- ¿¡Dónde rayos dejé mis maletas!?- Amy daba vueltas por toda la casa, su padre estaba a punto de llegar y ella no había salido aún.- Espera... ¿No estaban del lado de la puerta...? Demonios, soy tan estúpida.
La chica no había desayunado, de hecho, no había comido nada desde el día anterior, en la mañana. El cansancio de no haber podido dormir en la noche por el estrés y el hambre que ella se negaba rotundamente a aceptar en su estómago, le estaban empezando a quitar fuerzas y energía.
- Bueno... Hora de buscar casa... Otra vez.- Inquirio cuando empezó a bajar las escaleras hacia la planta principal.- Supuse que esto iba a pasar en algún momento, pero no tan... Pronto. Ni siquiera pensé que tendría que dejarla a ella...- Bajo su cabeza a la vez que las orejas- En fin, ahora eso no importa. Solo necesito encontrar un bue-* ¡¡AHHHH!!- En un traspiés, la chica quedó rodando por las gradas junto con sus maletas, las cuales le golpeaban los brazos, piernas y cabeza cuando caía. Cuando llegó al último escalón, estaba empezando a alucinar.
- Michi... ¿Eres tú?- dijo con los ojos desorbitados, refiriéndose a una aparición de un gato- Espera... ¿Quien carajos es Michi? ¡Yo no siquiera eh tenido gatos!- Se levantó tambaleándose y sacudiendo un poco la cabeza. Al mirar de nuevo, la imagen había desaparecido.- Vaya.... ¿Cómo sigo viva...? Creo que me estoy empezando a hacer inmortal.
La chica se dirigió a la puerta principal, dispuesta a irse para siempre de aquel lugar, y rezando con todas sus fuerzas para no toparse con su padre en el camino. Antes de girar la perilla, echo un último vistazo a lo que se había convertido en un tipo de casa para ella. Ya que, si no hubiera sido por que Mephiles les dejo vivir allí, habrían tenido que pasar por esta situación desde ya vario tiempo atrás.
Suspiro con pesar, aún sintiéndose culpable. Y en un momento de reflexión, pensó.<<Ja, ja, que irónico- se dijo a ella misma- Lo que me llevo a quemar la cocina fue mi distracción por la situación de Eva, y ahora, tuve que entregarla a costa de mi estupidez. En resumen, lo que me preocupaba llegó a hacerme cometer lo que quería evitar.>>
Desvío su mirada hacia la puerta, de nuevo, tomando fuerzas para abrirla y dejar atrás los recuerdos que allí se habían formado, tanto con Shadow como con Eva. Y hasta con Mephiles.
La chica se sintió culpable de nuevo, lo que más le había dolido a su padre fue su falta de interés real, su hipocresía. Hasta ella se repudiaba cuando reviva aquel momento en su cabeza. Pero no podía evitarlo, sabía que nunca sentiría verdadero interés por quien le había destruido la vida de pequeña. El le había puesto la vida abajo. Había destruido todo buen recuerdo de su infancia, y hasta llegó a hacer que odiara su propio nombre.No, simplemente era incapaz de quererlo.
Empezó a jalar sus maletas, saliendo por el pórtico. Abrió la puerta y así mismo la cerró detrás de ella.
No miro atrás mientras recorría el largo sendero del jardín, solo aspiró el leve olor a claveles y margaritas que este le ofrecía.
Ya había escavado lo suficientemente profundo en sus pensamientos con todo este tema, que supo que nunca olvidaría todo lo que pasó.
Ni un momento, ni una mirada
Ni un olor, ni siquiera un vistazo de reojo.
Todo había quedado eternamente grabado en su memoria.
Y aún así, no se había dado cuenta.
Cuanto llegó en el portón, se vio la primera vez que estuvo allí.
Inmediatamente se vino a su mente la ocasión en la que miró al microfono en vez de a la cámara, y no pudo evitar reírse.
La melancolía llegó rápidamente, y decidió seguir adelante para no tener más recuerdos que la atáran a ese lugar, y rompieran las pocas fuerzas de voluntad que tenía para marcharse.
Salió a la calle, desconocida en un principio y ahora tan anhelada, que le seguía al portón, y camino lentamente, cuadro tras cuadro de cemento.
Mientras más se alejaba, más fría se sentía, porque aquella vez no era como cuando iba a trabajar, o como cuando iba a la tienda porque se le había olvidado la jalea para el pan de Eva, aquella vez sabía que no iba a volver. Nunca más allá que en sus memorias y tal vez sueños, o pesadillas.
De pronto, el abrigo y las manoplas que llevaba no le eran suficientes, y sentía su corazón palpitar más rápido en un intento por calentar su cuerpo.
La tristeza la inundó al pensar en que todo esto había sido su culpa.
Un solo momento de distracción le había cobrado a su hermana y a su a padre.
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Dos polos distintos
Teen Fiction¿Puede florecer algo en un lugar donde no hay tierra, ni sol, ni agua...? ¿Puede una rosa crecer en un desierto? ¿Puede el desierto cambiar para cuidar a la rosa? ¿Qué están el uno dispuesto a sacrificar por el otro? Y, ¿Por qué lo estarían?