Capítulo 13: Conociéndonos.

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Markku aspiraba el aroma del pelo de Gabriel mientras seguía apoyado en la espalda del chico sin ganas de moverse para no dejar de sentir el calor del cuerpo ajeno. El maravilloso sopor post-coital, unido al temor de que si se movía Gabriel se esfumaría como el humo, le hacían no querer cambiar la postura de su cuerpo.

—Hm, pesas  —gimoteó Gabriel removiéndose un poco.

—Lo siento  —contestó Markku quitándose de encima -a su pesar- y tumbándose a su lado.

Markku se quedó observando a Gabriel, tumbado de lado y apoyado en su brazo.

—¿Qué miras?  —le dijo Gabriel sonriendo mientras Markku le acariciaba el pelo.

Gabriel se acercó a su mano, para sentir más intensamente las caricias como un gatito buscando mimos, e hizo un sonido parecido a un ronroneo con los ojos cerrados.

—Oye, antes me has llamado Gael.

—...Eso creo. Supongo que me he atorado un poco y he acortado tu nombre durante el orgasmo. Lo siento.

—No pasa nada. Sólo quería asegurarme que no me habías llamado por el nombre de otra persona.

—¿Qué?  —Markku se incorporó de la cama y miró a Gabriel, alarmado—. ¡No! Ha sido sólo que-

—Tranquilo  —interrumpió Gabriel con una risita—, es una broma. Me he dado cuenta de que simplemente te quedaste sin aire.

—Sí.

—La verdad es que me gusta. Nunca me habían  llamado así antes.

—Entonces, ¿puedo llamarte Gael? —preguntó Markku, ilusionado por la posibilidad de tener una manera cariñosa de llamar a Gabriel.

—Sí. Y, por cierto, ¿qué significa "Min lila"?

Markku sonrió y se acercó más a Gabriel para darle un beso en el pelo.

—Significa 'mi pequeño'. Es noruego.

—Oh, bueno  —Gabriel se acurrucó y cerró los ojos—. ¿Puedo quedarme a dormir?

—Por supuesto, liten.

Markku le volvió a acariciar el pelo, y miró a Gabriel hasta que se durmió.

                      **************

Gabriel se reprendía a sí mismo mientras se duchaba.

—<¡Con Adán! ¡He soñado con Adán! Pero, ¿que está mal en mi cabeza? ¿Cuándo voy a dejar de pensar en ese... ese...? ¡Dios! Ni siquiera se me ocurre un insulto inteligente. Y para colmo ha sido un sueño cachondo>  —de pronto abrió los ojos recordando algo—.  <¡Hablo dormido! ¿Y si he dicho el nombre de Adán en voz alta?¿Y si Markku lo ha escuchado? ¡Ahrg!> Idiota, idiota, id-

—Gabriel, ¿Estás bien?   —preguntó Markku desde el otro lado de la puerta del baño.

—Ehb, sí, estoy bien. <Eso, y ahora hazle creer que estás loco insultándote a ti mismo en voz alta.> Salgo enseguida.

—No te preocupes. Puedes tardar lo que quieras, yo me he duchado en el otro baño y voy a salir unos minutos.

—Vale, gracias. <Si no fuera porque esta es su casa, ahora mismo pensaría que ha salido huyendo.>

                                  *

Markku tenía muchos motivos por los que no quería enamorarse, pero despertar porque la persona que amaba estaba gimiendo el nombre de otro en sueños mientras duerme a su lado y después de hacer el amor... ni siquiera se le había pasado por la imaginación. Aunque, claro, no es que tampoco se le hubiera ocurrido nunca que, si se enamoraba, sería de un hombre y para colmo diez años menor. Pero eso ya lo había asimilado. Qué pudiera ser gay no era un gran problema -tenía problemas más importantes que ese- pero que Gabriel soñara con otro... eso era otro asunto.
¿Qué hacer en una situación así? ¿Le despertaba y preguntaba quién era ese tal Adán o lo dejaba pasar cómo si no hubiera ocurrido nada? La primera opción podría resultar dolorosa según la respuesta, y la segunda dejaría una gran duda revoloteando en su cabeza. Ahora bien; ¿qué era peor? ¿Arriesgarse a escuchar una respuesta que no sabía si quería oír? O, ¿vivir con la duda?

Línea recta (Homoerótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora