Cap 18

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POV Normal

El veteado azabache se hayaba en la planta baja, sentado en un sillón y conversando con la lince.
- ¿Quienes le pudieron hacer eso a Amy?- En su voz había pesadumbre, estaba sufriendo por la condición de su mayor.
- No lo sé, pero cuando me entere de quiénes son los desgraciados los voy a matar con el mejor arma que tenga en mi casa. Y los voy a ver felizmente mientras se desangran...-
- ¡¡Sr. SHADOW!!- La pequeña lo miraba horrorizada, con los ojos morados abiertos como platos.
- Bueno, pero nadie dice que no lo haré.
- Pues, aún no se sabe. Podrías ir mañana a solicitar si puedes ver las cámaras del parque en esa zona. Tan vez hayan grabado algo.
- Tienes razón.
- ¡Oh Dios mío!- La lince llevo las manos a su cara con un ademán de preocupación- ¡¡El pollo!!.
- Tu ve por el pollo, yo voy a subir a ver a Rose.

Pero la lince no lo escuchaba ya se encontraba en la cocina sacando a la negra e incinerada ave del horno.
El azabache subió las escaleras y entró al segundo cuarto, que correspondía al de la eriza, pero obvio, no sin tocar primero.
- Pasa- una voz dulce y aterciopelada dio acceso a su cuarto.
El erizo entró.
La rosada se hayaba con múltiples vendas en sus brazos y benditas en su cara. Algunas heridas seguían sangrando.
- ¿Como fue que pasó esto?- Quizo saber el oji-carmesí.
- No lo se. Solo recuerdo que estaba enojada, me fui a sentar en un árbol, me estaba, creo que, durmiendo y pues entonces sentí una presión en la boca, como si me la taparan. Luego no recuerdo nada, pero solo se que todo el cuerpo me duele, jejeje.- Miraba el suelo de su habitación de forma melancólica.
- Mañana iremos al parque a revisar las cámaras, a ver si encontramos algo que nos pueda servir para enterarnos de quienes te hicieron esto.
- Es una buena idea, gracias.
- Rose...
- ¿Si, Shadow?
- ¿Porque...?
- ¿Porque que?
- ¿Porque te enojaste tanto?
-...
- Rose...-
- No quiero hablar de eso, Shadow. No ahora.
- Pero...- el azabache guardo silencio cuando vio como los ojos de la rosada se ensombrecian y viajaban a memorias pasadas. Se notaba que estaba recordando el porque de todo el sufrimiento, constantemente daba pequeñas sacudidas, como si quisiera regresar al presente y dejar todo ese dolor a como estaba, en el pasado.
El erizo la sarandío un poco y su negativa abrió más los ojos, como si despertara de una pesadilla.
- ¿Puedo bajar?, quiero ver cómo va la fiesta.
- Rose, necesitas descansar. No te puedes estar moviendo tanto.
- Tonterías, estoy tan bien como un tejón cojo.
- ;-;
- Solo bajemos, por fa....- La eriza le hacia un ademán de súplica y lo miraba con ojitos de ternura.
- Agh- Suspiró el veteado- Esta bien, pero si se te vuelven a abrir las heridas te devuelves aquí inmediatamente, jovencita.
- Sip, señor padre, jejeje.
El azabache río bajo, y ayudó a la eriza a levantarse. Cuando se hayó en pie le soltó la mano para que andará por su cuenta. Dio un paso dificultoso, dos pasos...y se cayó.
- Mierd-*- La rosada se desplomó sobre el suelo, mientras se sobaba la pierna derecha.
El macho se agachó eh inspeccionó la pierna de la eriza.
Tenía demasiadas cortadas y moretones, un moretón en especial era más grande y morado. Una herida profunda sangraba sin cesar.
- ¡Eva!- Llamó el veteado, tras toda la preocupación que sentía por la eriza, dentro de él había una extraña calma y quietud que le ponía las púas de punta.
- Aquí estoy- dijo apareciendo por la puerta de la habitación.- ¿Que necesitan?
- ¿Podrías llamar a un doctor?, la pierna derecha de Rose no para de sangrar. Esta chica tiene demasiados glóbulos rojos :v. Para mi que cuando Dios hizo que el mar se volviera sangre la saco toda del cuerpo de ella- Dijo mientras señalaba a la eriza que relucia una mueca de dolor contenido mientras se sostenía la pierna.- Bueno, por favor, llama a un doctor o doctora, pero rápido.
- Si señor- dijo para desaparecer de nuevo y bajar a la sala.
- Ok, Rose. Solo no te la toques o el dolor solo empeorará, ¿ok?.
- Ok...
- Ya vuelvo, necesito traer algo de mi casa, llamaré a Sonic para que te cuide en mi ausencia. Esta abajo en la sala.
- Esta bien, pero deja la puerta abierta antes de que también la rompa.
- Si ok, después te pago la puerta y la ventana.
- No, está bien.
- Rose, yo lo pagó.
- ¡Que no!
- ¡Que si!
- ¡Que caiga el chaparrón!- Un erizo blanco apareció por el margen de la puerta.- Eh... ¿Hola?
- ¡Silver!- La rosada parecía emocionada y feliz con la repentina aparición de ese erizo plateado.
- Estaban gritando mucho y pues, pensé que estaban matando a alguien :v.
- Pues no, solo estoy descansando.
- ¿En el suelo, mientras te sostienes una pierna evidentemente fracturada? Me temo que no lograrás descansar demasiado.
- Bueno, estaba descansando.
- Ven, te ayudo- El plateado se acercaba a la eriza para ayudarla a levantarse, pero el azabache se interpuso entre los dos.
- Yo la ayudo, gracias- Dijo evidentemente desconfiado y receloso.
- Anda, que ni siquiera la pudiste ayudar a caminar sin que se cayera- Dijo en plan de broma, pero al erizo veteado no le hizo gracia alguna, de repente se sentía culpable por haberla soltado.
- Que yo la ayudo, puedes bajar.
- Shadow, no importa. Es mi mejor amigo, no tiene nada de malo que me ayude a levantar.
El macho oscuro suspiro y asintió con desacuerdo. Al pasar a su lado, el plateado le susurró algo al oído para que solo el pudiera oírlo.
- ¿Celoso?
La sangre inmediatamente le subió a las mejillas.
- ¡P-por supuesto que no!
- ¿Por su puesto que no, que?- Preguntó la eriza desconcertada mientras el plateado la tomaba del brazo y la ponía a medias en pie.
- Q-que...por supuesto que no se quemó el pollo, si eso- Dijo pensando rápido.
- Pues claro que no, Eva se encarga de eso y eh descubierto que cocina excelente.

<<Si supiera lo que le pasó a esa pobre ave...>> Pensaba el azabache.

- ¡Por fin me puedo parar!- La dulce voz de la eriza lo devolvió al presente. La miro. Se hayaba en pie, mientras hacía equilibrio para no caer. El plateado la miraba con las manos en sus bolsillos y una sonrisa.- Chicos, si no os importa, me quiero cambiar esta ropa llena de sangre, ¿os importaría salir de la habitación.?
- Claro, ya nos vamos, Amy
- Vale.
Y dicho esto los dos machos salieron de la habitación y cerraron la puerta tras de si.
- Así que...amigos, ¿eh?- preguntaba tratando de ocultar su molestia.
- Sip, es mi mejor amiga, ¿es tu novia?
Y otra vez la sangre le inundó cada rincón de la cara.
- N-no, yo ya tengo novia- Efectivamente, la eriza conocida por el nombre de María era la novia del veteado.
- Que lástima, ustedes hacen bonita pareja, jeje.

<<Piensa, Silver, más indirectas, ¡¡MÁS INDIRECTAS!!, ¡¡ESTE ERIZO ES MEDIO BRUTO!!>>

- Bueno, pues si. Rose es bonita y todo, pero creo que no congeniamos.
- ¿Porque ella es dulce y alegre y tu un amargado antisocial?
- ¡No soy un amargado antisocial!, solo soy reservado y no tengo un montón de "amigos".
- Osea...que eres un amargado antisocial.
- Como sea, y tu, ¿tienes pareja?- El erizo veteado trataba de cambiar de tema.
- Pues, sip. O más o menos. Se llama Blaze. Pero es un poquito...¿como se dice?...verdadera y extremadamente poco amorosa.
- Bueno, pues, que no demuestre siempre cariño no significa que no te quiera.
- Pue-*
- ¿¡Quieren callarse!?- Grito la eriza desde el otro lado de la puerta- ¡Estoy tratando de cambiarme como es debido, y me están distrayendo tanto que me puse la falda como blusa y la blusa como falda!
- Eh...¿perdón?
- No te esponjes, Rose. Ya nos íbamos.

Bajaron las escaleras y fueron a la planta baja. Ahí estaba Sonic, y el azabache recordó que debía traer algo de su casa. Llamó a su hermano.

- ¿Podrías esperar a que Rose salga y ayudarla a bajar hasta aquí?, necesito traer algo del apartamento. También necesito que la cuides, esta muy malherida, y cuando llegue el doctor llévala de nuevo a su habitación para que le hagan el chequeo y no olvi-*
- Si, Shadow, relájate hermano. Pareces más su padre o su novio que cualquier otra cosa.
- Solo me preocupa Rose, es todo.
- Y... a todo esto, ¿porque le dices "Rose"?
- Porque me parece menos infantil y cursi que "Amy".
- Ah, pues bueno. Adiós, te esperamos de nuevo dentro de poco.
- Adiós.

El erizo volvió a salir por el margen de lo que antes era llamada "puerta" y se apresuró a llegar a su casa.
Introdujo la llave en el cerrojo, pero se percató de que la puerta estaba entreabierta. La empujó en silencio y entró sigilosamente. Al estar en el margen de su pórtico, ya adentro se la sala principal, sintió el frío de un metal en su cien.

- Manos arriba, esto es un asalto.

Dos polos distintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora