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OLIVIA

–Deberías salir, eso te ayudará a despejarte –habla Danna a través de mi móvil.

–Estoy cansada, no saldré hoy.

Danna lleva toda la semana llamándome para tratar de conseguir que salga, para tratar de distraerme, puesto que Alex no ha aparecido por el apartamento desde que se fue el día que peleamos, le mando mensajes, lo llamo, pero no me contesta. No sé nada de él, dónde está o qué puede estar haciendo, y eso me afecta mucho más que cualquier otra cosa.

Esta semana ha sido demasiado dura para mí. Jamás he podido llegar a sentir el tipo de arrepentimiento que siento por haberme acostado con Zach, sin duda alguna, lo que he hecho, ha sido la mayor estupidez que alguien ha podido cometer. Alex tiene razón en todo lo que me dijo. Lo hice por venganza, lo hice porque sé que lo odia y sabía que iba a dolerle tanto como a mí me dolió verlo con Abby, su supuesta representante.

He quedado como una completa idiota, y puedo entender perfectamente lo que siente Alex, quiero disculparme con él, pero no hay forma para poder borrar todo el daño que le he hecho. Sus padres lo dañaron, traicionaron su confianza, Taylor volvió a hundirlo, también los chicos que le destrozaron la vida, publicando ese vídeo y humillandolo, y yo... Yo he terminado de romperlo por completo.

Me ha confesado que me quiere, que le gusto tanto como él me gusta a mí. Confiaba plenamente en mí y yo he hecho una bola con su confianza y la he tirado a la basura. Alex no va a perdonarme jamás por lo que he hecho, y me lo merezco, merezco que me odie, que me rechace.

Yo soy la culpable de todo esto.

Zach, por otra parte, no ha vuelto a enviarme ningún mensaje ni me ha llamado de nuevo en toda esta semana, lo que me da a entender que ha estado insistiendo tanto tiempo en quedar conmigo, diciendo que le gustaba y tratándome tan bien solo para conseguir acostarse conmigo, y yo, como la idiota que soy, he caído en su juego, lo que hace que me sienta aún peor.

- No puedes seguir encerrada en el apartamento, solo has salido para trabajar, y cuando vuelves, te metes en la cama hasta el día siguiente. No puedes seguir así.

–Creo que no entiendes cómo me siento, Danna. Alex me quería, y lo he traicionado, no sabes cómo duele saber lo que he hecho y lo mucho que le ha dolido a él que lo hiciera, tú viste el dolor y la decepción reflejado en sus ojos, viste las lágrimas que provoqué –mis ojos se humedecen–. Lo he jodido todo, tanto tiempo queriendo que Alex me confesara que me quería, y cuando por fin lo hace, lo destrozo todo. Lo he destrozado a él y me he destrozado a mí.

–Alex y tú no estabais saliendo, entiendo que le haya dolido lo que has hecho, pero todavía no erais novios y hasta el momento, puedes hacer lo que quieras con otros chicos –niego con la cabeza.

–¿Has hablado con Joseph? ¿Te ha dicho algo de Alex? ¿Sabes si está con él? Solo quiero saber eso, solo quiero saber que está bien.

–Joseph no me ha dicho nada, he insistido en que me lo diga, pero no ha hablado –suspiro pesadamente, limpiando mis lágrimas.

La presión que siento en el pecho empezó a formarse en el momento en el que Alex entró en mi habitación y todavía la sigo manteniendo. Es insoportable vivir con este dolor constante. Necesito ver a Alex, necesito que me perdone, necesito que me mire con esos preciosos ojos azules y avellana, que me sonría y que me haga creer que soy lo más importante en su vida. Necesito que me diga que me perdona y que me sigue queriendo de la misma forma.

–¿Hablamos luego, vale? Tengo que buscar apartamentos.

–¿Para qué?

–Porque este es el apartamento de Alex y no creo que quiera que me siga quedando aquí. Se ha ido para no tener que verme, y soy yo la que debería marcharse, porque he sido yo la culpable de todo este problema.

Como Una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora