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-Por favor Anthea, tengo un problema personal. Necesito que reagendes todo.- Mycroft estaba muy nervioso, durante toda la noche no paro de tratar mal a cuánto se le cruzará.

No soportaba la idea de que la mujer que quería, estaba inconsciente por horas.

-Ten- dijo Sherlock dándole un café a su hermano, habían pasado toda la noche esperando a que la mexicana mejorara.

-Gracias Sherlock- dijo suavemente el mayor, y se perdió nuevamente en sus pensamientos. Pensaba que había sido un terrible ardor irse y dejarla sola.

Daniela podía ser una mujer dependiente y fuerte, pero con el embarazo había cambiado, se le notaba más frágil y pensaba ahora las consecuencias de sus actos. Por algunos meses no podría estar sola por completo, y si la dejaba al cuidado de Sherlock, el aprovechaba.
En cierta parte le molestaba, pero por otro lado, sabía que Daniela compartía mucho cariño por su hermano menor.

-Mycroft, ve a Baker para que descanses unas horas. Ella estará bien- dijo Sherlock preocupado por su hermano mayor, trato de tranquilizarlo, pero Mycroft negó con la cabeza.

-No puedo dejarla ahora, se que es inútil estar aquí, pero estaré más tranquilo- dijo con cierta frustración.

Ella había tenido un desmayo, justamente en el momento en que iba a encarar al austriaco, pero el estrés y las cosas nuevas por las que estaban pasando en su cuerpo la traicionaron. 

De inmediato la llevaron al hospital y durante toda la noche ella permaneció con ciertas complicaciones. 

El estrés, el embarazo, y la ansiedad acumulada la hicieron desmayarse, perdiendo el conocimiento por horas, era peligroso.

Sherlock giro su vista, y se percato de la presencia de Wagner, estaba a una distancia pertinente para no ocasionar problemas.
El menor de los Holmes sintió rabia de solo verlo, no comprendía por qué se sentía tan celoso de aquel rubio, tenía tantas ganas de desaparecerla para que no se volviera atravesar en el camino de Daniela.

Enseguida Mycroft giro su cabeza y el también lo miro.

-Le diré que se vaya- dijo Sherlock dando un paso enfrente, estaba dispuesto a sacarlo de ese lugar como fuera, por su culpa Daniela estaba de nuevo en el hospital, pero su hermano lo detuvo.

-Déjalo, después me encargare de el.- dijo Mycroft de manera fría, como estaba acostumbrado, su hermano hizo caso y le dio la espalda al austriaco.

-No entiendo por qué está aquí, me dan ganas de...

-Señor Holmes- dijo la doctora entrando al pasillo de espera, Mycroft rápidamente se acerco a la joven doctora.

-Si, dígame

-Su esposa se encuentra estable, y su pequeña se encuentra de maravilla- dijo la doctora, pero los dos se quedaron estáticos, los ojos de Mycroft se abrieron mucho.
-En una hora puede regresar a casa, solo que su esposa necesitará muchos cuidado y ante cualquier alarma no dude en acudir al médico.

-A pequeña se refiere, ¿Qué es niña?- pregunto Mycroft sin poder respirar, ignoro por completo lo que había dicho la mujer, solo su grandiosa mente se enfoco en una sola palabra. La doctora amplio su sonrisa.

-Si, su bebé es niña señor Holmes, ¿no lo sabían?- el mayor de los Holmes, negó con la cabeza.

-Ella lo sabia, pero había esperado a que llegara de Escocia

-Felicidades, va a tener una hermosa niña, permiso- la doctora se retiro, y los hermanos se miraron.

Un par de gritos de los hermanos estremecieron la sala, los hermanos se abrazaron con alegría, saltaban en circulo, sin importarles lo que las demás personas podrían decir.

The Cold Coagula || Mycroft Holmes ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora