Capítulo 34

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"El amor y la amistad nacen de una mirada. Crecen en una ilusión y mueren por una traición".

- Anónimo

Llevé a Pilar cargando. Algunas veces cuando la miraba de reojo, notaba que me estaba mirando. Y su mirada no era común. Era de melancolía. Era cómo si me conociera y me hubiera estado esperando. O al menos eso me transmitió. Ya que su mirada no era coqueta o si quiera por mí atractividad. Nada de eso... pero bueno... ya pronto podré interrogar la y aclarar mis dudas sobre el ¿por qué Edeline la tenía secuestrada y amarrada? O ¿Cómo ella sabe sobre Aleksei Voiser? ¿Tiene que ver ella con mi pasada? ¿Por qué se llama Pilar?

Lo de pilar lo digo por no es casualidad y tampoco encaja que ella conozca sobre Aleksei Voiser (osea mi yo del pasado) y se llame Pilar como Edeline en mis fragmentos de mi vida pasada y sea familiar de ella. Algo no encaja aquí. Y yo... voy a buscar las respuestas.

Pilar me fue indicando el camino. Hasta que llegamos al estacionamiento.

- ¿Cuál de todos es tú auto?

- Ese qué vez ahí azul, tipo exótico.

- ¿¡Ese es tu auto!? - Asentí. - Nada discreto. ¡Vamos a llamar la atención!

- Tranquila, vine con mi mejor amiga. Pensarán que eres ella. Sólo cuando pasamos bájate un poco disimulando cómo si estuvieras dormida o específicamente pasada de tragos. - Con eso último que dije me reí un poco.

Abrí la puerta, la puse en el asiento del copiloto y le abroche el cinturón.

- Aún no estoy haciendo el papel de borracha, amigo. Para que te lo tomes en serio.

¡Ha! ¡Qué graciosa!

- Bueno, tómalo cómo un ensayo - dije irónico - o cómo una ¡práctica!

Ella me miró con una ceja levantada y yo igual. Luego de esa guerra de miradas que no duró nada por qué ella fue la primera que quitó su mirada de mí, nos fuimos tal y como lo habíamos planeado.

- ¿A dónde quieres que te lleve?

- No puedo regresar a mí hogar, al menos no por ahora. ¿Podría ir a tú casa?

- Si quieres mejor te puedo pagar un hotel.

- No sería seguro tampoco. Tan pronto sepan qué escapé irán a buscarme en todos lados incluyendo los hoteles. No quiero que sospechen de ti o mejor dicho que ella - hizo énfasis en ella- sospeche de ti. Odiaría si por mí culpa te pasará algo o te hicieran algo...

- ¿Por qué lo dices?

Ella no respondió mi pregunta. Sólo sé quedó en silencio y lo tomé cómo un no preguntes.

- Bien. Te llevaré conmigo pero no a mí casa. Edeline podría aparecer por mi casa. Te llevaré a mi otro hogar...

Ella me miró, asintió y luego siguió mirando por la ventana del auto.

Fui a mi otro hogar... el castillo.

Durante el camino largo ella se quedó dormida. Aveces notaba que se movía, fruncia la frente y se quejaba. Cómo si alguna pesadilla la atormentara.

¿𝓣𝓮 𝓬𝓸𝓷𝓸𝔃𝓬𝓸? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora