ENEMIES | DRACO MALFOY ✓

53. DUMBLEDORE'S SECRET WEAPON

Pasaron unas semanas y no han pasado muchas cosas. El día de los exámenes, Fred y George entraron al Gran Comedor con fuegos artificiales, lo que hizo que todos detener el examen. Resulta que hicieron todas las reglas sobre la pared se derrumba y se estrella. Draco y yo hemos pasado más tiempo juntos, aunque todavía mantenemos nuestra relación en secreto, ya que no le he preguntado exactamente por qué.

Caminaba sola por los pasillos, cuando Draco se acercó a mí, aunque también estaba arrastrando a Neville con él.

—La profesora Umbridge quiere que vayamos a su oficina, atrapó a Harry en su oficina, revisando sus cosas aparentemente.—dice. Asiento un poco cuando lo sigo hacia su oficina.—Atrapé a este tratando de ayudar a la chica Weasley.—se burla Draco cuando entramos a su oficina. Me paré en la parte de atrás detrás de todos con Draco, cuando apoyé mi cabeza en su pecho mientras él envolvía su brazo alrededor de mi cintura.

Miro y veo a Harry en un asiento, mientras la profesora Umbridge se paró frente a él.

—Ibas a Dumbledore, ¿no?.—Ella pregunta.

—No, yo no estaba—

Harry no pudo terminar su oración cuando ella lo abofeteó en la cara. Me sobresalté un poco cuando salté un poco, cuando sentí el agarre de Draco en mi cintura apretarse, mientras me acercaba a él.

No pasó mucho tiempo hasta que Snape entró en su oficina, cuando comenzó a hablar con ella durante unos segundos antes de irse. Vi a la profesora Umbridge sostener su varita hacia Harry hasta que Hermione gritó.

—¡Dile, Harry!

—¿Decirme qué?—Preguntó la profesora Umbridge.

—Si no le dices, entonces le diré dónde está.—dice Hermione.

—¿Dónde está qué?.—Ella preguntó.

—El arma secreta de Dumbledore...

[...]

—Oh, por favor, como si hubiera un arma para Dumbledore.—dice Draco mientras todos entramos en la sala común.

—Nunca conoces, Malfoy, podría tener uno.—dice Flint.

—Como sea, honestamente no podría importarme menos.—Murmura mientras se sienta en el sofá. Flint y Blaise se sientan a su lado, mientras Bella y Alexa se sientan frente a ellas.

—¿Uhh, Draco?.—La cara de Draco se vuelve para mirarme.—¿Puedo hablar contigo por un momento?.—Pregunté.

Me miró durante unos segundos antes de levantarse y caminar hacia mi dormitorio conmigo.

Entramos a mi dormitorio mientras cierro la puerta detrás de mí.

—Escucha Draco... tenemos que hablar de nosotros.

Él asiente con la cabeza.

—Está bien, así que habla.—dice antes de tomar asiento en mi cama.

Suspiro.—Quiero saber por qué estábamos saliendo en secreto, o por qué no podemos decirle a nadie a dónde vamos, o por qué ni siquiera podemos actuar con normalidad frente a todos.—Murmuro.

Él gime.—Lucinda... pensé que lo habías entendido.

—Sí, solo quiero saber la razón.—digo mientras camino hacia él.

—Yo solo. No quiero que nadie sepa sobre nosotros todavía.—Murmura.

—Está bien, lo entiendo... pero ¿por qué?.—Pregunto.

Me mira.—No quiero que la gente te juzgue.—murmura.

—¿Yo? ¿Qué tengo que ver con eso?.

Suspira.—Estoy bastante seguro de que toda la escuela sabe que te insulté tanto, quiero decir... ¿qué van a pensar una vez que me vean tomándote de la mano mientras caminábamos por el pasillo? ¿Vas a pensar que si te beso en el Gran Comedor? No cuadraría.

Me río un poco.

—¿Por qué te ríes?.—él pregunta.

—Porque Draco, no me importa lo que piensen los demás... déjalos pensar todo lo que quieran. Si creen que te pagué por salir conmigo, déjalos pensar eso.—Vi una pequeña sonrisa formada en su rostro.

—Suena tonto, ¿no?—pregunta.

Me río de nuevo.—Más que tonto. Draco, estoy dispuesta a mantener esta relación en secreto hasta que estés listo, ¿de acuerdo?.—digo.

Asiente antes de plantar un suave beso en mis labios. Sonrío.

—Ya no hablas con Potter, ¿verdad?—él pregunta.

Niego con la cabeza.—Rara vez, ¿por qué?.—Le pregunto mientras me acerca a él para hacerme sentar en su regazo.

—Si alguna vez te habla, asegúrate de decírmelo lo más rápido que puedas... y eso es lo mismo para Adrian.—dice.

Sonrío.—¿Debería siquiera preguntar por qué?

—No, es mejor si no lo haces.—Sonríe antes de besarme de nuevo.