The Cold Coagula || Mycroft Holmes ||

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Los rayos del sol comenzaban a filtrarse por las cortinas de la habitación, dando una vista mas clara de lo que había dentro de la habitación. Daniela seguia dentro de la cama, parecia dormir plácidamente, las sabanas y el enredón gris cubrian su cuerpo desnudo, el timbre de una llamada entrante la despertaron con apuro.

—¿Hola?

—Daniela, ¿como estas?—Era Ramiro

Daniela se sentó y por un momento dejo de respirar, trago saliva y valor.

—Bien, ¿Ustedes? ¿Que pasa? Allá es de madrugada.—Daniela comenzaba a sentirse asustada, sabía que no eran buenas noticias.

—Daniela, no quiero que te preocupes.

—Ya lo estoy Ramiro, habla ya, no juegues así.
—

-Prensa está internado, tuvo un infarto,

pero por suerte llegamos a tiempo al hospital.

Daniela no pudo evitar soltar una lágrima, se sentía terrible por lo estar con su padrino.

—Tomaré un vuelo para México, estaré lo más pronto posible allá.

—No, el no quiere que vengas.
De echo... El no sabe que te estoy diciendo esto, prometí que no te diría nada, pero mereces estar enterada.

—Entiendo... Pero de todas maneras me tengo que preocupar por el. Dile que en cuanto terminen los problemas acá, me voy un mes a México.

—¿Tu jefe no tendría problema?

—Mmm... Han pasado algunos cambios en estos últimos meses Ramiro, todo va bien pero, creo que comienzan a haber problemas.

—Hija de la chingada,
ya te lo cogiste, ¿Verdad? —
Daniela soltó la carcajada, extrañaba el acento de México y sus frases divertidas, Inglaterra era un país muy insípido a su parecer.

—Si, pero en mi defensa me sedujeron. Es una larga historia Ramiro. No te preocupes, no tenemos muchos meses saliendo, siento que estamos aprueba.

—Deacuerdo, aún así Prensa tenía
pensado ir a Inglaterra a finales de este mes, quizá se sienta mejor e iremos a visitarte... Prensa ya siente que... Ya sabes.

A Daniela se le fue el aire, pero lamentablemente las cosas siempre son así. Siempre tienen un final

—Esta bien, dile que lo quiero mucho.— por fin colgaron y ella suspiró.

—¿Todo bien querida?—hablo Mycroft en la puerta de la habitación con una taza de café. Ella volteo a mirarlo.

— Prensa tuvo un infarto y está en el hospital, pero está bien.—la chica se levantó de la cama para buscar si bata. Mycroft se acercó a ella, era obvia su preocupación.

—La enfermedad de tu padrino ha sido un tema al que te cierras mucho Daniela, lo único que puedo hacer por ti es apoyarte y escucharte.—Daniela le sonrió con cariño, le tomo la mejilla y le besó.