The Cold Coagula || Mycroft Holmes ||

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- Bien Will, ya sabes las reglas, has caso a tu padre y al tío John, no quiero que te metas en problemas por favor cariño.- el pequeño asintió con alegría, Daniela estacionaba la camioneta blindada enfrente del hogar del menor de los Holmes, ella bajó primero como ya era constubre, con una mano en el arma y con la otra ayudo a bajar al pequeño para que no se cayera.  Ya estaba Sherlock esperándolos en la entrada.

-¡Papi!- el pequeño rizado abrazó a Sherlock, el con gusto le devolvió el gesto.

- John te tiene un regalo, sube a saludarlo.- Le dijo su padre, el pequeño subió rapidamente al departamento. Sherlock Y Daniela chocaron miradas, por alguna extraña razón ella se sintió... rara. -¿Quieres tomar algo?- ella asintió nerviosa, Sherlock le tomó del antebrazo y la invitó a pasar.

-Deacuerdo Will, tienes que cerrar los ojos y tratar de adivinar que es lo que tocan tus manos, ¿entendido?- Explicó el doctor, el pequeño inclinó la cabeza sonriendo.

-Tio si entiendo- dijo Will aclarandole a su tío que no era un tipo con retraso.

-Olvidaba que eres hijo de un sociopata- balbuseo bajo y Daniela solo rió, ella se sentó en el sillón café que estaba a un lado de la puerta y Sherlock se sentó terriblemente cerca de ella, cosa que se le hizo raro a Daniela, el ninño estaba arrodillado enfrente de la mesita de centro y arriba de ella una caja decorada con papel azul y detalles dorados. John cubrió sus ojos con una bufanda.

-¿Listo?- preguntó John 

-¡Si, sii!- parecía que la intriga le estaba consuminedo, su gran sonrisa se había contagiado a los demás. John quitó la tapa de la caja, por poco a Daniela suelta un Aww, pero cubrió su boca con ambas manos. Miro con emocion a Sherlock, el solo sonrió. 

John tomó las manos del pequeño para llevarlos dentro de la caja. El rostro del niño reflejo algo de duda al sentir lo que estaba dentro de la caja, Daniela no pudo evitar comenzar a grabar con su teléfono celular.

-Dime Will, ¿Qué puede ser?- preguntó Sherlock, un par de orejas largas y peludas sobresalieron de la caja y el pequeño las acaricio, su sonrisa crecio el triple.

-¡Es un conejo!- gritó Will, John le quitó la cubierta de sus ojos y el niño pudo ver a un pequeño conejito, peludo y gordo. - ¿De verdad es para mí, tío?- preguntó el pequeño mientras cargaba al animalito peludo. John solo sonrio y pronuncio si. Daniela dejo de grabar.

-Gracias- dijo suavemente a John, el hombre estaba muerto de ternura.

-¿Que sabes de los conejos, Will?- pregunto Daniela inclinandose para ver al conejo.

- Bueno el nombre científico de los conejos es Oryctolagus cuniculus, y que son mamiferos lagomorfos, además que está dentro de la lista de las 100 especies exoticas mas invasoras del mundo. Pero son hermosos, ¿no?- Sherlock estaba orgulloso del potencial de su hijo y Daniela no entendía que tipo de contrato satánico  hicieron sus suegros para que tuvieran hijos asi. 

-Si, yo tenía una conejita que murió un poco antes de que viniera a Londres. Un dato interesante es que ellos aprenden a hacer sus necesidades en cajas de arena, como los gatos. - contó Daniela mirando al conejo, le recordaba mucho a su mascota.

-Parece ser un gigante de Flandes - dijo Sherlock sin preocupación, Daniela miró impactada al conejo. 

-Bien le pediré al tío Mycroft que nos regale un trozo de jardín, este conejo necesitará mucho espacio.- dijo imaginandose al enorme conejo caminando por los pasillos de la casa.