Se dice que aquellas almas destinadas a encontrarse se reúnen en un oasis lleno de paz y amor. Ambos crean un vínculo sumamente fuerte que supera cualquier teoría sobre afecto entre seres humanos.
Y este año, dos almas con una radiante flama inte...
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El director dijo que los estudiantes de último año tendremos un itinerario muy ocupado, ya que debemos elegir una opción de graduación: baile o viaje.
Por otro lado, habrá actividades divertidas antes de que termine el año escolar, y los que están a cargo de las propuestas son los juniors de primer año, en compañía de varios docentes. Hace poco nos enviaron un formato por correo en dónde vienen los días y la hora en la que se llevará a cabo el primer evento: guerra de colores. El único requisito es llevar ropa blanca con la disponibilidad de ensuciarla.
Lo que elegí de mi armario fue una pijama blanca, ya que no tengo ropa normal de ese color.
Me causa mucha inquietud el no saber las reglas del juego para analizarlas con anticipación y evitar hacer el ridículo. Para alguien como yo, estar preparada con un plan es de gran importancia, sobre todo si las humillaciones son mi mayor miedo.
Por otro lado, el comportamiento de mi hermano empeora cada día: ya no es constante en sus entrenamientos, se la pasa encerrado en su habitación y evita salir con sus amigos. Para ellos, tener un líder es crucial, pero si no está dispuesto a continuar con su papel, buscarán la forma de divertirse por su cuenta y lo dejarán solo, justo como ahora.
Respiro hondo y llego al punto de encuentro en el que citaron a todos los estudiantes de último año. West y Bleing todavía no llegan.
Algunos profesores están repartiendo broches para el brazo con colores y números diferentes. A mi me tocó un broche azul con el número 33. Después de que todos tienen uno, el consejo escolar decide hacer una prueba de sonido, y al terminan, revelan las reglas del juego.
—Los broches que tienen representan la posición que ocupan dentro de nuestras listas. Para conservar su lugar, deben esquivar con éxito las balas de pintura que serán enviados a ustedes por parte de los juniors. —Del edificio principal, salen diez chicos con pistolas de pintura―. Si su ropa está llena de pintura hasta el punto en el que el color blanco esté a punto de desaparecer de la mezcla de colores, serán descalificados y regresarán los broches. Pero si al final tienen poca pintura y el color blanco aún es visible, ganarán cupones. La primera regla es: si se esconden más de veinte segundos en un solo lugar, serán descalificados. Tienen que moverse de un lado a otro, ¿de acuerdo? La segunda regla es: eviten lastimar a otros.
Los grupos se están formando y lo único que hago es apartarme de todos. Excluirme. Ni siquiera hago el intento de integrarme porque tengo tanto miedo de que me rechacen o me lancen miradas de odio como antes; cuando aún tenía el valor de preguntar si podía unirme a ellos. Es un poco patético terminar de esta forma, pero… no tengo el valor de volver a intentarlo.
Empiezo a caminar hacia el final de la fila para no estorbar, pero al mismo tiempo, estoy sintiendo un malestar estomacal difícil de ignorar por culpa de los nervios. Me sorprende que empiece a tener mis famosos síntomas a pesar de que solo han pasado siete minutos desde que llegué.
