Capítulo 34

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Mis padres tienen viajes por trabajo un fin de semana de cada mes, así que siempre me dejan sola con Alexán

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Mis padres tienen viajes por trabajo un fin de semana de cada mes, así que siempre me dejan sola con Alexán. En el pasado él siempre hacía fiestas tranquilas con algunos amigos y su novia, pero ahora que Allen está aquí, me preocupa que ocurra algo peor, porque siempre saca lo peor de mi hermano cuando están juntos. Es como si lo convirtiera en otra persona.

Allen fue el encargado de organizar la fiesta a pesar de que hasta hace una semana había estado en el hospital por una alergia, y ahora, un sábado por la noche, mi casa se había convertido en el núcleo de una fiesta adolescente llena de olores putrefactos que se mezclaban entre sí. Incluso con la puerta de mi habitación cerrada con llave, el olor penetraba con intensidad. 

A pesar de que tenía una pequeña nevera con comida rápida y subí a mi habitación el microondas de la cocina para no tener que salir, aún había un pequeño inconveniente: el baño. Lo quisiera o no, debía abandonar mi lugar seguro y mezclarme en un lugar que no era de mi agrado para ir al baño. 

Así que me puse mi hoodie de color blanco y mis sandalias de gato para salir de mi habitación. Abrí la puerta y el ruido de la fiesta me sobresaltó. El pasillo estaba lleno de chicas con un vaso rojo en la mano y la mirada perdida en algún lugar. Por suerte, ninguna me puso atención mientras caminaba hacia el baño. 

Sin embargo, lo que encontré en la taza casi me hace vomitar: alguien había ensuciado toda la taza de algo negro. Salí de ahí y corrí hacia el baño de abajo de mala gana. 

Si no encuentro un retrete limpio, tendré que ir a un arbusto o le pediré a la señora que le hace favores a mi madre que me preste su baño. 

Pero al abrir la puerta del baño de abajo, me sobresaltó un grito.

—¡Por favor no! —La voz familiar de un chico atrajo mi atención. Crucé por el pasillo hasta llegar a la sala y vi como Allen y Alexán le ataban las manos y los pies a un tipo que estaba boca abajo—. ¡Alguien ayúdeme! ¡Alguien!

—Cierra la boca, cerdo —ordenó Allen con una expresión divertida. Tenía la camisa abierta, un cigarrillo colgando de sus labios y sus ojos estaba rojos—. El simple hecho de que seas gordo me da náuseas. 

—¡Suéltame, Allen! 

—Solo quiero ayudarte a hacer un poco de ejrcicio. ¡Deberías agradecerme! ¡Después de esto, los hombres te amarán, maricón!

Esta situación me hizo tener un deja vu…

Esa voz…. 

—Hay que empujarlo a la piscina y deja que se ahogue —ordenó Allen mientras miraba a mi hermano. 

Alexán arrastró al chico por el suelo y fue entonces cuando recordé aquello que me estaba causando un dolor de cabeza. Corrí hacia Alexán y lo empujé con tanta fuerza que cayó sentado encima de una lampara y la rompió. Ambos nos miramos con sorpresa. Para ser sincera, ninguno de los dos esperaba que yo hiciera algo así. 

INVIERNO/ Finalizado✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora