Capítulo 63: Mala racha.

4.1K 311 227
                                    

Cuando somos felices el tiempo pasa muy deprisa, al contrario de cuando somos desdichados, que los minutos se vuelven horas y las horas parecen días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Cuando somos felices el tiempo pasa muy deprisa, al contrario de cuando somos desdichados, que los minutos se vuelven horas y las horas parecen días... Esto no es nada nuevo, todos lo sabemos, sin embargo, no nos damos cuenta de que, por muy despacio o muy deprisa que nos parezca que va, el tiempo no es más que un concepto y siempre depende de la forma en la que nosotros decidamos vivirlo. Si estás triste y los días se te hacen eternos, busca algo que te haga feliz. Cualquier cosa que te ayude a que parezca que el tiempo va más deprisa, algo simple, como volver a leer tu libro favorito, tu serie favorita, cocinar tu comida favorita... porque nuestras cosas favoritas existen para eso, para que cuando el tiempo se nos haga eterno podamos "apresurar" el reloj aunque sea un poco.
Por el contrario, si eres feliz, simplemente respira hondo... y disfruta.

                  ****************
                                                                                    

La reunión con su familia biológica había resultado mucho mejor de lo que Markku se esperaba. Si bien no le había gustado que sus hermanos se presentaran sin avisar, el conocerles había sido interesante y la conversación con Olsen fue agradable. Había podido mirarle a los ojos mientras hablaba y no encontró ni un ápice de parecido con Hermann Solberg. Eso le alentó a querer conocerle un poco más, por eso decidió que una cena con todos juntos sería de ayuda. Pero antes, verles interactuar con los animales le diría qué clase de personas eran. Como le decía Gael: "Si una persona no tiene respeto por los animales, definitivamente no es una persona que yo quiera en mi vida". Markku tampoco. Por eso, la visita a la protectora de animales había ayudado mucho a conocerles. El tiempo que estuvieron allí todos colaboraron haciendo alguna tarea más o menos importante; jugando con los perros, riendo con ellos, acariciándoles, dándoles comida, bañándolos o incluso limpiando sus cacas... Todos, grandes y pequeños, habían disfrutado de aquella visita, tanto, que tres perros fueron adoptados esa tarde; Teby consiguió convencer a su padre para llevarse a casa otro perro salchicha al que pusieron 'Frankfurt'. Adán fue perseguido toda la tarde por una perrita de raza Beagle, y cuando se iba, la perra comenzó a llorar y el moreno fue incapaz de dejarla atrás -eso, y que Mat le hizo pucheros para lograr llevársela-, la llamaron 'Nena', porque Mat dijo que iba a ser la última chica a la que llamaría así. Gabriel quería llevarse varios, pero Markku logró convencerle para adoptar sólo uno, lo que no esperaba es que ese uno iba a ser un enorme Gran Danés que le llegaba a Markku por la cadera. Pero Gabriel se había enamorado del "animalito" y el rubio no pudo decirle que no. Gabriel llamó al perro Goliath, y Markku pensó que era un nombre muy adecuado.

                                  *

La cena de esa noche también resultó muy productiva; Markku observó el comportamiento de sus hermanos y se sorprendió de lo unidos que parecían; Teby tenía predilección por Samuel y Aric. El niño de piel tostada no se separaba de Samuel, pero siempre buscaba estar cerca de Aric de alguna manera. Mientras que Samuel era quien le ayudaba a hablar cuando su tartamudez le cohibía, Aric le entendía sin necesidad de palabras. Rona y Julia no paraban de hablar entre ellas de manera cómplice y Dasken parecía mantener un ojo en todos sus hermanos de manera sobre-protectora. El rubio de rastas había dejado claro esa tarde que Rui no le caía bien, y esa noche, también dejó claro que Markku tampoco. Lo curioso es que parecía que Gabriel sí era de su agrado. A Markku le pareció extraño que él no fuera de su agrado y su pareja sí. Pero como sin lille le dijo, aún no le conocían para tener una opinión; ni a Dasken, ni a los demás. Para poder tener un buen criterio, lo mejor era dejar pasar el tiempo.

Línea recta (Homoerótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora