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OLIVIA

Me pongo mi pijama nada más llegar al apartamento. No pienso salir de aquí en lo que queda de día. Esta tarde mis planes son ver películas en Netflix y comer palomitas, al fin y al cabo no tengo nada mejor que hacer y la verdad es que no me apetece salir a ninguna parte, he tenido suficiente con mi quedada con Danna.

Cojo mi ordenador y elijo la primera película que encuentro cuyos comentarios y puntuación son bastante altos, no tengo ningún género favorito, por lo que no tengo preferencia para ver ninguna. Dejo mi portátil sobre la mesa de centro y permito que la película cargue mientras voy a la cocina y meto una bolsa de palomitas en el microondas. Me cruzo de brazos y apoyo mis caderas en la encimera mientras miro pacientemente el cristal transparente del electrodoméstico, esperando a que se hagan. Unos golpes en la puerta interrumpen mi tarea.

Frente a mí se encuentra un chico con una gran sonrisa en su rostro, que se borra cuando me ve, sus ojos marrones brillan con confusión y me escanean de arriba a abajo como si estuviera recordando si me conoce o no, pero al no tener ni idea, su ceño se frunce y se pasa la mano por su pelo negro para acariciarlo con nerviosismo.

–Hola, ¿quién eres? –pregunta con su voz cargada de felicidad, dejando el nerviosismo a un lado y dándome una pequeña sonrisa.

–Soy Olivia, la compañera de piso de Alex.

–Oh, yo soy Connor. Alex no me había dicho que tenía una compañera de piso, yo soy tu vecino, y su mejor amigo. ¿Te importa que me quede aquí? Mi madre tiene una tendencia extraña de pasearse desnuda por la casa –entra en el piso, pasando por mi lado, y se deja caer en el sofá. Lo miro con el ceño fruncido.

–Eso es... No sé cómo reaccionar a eso.

–Suele pasar. Mi madre es un poco hippy y una vez al mes limpia la casa de las energías negativas. Alex suele dejar que me quede aquí cuando eso pasa.

–¿Y lo tiene que hacer desnuda? –se encoge de hombros y coge mi ordenador.

–Son cosas suyas. ¿Tienes pensado ver una película? ¿Puedo verla contigo?

–Claro –aunque me resulta incómodo que un chico al que acabo de conocer entre en el apartamento como si fuera suyo. Supongo que esa es la libertad que Alex le ha dado.

–¿Es esta la que quieres ver? –señala con su dedo índice el nombre de la película que he seleccionado, Sonic.

–Sí.

–Pero esta película es horrible, deja que te recomiende otra, salió hace poco en cines.

–Sonic también salió hace poco, y tiene buenos comentarios.

– Los comentarios son de niños de menos de ocho años, no cuentan como válidos. Deja que ponga otra.

–Bien, ¿qué sugieres?

–Wonder Woman, obviamente –entrecierro los ojos, mirándolo incrédula.

– La verdad es que prefiero Marvel antes que DC– abre la boca cuando termino de hablar y me mira como si quisiera matarme.

–¿Cómo puedes decir eso? Es como decir que prefieres a Godzilla antes que a Kong –aprieto mis labios para no reír, pero Connor se da cuenta de ello– ¿Prefieres a Godzilla?

–Pon la maldita película –suelto una carcajada al ver su indignación y me dirijo a la cocina.

El pitido del microondas ha sonado hace un par de minutos, lo que me indica que las palomitas ya están hechas. Cojo el recipiente donde voy a echarlas y luego voy hacia el salón, para sentarme al lado de Connor, que se incorpora cuando llego.

Como Una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora