Capítulo 48

48 19 0
                                    

La bruja estuvo unas horas hablando en una lengua que no conozco y estuvo batallando con algo por lo que pudimos ver. Pero lo que fuera que sea lo logró aunque cuando salió del trance cayó casi al suelo y Jenevive la atrapó.

— ¿¡Cheside!? ¿¡Se encuentra bien!? — Le habló Jenevive.

Cheside abrió los ojos y Jenevive la ayudó a levantarse y a sentarla en una silla.

— Descuida estoy bien. Podrías pasarme mi maletín por favor y traerme agua.

Jenevive le da su maletín.

— Voy a traerle el agua.

Jenevive salió y nos quedamos ella y yo solos.

— ¿Está todo bien con mí hermano?

— Afortunadamente llegamos a tiempo y lo pude salvar.

— ¿Me está diciendo que iba a morir?

— No, tranquilo, nada de eso.

— ¿Entonces? ¿A qué se refiere?

— Estaban intentando entrar a sus mentes, manipular sus mentes y recuerdos para cambiarlos y borrarlos. — Abrí los ojos asustados. — como también romper su conexión y lo que los une. Pero tranquilo no lo lograron por qué cómo dije llegamos justo a tiempo, si no hubiéramos llegados sus mentes hubieran quedado en una especie de coma pero ella hubiera muerto por qué la intención hacía ella era atormentarla y matarla.

— ¡Qué carajo! — Se me escapo de la boca. — Lo siento.

Cheside saca de su maletín un pequeño frasquito de contiene un líquido, lo abre y se lo toma y luego llega Jenevive con el agua.

— Aquí está el agua.

— Gracias, — le dice Cheside y se la toma.

— ¿Ellos se encuentran bien? — Preguntó Jenevive fijando su mirada en la cama dónde estaban acostados Pilar y Thatcher.

— Sí, lo están, pero se encuentran en una especie de transición que aun no despiertan.

— ¿Van a despertar?

— Sí, lo harán pero puede tardar, puede ser en la noche o pueden tardar un día o dos.

***

12:00 p.m.

PDV. Aleksei Voiser

Abro mis ojos. ¿Dónde estoy? ¿Qué día y año es?

Me siento y observo todo a mi alrededor. Esto no es mí habitación, no recuerdo a mí habitación así. Lo último que recuerdo es que morí. ¿Esto es un sueño? Observo a mí lado y esta... ¡¡Pilar!! Me acerqué rápido y tomé su rostro en mis manos.

¡¡Dios!! ¿¡Esto es verdad!? ¿¡Ella está aquí!?

— Pilar... — la llamo — Pilar, mí Pilar.

Ella se queja un poco y luego abre los ojos.

— ¿Dónde?... ¡¡Aleksei!! — quita mis manos de su rostro y se tira abrazarme. — ¿¡De verdad eres tú!?

— ¡¡Sí soy yo!! ¡¡Y tú de verdad estás viva!!

— ¡¡Tú también!!

— Lo cumplí; cumplí mí promesa. Te encontré, no sé qué vida diferente es esta pero te encontré de nuevo.

— ¿Qué lugar es este?

— No lo sé, no sé en dónde estamos. — Me separo de ella y agarro sus manos con las mías. — Pero no me importa lo importante es que al fin estamos juntos tú y yo y ya nunca nos separaremos, nos quedaremos aquí para siempre...

— Aleksei... — ella baja la mirada. — no podemos...

— ¿Por qué? — Le pregunto confuso.

— Sabes que no estaremos aquí por mucho. Tenemos un propósito por el cuál estamos aquí.

— ¡Olvidémonos de todo! ¡Escapemonos!

Ella se aleja de mí y se sale fuera de la cama.

— Aleksei... por mucho que quiera estar toda la eternidad contigo, no puedo, no podemos.

Me levanto yo de la cama y me detengo a su lado.

— ¿Vas a renunciar a todo lo de nosotros?

— No, Aleksei. — Se gira hacía mí con las lágrimas saliendo. — Estoy haciendo lo correcto.

Bajo mi cabeza y cierro los ojos.

— Está bien, haré lo qué es correcto solo por ti.

— Gracias, — ella levanta mi barbilla. — mi amor.

La miro a los ojos y todavía aunque pasen mil años y mil vidas sigo amandola cómo desde el primer momento en que me enamoré de ella y puedo ver en sus ojos ese mismo brillo y esa misma chispa de amor y pasión por mí.

— Entonces no desaprovechemos el tiempo. Quiero amarte toda la noche si esta es la última vez que te tengo junto a mí.

— Te amo, Aleksei.

Nos besamos. Fue un beso de te extraño, te necesito, un beso apasional lleno de intensidad.

Esa noche nos despojamos de la ropa y nos entregamos en cuerpo y alma de nuevo cómo las otras veces y las otras vidas en que lo hicimos. Nos hicimos uno, nuestros cuerpos volvieron a estar juntos al igual que nuestros corazones y etre piel y piel.

PDV. Thatcher

Abro mis ojos.

¿Eso fue un sueño? Me miro a mi mismo y no lo fue. Estoy desnudo entre sabanas junto a Pilar a mí lado...






¿𝓣𝓮 𝓬𝓸𝓷𝓸𝔃𝓬𝓸? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora