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OLIVIA

Alex me mira serio, todo tipo de emoción, de sentimientos de amor hacia mí se han esfumado de un plumazo al confesarle eso que pretendía decirle nada más llegar. De pronto, la idea de alejarme de Alex me rompe el corazón.

–Te vas a vivir a Nueva York... –repite lentamente, tomando una bocanada de aire y mirándome a los ojos. Intenta aclararse la mente– Y me lo dices ahora.

–He intentado decírtelo antes, pero me has distraído –juego nerviosamente con mis manos, evitando mirarlo a los ojos.

–¿Qué te ha distraído? ¿Intentas culparme de algo que deberías haber hecho antes? –alza la voz.

–No, claro que no, pero me... Me has besado y se me ha olvidado.

–Joder, Olivia, ¿por qué mierda tienes que irte? –se levanta de la cama con rapidez y se pone los pantalones a una velocidad que me sorprende.

Me preocupa que intente huir, así que hago lo mismo y me coloco delante de la puerta para bloquearle el paso. No quiero que se marche y haga una estupidez. No quiero que haga lo que hice yo con Zach.

–Ridley me ha dicho que la película tiene que rodarse allí. No podía rechazarlo, Alex, sabes que llevo queriendo esto hace mucho.

–¿Y no podrías haberte negado? ¿O simplemente haberle propuesto rodarla aquí? ¿Eres consciente de todo el proceso que conlleva hacer una película? ¿El tiempo que deberás vivir en Nueva York?

–Solo son... Dos años como mínimo –murmuro–. No sé por qué te enfadas, no es para tanto–. Alex suelta una carcajada irónica.

–¿Qué no es para tanto? Son dos putos años... Olivia, en dos años pueden pasar muchas cosas. Apenas llevamos saliendo cinco meses y ya me estás dejando, ¿cómo crees que me sienta eso?

–No te estoy dejando, vamos a seguir estando juntos.

–¡No quiero una maldita relación a distancia! –grita, haciéndome sobresaltar– Confío en ti, de verdad que lo hago, Olivia, pero con la desesperación y la soledad se pueden llegar a hacer muchas cosas.

–Cuando tuviste que marcharte a Seattle te apoyé, Alex, porque es tu trabajo y porque sé que es importante para ti. ¿Por qué no puedes hacer tú lo mismo?

–Porque yo hice todo lo posible por volver antes, porque mi trabajo es una mierda comparado con el tuyo. Yo volví a las dos semanas, porque te elegí a ti antes que mi estúpido trabajo. Sí, es cierto que al final la exposición tuvo éxito, pero de no haberlo tenido habría vuelto igual, ¡porque tú estás por encima de cualquier otra cosa!

–Yo no te he pedido que me antepusieras sobre tu trabajo, Alex –tengo un nudo en la garganta que me impide hablar.

–Bueno, eso no es algo que haya que pedirlo, simplemente sientes que el amor que se siente hacia tu pareja es suficiente como para quererlo por encima de todo lo demás. Amor que está claro que tú no sientes –mi corazón se rompe al escuchar sus palabras.

–Yo te quiero, Alex –mis ojos se humedecen. ¿Cómo ha podido decir eso? ¿Cómo ha podido decir que yo no siento nada por él?

– No, no me quieres, porque si lo hicieras de verdad habrías tratado de buscar una solución a este problema, habrías intentado proponer alguna alternativa, pero no has hecho nada, ¿o me equivoco?– niego con la cabeza, incapaz de hablar– Si tantas ganas tienes de marcharte, adelante, lárgate, de alguna forma sabía que acabaría pasando– me mira con odio, provocándome una presión en el pecho.

–¿Por qué no puedes apoyarme? –un sollozo escapa de mi garganta– ¿Por qué no me dices lo orgulloso que estás y en lugar de recriminarme que no te quiero me dices que vendrás a visitarme? –una lágrima solitaria se desliza por mi mejilla.

–Porque no voy a tener una maldita relación a distancia –aprieta la mandíbula con fuerza, apartando su mirada de mí.

–¿Estás rompiendo conmigo? –pregunto, aguantando la respiración.

–Te estoy advirtiendo de lo que haré.

–No puedes hacerme elegir entre algo que llevo soñando hacer desde que era pequeña o quedarme contigo, Alex, vine a San Francisco con la idea de tener un futuro, no un novio. Entiendo que te duela, pero no voy a arruinar mi sueño por ti –entreabre los labios, mirándome incrédulo y furioso, muy furioso.

–¿Eso es lo que estoy haciendo? ¿Arruinando tu sueño? Siempre he estado ahí para ti, siempre te he apoyado, confiando en ti y viendo lo que nadie más era capaz de ver. ¡¿Y ahora me dices que lo único que hago es estorbar?!

–No estorbas, no he dicho eso.

–Has dicho eso con otras palabras, Olivia, de haber sabido que era un estorbo en tu vida jamás habría permitido que Allyson te metiera aquí solo para cumplir con su papel de buena amiga –escupe las palabras con tanto odio que soy incapaz de aguantar el llanto–. Ese era tu plan desde el principio, ¿cierto? Tenías pensado marcharte desde que llegaste aquí, y aún así has permitido que nuestra relación siguiera adelante.

–Solo me habría ido si la ocasión lo hubiese requerido, y no me culpes por haber seguido adelante con nuestra relación porque yo desde el principio te he querido y en ningún momento he pensado en dejarte, y lo sigo haciendo, Alex, te sigo queriendo como el primer día –rompo a llorar–. No quiero terminar contigo, pero... –me interrumpe.

–Lo hubieses pensado mejor.

–Si fueses un buen novio me apoyarías –clavo mis uñas en las palmas de mis manos, sintiendo las lágrimas rodar por mis mejillas.

–Bueno, está claro que no he sido un buen novio si a la primera de cambio decides dejarme.

–No te he dejado, solo me marcho para trabajar, cuando el rodaje termine volveré y...

– Cuando tú vuelvas– me señala, furioso–, mis sentimientos por ti no serán los mismos– aprieto mis labios con fuerza, mirando fijamente el suelo–. Todo este tiempo me has estado ocultando que ibas a marcharte, ya sea por una razón o por otra, ibas a irte de todas formas, y ni siquiera has tenido la decencia de decirme tus planes.

–¿De qué te servía haberlo sabido? –sonríe, claramente divertido con mi pregunta, pero la sonrisa no llega a sus ojos.

–Lo sabes perfectamente –su forma de hablarme me duele, su rechazo, su indiferencia me quema–. Me has hecho perder el tiempo, te has aprovechado de mí para pasar el rato y luego dejarme. Eso es lo que he sido para ti, ¿verdad? Una distracción. De alguna forma tenías que pasar tu tiempo libre, ¿qué mejor manera que enamorar a un chico para luego dejarlo?

–¿De verdad piensas eso de mí? –doy un paso hacia él, intentando acortar la distancia que nos separa, pero él se aleja.

Sé que no estoy dando argumentos lógicos para demostrarle lo mucho que lo quiero, o lo equivocado que está al creer que el único motivo por el que he estado con él ha sido para distraerme, pero mi mente está en otra parte y mi corazón está roto en mil pedazos. Simplemente no puedo pensar con claridad.

– ¡Porque es la puta verdad!– grita, impactando su puño contra el espejo de la pared, que no tarda en agrietarse– Más te vale no estar aquí cuando vuelva, porque no quiero volver a verte– me amenaza antes de salir de la habitación y del apartamento, cerrando la puerta con demasiada fuerza.

Miro el espejo roto y rápidamente puedo encontrar un símil conmigo. Destrozado y hecho pedazos a manos de Alex. Al igual que yo.

Como Una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora