10

1.8K 87 7
                                    

OLIVIA

Me obligo a separarme de Alex, algo aturdida por lo que acaba de pasar, tratando de controlar mi respiración acelerada después de ese beso tan intenso. Lo miro, sin saber qué hacer, o qué decir ahora, y por primera vez, parece que Alex tampoco sabe qué hacer. Mantenemos la mirada fija el uno del otro durante unos segundos, hasta que él la aparta. Está serio, no parece muy contento, y no sé por qué, su indiferencia me duele. ¿Acaso beso tan mal?

–Bueno, eso ha sido... Intenso –Zach se atreve a romper el silencio incómodo que se ha formado en el grupo–. Sigamos con el juego.

–Yo... Yo mejor me voy a casa –tartamudeo. Me levanto del suelo, aún aturdida por el beso, y miro a Alex, que ahora me mira fijamente.

–Te llevo –hace el amago de levantarse, pero lo detengo poniendo mi mano en su hombro.

–No hace falta, puedes quedarte aquí.

–Yo también quiero marcharme –me informa apartando con suavidad mi mano–. Ya nos veremos, chicos.

Se levanta y sin decir nada más e ignorando las quejas de los demás, salimos de la hermandad y caminamos en silencio hacia su coche. No me atrevo a decir nada, por el simple hecho de que si antes no nos llevábamos bien, no sé hasta qué punto podría cambiar nuestra relación después de ese estúpido, pero maravilloso beso.

No voy a negar que me ha gustado. Joder, me ha encantado en realidad, y no sé cómo, pero tengo el presentimiento de que nadie jamás podría llegar a igualarlo, al menos, los últimos besos que he dado no han sido ni la mitad de magníficos que este lo ha sido. Ha sido increíble, sin embargo, que haya sido fruto de un reto, le quita toda la magia.

Hemos pasado de la ternura, a la lujuria y al deseo, en un solo paso. He sentido miles de emociones mientras me dejaba llevar por ese beso que realmente me ha llevado no solo al cielo, si no a toda la jodida galaxia.

Ahora entiendo a Alex, bueno, más bien a todas las chicas con las que se ha acostado, si con un beso ha conseguido despertar tantas emociones escondidas en mí, no me quiero ni imaginar lo que podría llegar a sentir si...

–¿Estás bien? –me pregunta Alex tras unos minutos de silencio, interrumpiendo mis pensamientos. Suelto un pesado suspiro y miro hacia la ventana, aunque no hay nada que ver, todo está demasiado oscuro afuera.

Ojalá fuese de día y pudiese ver el paisaje, eso me ayudaría a distraerme, y a poder tranquilizarme y así no pensar en lo que hace unos minutos ha conseguido despertar tantas emociones en mí, porque ahora mismo siento que voy a explotar, y no sé muy bien por qué.

–Sí, ¿por qué no iba a estarlo? –me obligo a contestar.

–No has dicho nada desde... Que nos hemos besado –tamborilea con los dedos sobre el volante, en un gesto nervioso.

–¿Qué quieres que diga? Solo ha sido un reto, no ha sido nada... Especial –me duele decir esas palabras porque para mí no sólo ha sido un estúpido reto, aunque sé que el sentimiento no ha sido mutuo.

Lo miro durante unos segundos, tratando de adivinar lo que se le está pasando por la mente ahora mismo, pero no consigo encontrar nada. Tiene la vista fija en la carretera, y sigue estando igual de serio. Por alguna razón, ver a Alex así aumenta mi nivel de nervios. No da señales de que haya disfrutado de ese beso, y eso me molesta porque yo sí que lo he hecho.

–Cierto –contesta tras un largo rato. Aprieto los labios, molesta por su respuesta, aunque no tengo nada que recriminarle–. ¿Te ha gustado? –pregunta de repente. Parpadeo un par de veces, perpleja. ¿Qué?

Como Una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora