Capítulo 7

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Es triste que un viernes por la noche esté en la escuela, cuando debería estar en casa viendo películas o disfrutando del chocolate caliente que prepara mi padre cuando llega del trabajo

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Es triste que un viernes por la noche esté en la escuela, cuando debería estar en casa viendo películas o disfrutando del chocolate caliente que prepara mi padre cuando llega del trabajo.

Antes de venir, pasé a comprar el último libro de mi saga favorita que es edición limitada. He ahorrado por esto durante mucho tiempo, y por desgracia, no tuve tiempo de ir a casa para dejarlo ahí.

Abro mi casillero y guardo mi mochila para que nadie pueda robarla mientras estoy en la reunión que organizan los estudiantes nuevos a los de último año para dar a conocer el itinerario de despedida en el que ponen películas en la SALA B o hacen picnics que se llevan a cabo durante todo un mes.

No es obligatorio asistir, pero mis padres me pidieron que viniera con mi hermano para que ellos puedan tener un poco de privacidad en casa antes de ir a una cena romántica en Manhattan.

Estoy agotada física y mentalmente por todas las tareas y proyectos que han dejado, sobre todo cuando tengo que lidiar con los ensayos del proyecto sugar-splash y el de la clase de Literatura, así que la idea de venir al instituto en la noche para ver una película es desgastante, pero se soporta gracias a que nos dejaron traer pijamas.

Me dirijo a la sala de reuniones y me siento en la última fila. Hay pocos estudiantes sentados y dos profesores reparando el micrófono arriba del pequeño escenario, así que no hay tanto ruido. Los oficiales que cuidan la escuela de noche van a estar merodeando por los pasillos para evitar accidentes, lo cual me mantiene tranquila.

A pesar de que mi hermano vino conmigo, desapareció tan pronto como llegamos al instituto. Él tiene esa habilidad de evadirme cuando se requiere y olvidarse de mi existencia delante de sus amigos. Eso es bueno, tampoco quiero verlos.

Cierro los ojos y me relajo mientras los profesores hacen una prueba de sonido. La verdad es que me siento muy agobiada desde que iniciaron los proyectos y ya me quiero ir a casa.

De pronto, siento una mano en mi hombro y abro los ojos de golpe.

—Hola —dice West con una gran sonrisa y se sienta en el lugar vacío que está a mi lado. Lleva una pijama oscura—. Que pereza estar aquí en viernes.

No respondo. En su lugar, le dedico una sonrisa.

—¿Tienes alguna idea sobre el itinerario? —pregunta.

—¿A parte de la película aburrida que nos van a poner? No —respondo.

—Tal vez haya un buffet de golosinas como hace dos años, cuando nos tocó hacer lo mismo para los de último año —dice—. Lo recuerdo muy bien. Todos se enfermaron del estómago. Los baños eran una bomba de mal olor en ese entonces. —Suelta una risotada y se toca el estómago.

—¡Edevaneeee! —Grita alguien detrás de nosotros con tanta fuerza que me da un escalofrío.

Me doy la vuelta y observo a la capitana de porristas caminar hacia nosotros con una gran sonrisa. Lleva una pijama de color rosa fosforescente y unas sandalias de peluche.

INVIERNO/ Finalizado✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora