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La mexicana llegó a la casa de Mycroft, y subió como pudo las enormes escaleras, necesitaba darse un baño y relajarse un poco.

El día de hoy había tenido suficiente estrés como para matarla, no sé sentía tan bien y decidió encerrarse en el baño, abriendo las llaves para llenar la tina, y vertiendo en ella sal de baño y espuma. Mientras que Mycroft solo se sentó en la cama, mirando la puerta del baño cerrada, no podía creer que ese tipo se haya aparecido en su vida y demandarla por una cosa tan estúpida.

Tocaron la puerta de la habitación y el se levantó para abrir la puerta.

-Señor Holmes, acaban de entregar esto. Es para la señorita Daniela.- le dijo el ama de llaves, que al instante se retiró. Mycroft cerró la puerta y nuevamente se sentó en la cama, abrió el sobre y esa lo que esperaba, la cita para un juicio para indemnización por perdida de feto, además de la fecha y el horario en el que se debería presentar.

Mycroft solo nego, y dejo el papel en el tocador de la chica, estaba furioso por aquel hombre. No podía creer que llegara con tan poca vergüenza a la vida de Daniela.
Camino hasta el baño y entro, ahí estaba ella, hundida en la tina, mirando el techo, Mycroft se sentó en la taza de baño y fijó su vista en la mujer.

-Daniela, no vale la pena que te acabes la vida pelando en juicios sin sentido. - le dijo Mycroft, aún mirándola, ella apartó su vista del techo para encarar a su pareja.

- Yo sé que no vale la pena, pero...- un nudo doloroso se atasco en su garganta, y paso algo de saliva - No soporto que este hombre venga hasta acá, solo para hacerme sufrir más - su mirada parecía asustada, derrotada, sus uñas chocaban contra la porcelana, haciendo notar su nerviosismo.
-No puedo verlo, sin antes sentir miedo, angustia...- apretó su puño, aguantando las ganas de llorar. Se sentía ahogada -Me hizo perder el mayor sueño que he tendido, me los arrebato, Mycroft- extendió su mano, y un hilo delgado de sangre bajo por su muñeca.
-Merece lo peor- sentenció la chica, Mycroft no aguantaba verla de esa manera, se acercó hasta donde ella estaba y le tomo de la mano.

-Te juro que no se saldrá con la suya - prometió el mayor, ella le tomo el rostro con su mano húmeda, y sonrió.
- Alístate, tenemos aún nuestra cita en pie- le dijo Mycroft levantándose.

-Vamos Myc, no me siento bien. Otro día, ¿De acuerdo? - le rogó la mujer, el nego con su cabeza.

-Necesitas divertirte, de nada va a servirte encerrarte en la habitación preocuparte en vano- respondió saliendo del baño, después saliendo de la habitación, llamo en su celular.

-Necesito que me investigues a alguien...- dijo Mycroft a través de la llamada.

[...]

Daniela estaba sentada enfrente de su tocador, miro el sobre amarillo, pero no lo quiso tocar. Se maquillo,se puso sincera negra y brillos rojos en su párpado, un labial de un rojo quemado, y peino su largo cabello, tenia tantas ganas de llorar, y salir de ahí para cortarle la lengua.
Las lágrimas comenzaron a caer, mientras que se ponía sus pendientes, inhaló profundamente y dejo caer las últimas lágrimas, no podía seguir torturandose por su pasado, pero no sabía cómo dejarlo atrás si no era con alcohol.
Suspiró derrotada, mirándose en el espejo, tomo un pañuelo y se limpio las lágrimas, quería disfrutar la cena con Mycroft, pero estaba preocupada por lo que podría pasar en el juicio.
Lucy entro a la habitación, y Daniela se levantó del sillón, se acomodó su bata de satín negro y le sonrió a la mujer, que traía su vestido listo.

-Se verá maravillosa señorita- le dijo la mujer de avanzada edad, Daniela le dió una sonrisa.

-Gracias Lucy- dijo Daniela tocando la tela del vestido.

The Cold Coagula || Mycroft Holmes ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora