Capítulo 51

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PDV. Holly

Ya han pasado más de cinco minutos y Thatcher no regresa.

— No te parece extraño, Thatcher aún no regresa. — Le hablé preocupada a Mazon.

— No creo, a lo mejor tuvo algo de imprevisto y se fue.

— No lo creo, dejo su billetera aquí.

— Cierto, ¿quieres que vayamos a ver qué pasa con él? — Asentí — pues, vamos.

Mazon me agarró de la mano y salimos fuera del lugar a buscar a Thatcher. Miramos los autos aparcados hasta que encontramos el de Thatcher. Corrimos hasta su auto y no se encontraba allí.

— No hay nadie aquí — Dije y entonces Mazon miró el suelo encontró unas llaves tiradas.

— ¡Mira! ¡Unas llaves! ¿¡Serán de este auto!?

— ¡A ver! — Cojo la llaves y le doy al botón que le pone seguro al auto. Entonces el auto suena y yo abro los ojos. — ¡Sí, son!

— ¿¡Pero y dónde está Thatcher!? — Pregunta ahora Mazon preocupado.

— ¡No lo sé! — Abro el auto y su teléfono se encuentra adentro y por un momento se me va la respiración.

— ¿¡Qué pasa!? — Pero no le respondo. — ¡¡Holly!! ¡¡Háblame, dime qué pasa!!

Empiezo a recordar lo que me dijo.

Flashback

Thatcher toma de su chocolate caliente qué se encontraba en la mesa.

— Holly, necesito una ayuda tuya. — Me habla con voz seria.

— Creí que yo era la que te pedía siempre los favores. — Bromeo.

Él se ríe.

— Bueno ya era hora de que me tocara a mí, — su expresión y voz cambian de nuevo a una sería, — volviendo al tema, necesito qué si me llegara a ocurrir algo le digas a Pilar que siga con el plan.

— ¿Piensas qué pasará algo? — Pregunté preocupada, me estaba empezando asustar.

— Viendo de lo qué es capaz, Edeline, podría pasar cualquier cosa. — Me dice.

Fin del flashback.

— Necesito hacer algo. — Me volteó y le hablo de nuevo a Mazon.

— ¿¡Qué necesitas!? — Contesta de inmediato.

— No podemos dejar el auto aquí, yo lo conduciré, también necesito comunicarme con alguien.

— ¿Estás segura? Sí quieres yo puedo conducirlo y tú te llevas el mío?

— Tranquilo ya lo he conducido antes, tú puedes irte tranquilo.

— ¡No! Yo voy contigo y te sigo.

— Mazon, no quiero que... — Me calla con un beso de imprevisto.

— Nunca te voy a dejar sola, Holly, juntos por siempre, recuerda. — Me menciona esas palabras del pasado.

— Cierro mis ojos. — Está bien... — digo con voz suave.

El me da un último beso y se va a buscar a su auto. Yo me subo al auto y inmediatamente, cojo el teléfono de Thatcher y lo desbloqueo. Sí, me se la contraseña por qué un día la vi y no pude evitar memorizarla. Busco entre los contactos de Thatcher y marco un número.

¿𝓣𝓮 𝓬𝓸𝓷𝓸𝔃𝓬𝓸? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora