobalto y la rosada se encontraban hablando en la cocina de la hembra.
Tras el accidente en las escaleras, los amigos habían procedido a comer juntos el desayuno antes de ir a despertar a la joven lince y que las dos marcharán al trabajo de la eriza.

- ¿Como es que cocinas tan bien?- El erizo hablaba con la boca llena, a lo que ella cerraba un ojo tratando de bloquear la vista que tenía ante su persona.

- Eh... pues, cuando era pequeña, al principio, mi mamá me enseñaba algunas cosas sobre la cocina. Al morir ella, me quedé con mi abuela, la cual me enseñó más sobre como cocinar. Pero ella también falleció, eso por la edad. Sin embargo, yo tenía 12 cuando eso pasó. Realmente, me dio una crisis emocional al sentir que todos los que estaban conmigo morían, y pues... escape de todo, o eso trate.- La rosada desvió la mirada.- Unas amigas de mi tía me contrataron para un negocio de vender café, ya que ellas pensaban que tenía el consentimiento de mi mamá. Y así hasta que cumplí 13, que un señor me contrató para ayudar a acomodar muebles de una casa. Así fue como empezó mi vida de decoradora de interiores. Me hice tan conocida debido a que los clientes quedaban muy satisfechos con los trabajos que hacía y mi jefe me fue haciendo más publica cada vez. En fin, en dos días voy a cumplir 15, por ergo, casi dos años de estar en el negocio de la decoración.

El cobalto la observaba con los ojos abiertos.

- Entonces... si entendí bien, ¿tu jefe, el del café te enseñó a cocinar para que pudieras trabajar de decoradora de interiores y sostener el negocio del restaurante de su tía, cuya abuela murió cuando tenía 15 por una crisis emocional?

- Qu...? Olvidalo, Sonic.

- Te lo dije toditico como tu me lo contaste.

- Solo faltó que dijeras que mi tía era mi abuela y que su esposo, el jefe del restaurante, decorará interiores para sostener a la familia.

- ...
Ya me confundí...

- ¿Porqué no me sorprende?

Después de un buen tiempo en silencio, debido a que a ninguno de los dos se le ocurría algo favorable para decir, la alarma que indicaba la hora de despertar a la lince sonó.
Medio asustada por el tono de la misma, paso el dedo por la pantalla para desactivarla.

- Bueno, este... creo que tengo que ir a despertar a Eva. Sino, voy a llegar tarde... y me tengo que duchar- La eriza bajo la mirada y extendió los brazos, mostrándose en pijama.

- Ah, sí, sí. ¿Y qué va a pasar....?

- ¿Contigo?- Termino la pregunta que el cobalto había dejado en el aire.

- Sí...

- Pensé que ya lo habíamos aclarado. Tu te quedas acá, sin tocar nada ni nada. ¿Vale?

- Este... ¿Sí?

- Estoy segura de que no me vas a hacer caso, pero ya qué.

Dicho esto, la rosada procedió a abandonar la habitación y dirigirse a las escaleras.
Poco tiempo después, el cobalto vio bajar a la eriza, mientras revisaba en su bolso y miraba desesperada hacia arriba de los escalones.

- ¡Eva, apurate!, ¡Cielos!.

Al rato, la pequeña lince bajó, arreglada con un vestido morado y una coleta que llegaba hasta la cintura de la misma.

- ¡Ya voy! Si tan lenta me consideras, ¿Para qué me invitas?

- Créeme que no es porque quiero.

- ¡Oye!

La mayor de las hembras hizo rodar los ojos, mientras dirigía su mirada al celular que había sacado previamente de su bolso.

- ¡Oh, cielos!, ¡Voy a llegar tarde! ¡¡Camina!!.

La eriza tomó a la joven del brazo, no sin, claro, cuidado.
La jaló hacia la puerta y estando a punto de cerrar para retirarse, se detuvo.
Miro hacia adentro de la casa de su padre y le dirigió una seria mirada al chivo que estaba tratando de contener la lágrimas de risa por la escena que las dos habían montado en la sala.

- Sonic, recuerda, si tocas algo... te romperé en pequeños pedacitos y tu alma será sacada de tu cuerpo. Pero si eso pasa, NO, LA, DEJARE, IR.

- Entendido, jefa

Dos polos distintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora