Thatcher Blake Clarke un vampiro que lleva su vida cómo un humano normal. Su vida se ve afectada cuando vidas del pasado empiezan a interferir con su vida actual. Llevando lo el destino a que conozca a 3 mujeres de su vida pasada... pero hay más...
Estos días aquí en Italia junto Thatcher han sido los mejores. No solo a sido romántico y todo de cariños, besos, etc. Si no, nos hemos conocido interior como exterior. Hemos creado una conexión, incluso descubrimos que tenemos muchas cosas en común cómo por ejemplo: nuestro color favorito es el azul, nos gusta el chocolate caliente a cualquier hora, nuestro postre favorito son los brownies y muchas cosas más.
- Cariño voy a salir a comprar algo un momento ¿quieres que te traiga algo? - Me dijo Thatcher.
- No corazón, ve, aquí te espero.
- ¿Segura que no quieres ir conmigo?
- Descuida, estaré bien. Iré a darme un baño y a relajarme.
- Está bien, espero... - Se acercó y puso sus manos en mis brazos - Qué cuando regrese nos metamos al jacuzzi con espuma - Decía mientras acariciaba mis brazos haciendo que corrientes recorrieran mí cuerpo.
- Claro-qué-sí. - Dije despacio y un poco coqueta y seductora.
El puso su mano al lado de mí mejilla y con un dedo pulgar acarició mis labios.
- Y si mejor espero y mejor adelantó primero lo del Jacuzzi. Mi bella donna. - "Mi hermosa mujer".
- Le sonreí. - Grazie - "Gracias" - Pero eso puede esperar. - Ahora yo lo miré directamente a los ojos y con el dedo que él me estaba acariciando los labios lo atrape en mis labios y lo chupe.
Estoy segura que vi cómo le dio un escalofrío y se estremeció un poco. Me reí a mis adentros y luego alejé su mano de mí y lo giré.
- Ahora vete.
- ¡Oye pero no puedes jugar así conmigo! - Dijo en modo de protesta.
Lo seguí empujando hasta la puerta y la abrí. Luego lo giré hacía mí le di un beso y luego atrape sus labios entre mis dientes y lo mordí suave y el suspiro.
- ¡Adiós! - Lo giré y lo saqué afuera de la puerta para luego cerrarle la puerta en la cara y reírme.
- ¡Así no se vale jugar! ¡Me vengaré!
Me reí y me fui de la puerta.
Me fui a bañar y a relajarme en la tina. Sí todos los días fueran así. Oh si al menos toda está situación no existiera sería solo Thatcher y yo dizfrutando en Italia sin tener que escondernos de Edeline la muy ¡zorra! Qué se quiso meter en mí vida y arruinar todo.
No pienses en Edeline, no pienses en Edeline...
Me decía a mí misma tratando de relajarme y disfrutar del baño, y eso hice. Cuando me había terminado de darme el baño fui a prepararme y saqué un vestido muy hermoso que Thatcher me compró junto con otros accesorios. Ya que me había acordado que hoy daríamos un paseo. Lo del Jacuzzi tendrá que esperar...
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