Se dice que aquellas almas destinadas a encontrarse se reúnen en un oasis lleno de paz y amor. Ambos crean un vínculo sumamente fuerte que supera cualquier teoría sobre afecto entre seres humanos.
Y este año, dos almas con una radiante flama inte...
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El evento sugar-splash es muy importante para nuestra escuela, ya que fomenta el arte entre la comunidad estudiantil. Pero llegar a este día requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Algunos directivos importantes que están a cargo del instituto serán los invitados de honor y quieren ver algo innovador.
A pesar de que he practicado lo suficiente junto a West, no me siento preparada para presentarme enfrente de toda la escuela. Además, el tema de Alexán aún me inquieta y desde hace dos días evadí la responsabilidad de confesar el problema con mis padres. Todo es un lío en este momento.
No puedo dejar de mover las manos y los pies por culpa de los nervios, además, tengo nauseas y dolor de cabeza. Mi cuerpo está frío y no puedo dejar de temblar. Espero que todos estos síntomas se quiten antes de que inicie mi baile.
—¡Admiren mi creación! ―grita la profesora de artes cuando los chicos salen del vestuario.
West lleva un bonito traje blanco con copos de nieve hechos con lentejuelas. Su cabello está peinado hacia atrás y gracias al iluminador que usaron en su rostro, sus ojos destacan más que nunca.
―Te ves muy bien ―digo, cuando se acerca a mí.
—Tu eres muy hermosa ―confiesa con una sonrisa que casi se roba mi corazón.
Mi vestido no es la gran cosa. Lo único llamativo que tiene son los copos de lentejuelas y los guantes. El maquillaje no está mal, pero mis ojos no son tan bonitos como para que resalten y mi rostro es común, por lo que no hay nada que pueda destacar aún más.
A diferencia de mi hermano que destaca cada vez que se arregla, no es lo mismo para mí. Es por eso que dudo cuando dicen que somos idénticos.
―Tu maquillaje es increíble —dice con emoción mientras analiza mi rostro.
―¿Tu crees?
―Las chicas que lo hicieron querían destacar tus labios y nariz.
―¿En serio?
―Y lo lograron. Te ves muy hermosa.
―Es algo simple.
―Cuando se trata de ti nada es simple.
Aparto la mirada y desvío la conversación hacia lo bonitos que son los adornos del escenario. West comenta algo al respecto, pero no pude escucharlo porque estaba más concentrada en los latidos frenéticos de mi corazón.
―¿Te sientes bien? —pregunta con preocupación.
―Sí, estoy... —Hago una pausa y trago saliva—, bien.
—Creo deberías...
―¡West, verifica que todo esté en orden detrás del escenario! —grita la profesora de artes desde el escenario.
—Si necesitas algo, no dudes en decirme.
―C-Claro...
Me falta el aire cuando West se aleja y me deja sola entre tantas personas. Mi rostro se pone del color que tanto odio y empiezo a sudar frío.
