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OLIVIA

Siempre me ha gustado la idea de vestirme con un gran vestido blanco, con un largo velo que cubra mi pelo. El matrimonio es algo que siempre ha llamado mi atención, no solo por el hecho de empezar a compartir mi vida con un hombre al que amo y que me ama de manera incondicional. Desde que era pequeña, mis padres me han demostrado todo el amor que sienten el uno por el otro, y que, a medida que van pasando los años, va incrementando cada vez más.

Supongo que se debe a eso mi afán por encontrar a alguien que esté dispuesto a compartir su vida conmigo, que me quiera tal y como soy. Igual solo estoy equivocada y mi destino es estar sola, pero nunca he conocido a alguien que me haya roto el corazón, y por ende, no sé lo que se siente, Nick y mi padre se han encargado de evitarlo. Eso puede ser un grave problema porque mis pensamientos en un futuro están ligados a la idea de tener un romance perfecto. Una familia numerosa y ser felices para siempre.

Pero aún no he podido descubrir si el "felices para siempre", es verdadero o no, y la verdad, es que no quiero averiguarlo, prefiero mantener mis expectativas en orden.

-Los chicos nos esperan en la iglesia -anuncia Danna, despegando la vista de su móvil para mirar a Amanda-. Tenemos que irnos ya. ¿Estás lista?

-Estoy muy nerviosa -Amanda se frota las manos, en un gesto histérico mientras intenta calmar su respiración.

Los típicos nervios previos a la boda.

-¿Me veo bien? ¿Falta algo? ¿Tengo el maquillaje corrido? ¡No quiero parecer la novia cadáver! -grita, corriendo para colocarse enfrente del espejo- Llevo demasiado pintalabios.

-Amanda, estás preciosa y lista para casarte. La limusina nos está esperando, tu futuro marido está en la iglesia, preparado para casarse contigo. Todo está bien.

Allyson intenta calmarla, indicándole que respire hondo un par de veces, mientras que yo me miro por última vez en el espejo para comprobar mi apariencia.

El vestido que Amanda ha elegido para mí es de un precioso rosa pastel. La falda de gasa cae elegantemente hasta el suelo y deja mi pierna derecha al descubierto con la abertura lateral que contiene. El torso del vestido es de encaje y junto al escote de corte imperio que presenta y que me realza el pecho, me hace ver como una auténtica belleza.

Una belleza que no puede ser comparada con Amanda. Parece una princesa de cuento con el vestido blanco nieve que viste, al estilo Frunce, estiliza su silueta con el conjunto de arrugas localizadas bajo su pecho. Su pelo está recogido en una trenza y decorado con una corona de flores, lo que resulta muy juvenil y perfecto para el tipo de vestido que lleva, y es tapado con un velo que le llega hasta la punta de los dedos.

-Connor se va a desmayar de la impresión cuando te vea -la elogio.

Me gustaría verme tan hermosa como ella el día de mi boda.

-Eso espero... -suspira inquieta, pasándose las manos por el vestido- Vámonos, lo estoy haciendo esperar demasiado.

La limusina nos espera cuando salimos del apartamento. En el camino hacia la iglesia, Danna se encarga de animar a Amanda, quien ha empezado a dudar y a pensar si está haciendo lo correcto.

-Solo respira, cuando veas a Connor se te olvidarán tus dudas.

Cuando llegamos a nuestro destino, la primera persona en la que me fijo es Alex. Está guapísimo con ese traje azul marino y con su pelo castaño peinado y engominado hacia atrás, aunque ha dejado un par de mechones sueltos y los ha dejado caer débilmente sobre su frente.

Cuando me ve, sonríe con picardía y se acerca a mí. Tiene la mano metida en el bolsillo delantero del pantalón, lo que, junto a su apariencia tan elegante, hace que me resulte increíblemente sexy.

Como Una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora