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Sherlock estaba sentado en la sala de espera, a su lado estaba Genaro dormitando con tranquilidad. Estaban en el hospital, esperando informes del estado de salud de Daniela.

Llevaba un día internada, llena de estudios y piquetes para sacar muestras de sangre, Sherlock la conocía bastante bien para imaginarse lo irritada que podría estar la mexicana.

Unos pasos apresurados se escucharon entrar a la lujosa sala de espera, Sherlock levanto su mirada del libro para ver quien se acercaba, y de inmediato se puso de pie.

Su rostro solo mostraba una angustia asfixiante, sus ojos se veían cansados y de manera increíble, tenia puesto un par de jeans y una playera de mangas largas, no había ni una pizca de formalidad en el cuerpo del hermano mayor de los Holmes.

-¿Como esta?- pregunto el pelirrojo, abrazando a su hermano.

-Parece estar estable, pero creo que no tardaran en inducirle el parto- respondió Sherlock separándose de su hermano. Genaro al escuchar las voces, despertó y de inmediato se puso de pie.

-Quiero verla- dijo Mycroft mirando a su alrededor.

[...]

-Estoy bien Myc- dijo Daniela con cansancio, tomando la mano del ingles de manera suave. Los brazos de Daniela estaban lleno de moretones debido a los constantes análisis en el hospital.

-Querida, no debiste de haber venido. Todo esto es mi culpa- susurro preocupado y arrepentido. Ella negó con la cabeza, y miro al fondo de la habitación donde estaba Sherlock, quien no había dicho ni una sola palabra.

-No es la culpa de nadie- respondió Daniela.

-¿Que lograste resolver? Necesito regresar a Londres- pregunto Sherlock de manera seria, Mycroft solo rodo los ojos y se molestó.

La actitud de Sherlock cambio bruscamente, en las últimas horas había estado molesto y decidió totalmente a irse.

-Todo esta tranquilo, y no es momento para discutir esas cosas- Mycroft estaba estresado, no quería pensar en los problemas que había dejado en Inglaterra.

-Es el bienestar de tu sobrino- respondió Sherlock, quien se sentía de una manera u otra, frustrado de la situación. Su hermano suspiro fuertemente, Daniela miro a los hermanos, no tenia ánimos para calmarlos.

-¿Que te preocupa Sherlock?- pregunto molesto el hermano mayor, girando su cabeza para enfrentarlo, Daniela quería dejar que esto pasara, ella necesitaba que el menor de los Holmes le dieran un pequeño sermón.

-¿Ella?- pregunto fríamente, Sherlock miro a los ojos de Daniela, ella no quito la mirada de el.

El silencio de Sherlock dio la respuesta.

-Si lo que quieres es vivir una época de pasión y de volver a enamorarte de Adler, hazlo- volvió a hablar Mycroft, Daniela arrugo el entrecejo. -Pero deja a William aquí, nosotros podremos cuidarlo mejor- fue mas una orden, y Daniela por fin comprendió todo.

-¿Esa era la verdadera intención?- pregunto Daniela a Sherlock. -Me dijiste que le ibas a quitar la potestad a Irene, ¿por que me mientes?- pregunto Daniela, con un nudo en la garganta, su ritmo cardiaco cambio, y se mostro en el aparato del hospital.

-Querida, por favor- suplico Mycroft, mirando a su esposa. El sonido de su ritmo cardiaco aumentaba, ella tenia tantas ganas de llorar y sobre todo, de una respuesta.

-¿Por que no te importa por lo que también estoy pasando?- pregunto Daniela, Sherlock la encaro.

-Por que no quiero ver a tu hija, y quiero que William este lejos de ti.- lanzo sin pensarlo. Para la Mexicana fue como una cubeta de agua helada.

The Cold Coagula || Mycroft Holmes ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora