Capítulo 83: Fe en el futuro

2.6K 210 309
                                    

(Voy a hacer unas reflexiones, así que, si no tenéis ganas ni tiempo de leer mis tonterías, pasad a la parte que no está en negrita 😊 no me importa 😘)

                                 *

Hola, ¿cómo estáis? Espero que bien. Yo voy mejorando poco a poco...

He empezado como si estuviera escribiendo una carta, se nota que ya estoy mayor (ainss) En fin, supongo que a estas alturas no hace falta que diga el porqué he tardado tanto pero, os diré que, además de mis problemas de salud habituales, cada vez me cuesta más escribir porque veo el final taaaaan cerca. El último capítulo está aquí 👩👈 en mi cabecita loca, y no para de darme vueltas diciéndome que esto se acaba ya... Pero, ya es hora, ¿eh? Que son seis años ya 😱

Cuando empecé a publicar esta historia lo hice a modo de auto-terapia (no sé si ese término existe) necesitaba algo para evadirme y jamás imaginé que me serviría tanto, que crear a mis niños me iba a ayudar hasta este punto (los adoro ❤️... Sí, sí, ya sé que no son reales 😬) y a pesar de saber que por culpa de mi salud no iba a tener un buen ritmo de actualizaciones y que eso haría que no tuviera muchos lectores, me arriesgué. Nunca me he preocupado de si tengo más o menos leídas ya que sé que no puedo hacer nada más de lo que hago por hacerlo bien, así que me limito a esforzarme en cada capítulo para que aquellas personas que lean lo disfruten. Eso sí, cuando empecé a publicar lo hice bajo la promesa a mí misma de que, pasara lo que pasara la acabaría, así que, si no me pasa nada grave, voy a cumplir con esa promesa y la voy a terminar 😰

En fin, os dejo con la primera parte de tres que voy a publicar, y como siempre, espero que al menos no os aburra 😘 Nos vemos al final.

************************************

Dasken despertó con el toque suave y esponjoso que sintió en su frente pero no abrió los ojos. El toque se desplazó hasta su nariz y desde ahí hasta sus labios, fue entonces cuando notó un olor a menta fresca y respiró profundamente para sentirlo más.

—Despierta, bombón.

Dasken abrió los ojos ante el apelativo que nunca había oído antes de la que, estaba seguro, era la voz de Jorge.

—¿Bombón? —preguntó, mirando al castaño de gafas con los ojos entrecerrados y la voz grave de acabar de despertar. Entonces vio como Jorge sonrió y volvió a besarle suavemente—. ¿No soy muy pálido para ser un bombón?

Jorge soltó una risita y se echó encima de su cuerpo.

—Hay bombones de chocolate blanco.

—Entonces, soy un bombón de chocolate blanco, ¿no? —Dasken puso las manos en la espalda desnuda de Jorge y fue bajando hasta su culo. Hizo un pequeño mohín de disgusto al encontrar la tela de algodón del bóxer donde él esperaba encontrar la piel suave de las pequeñas nalgas de su novio.

Jorge se dio cuenta del gesto de contrariedad del rubio y volvió a reír.

—Si hubiera venido desnudo, no habríamos salido de la cama —observó, después de un sonoro beso en los labios arrugados.

—¿Y porqué tenemos que salir de la cama? —se quejó Dasken rodeando con sus brazos la cintura del hombre sobre él.

—Porque es el cumpleaños de Gabriel y hemos quedado con él, Adán, Rui y tu hermano Aric para ir a comer juntos.

—... Oh. ¿Es hoy?

—Mhum. Así que —Jorge dio otro beso rápido a los labios de Dasken y se levantó de la cama después de que Dasken le soltara de manera renuente—, levántate y metete en la ducha. El desayuno está casi listo.

Línea recta (Homoerótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora