58. FORCED

12.3K 857 124
                                    

Han pasado unas semanas en las vacaciones y no ha pasado mucho. Mis padres estaban en el Ministerio o en la Mansión Malfoy, teniendo reuniones con el Señor Oscuro. No he escuchado mucho de ninguno de mis amigos, probablemente solo Alexa y Bella. Draco y yo no nos hemos visto desde que rompí con él, aunque tenía la sensación de que lo vería muy pronto.

Por la mañana, me desperté con un parloteo fuerte que venía de la planta baja. Traté de volver a dormirme, aunque no pude por lo fuerte que era el parloteo. Decidí salir de mi cama y ponerme mi bata negra y luego poner mi cabello en un moño alto y desordenado antes de salir de mi habitación.

Caminé por los pasillos de mi casa hasta que bajé las escaleras, cuando me di cuenta de que conocía las voces que hablaban. Entré a la sala de estar cuando vi a Narcissa y Bellatrix hablando con mi madre.

Miré al lado de Narcissa, cuando encontré miradas con Draco.

Llevaba su traje negro habitual, ya que su cabello era un poco diferente. Estaba aún más pálido de lo que solía ser y se veía bastante delgado. Sus ojos se agrandaron una vez que me vio, ya que no nos hemos visto en un tiempo.

—¡Oh! ¡Me preguntaba dónde estabas!.—Narcissa dice mientras se levanta y camina hacia mí. Me da un fuerte abrazo mientras yo me río un poco por encima de su hombro.

—Cariño, ¿por qué no estás vestida?.—Pregunta mi madre.

—Uh... acabo de despertar... tal vez por eso.—Murmuro.

—Está bien, entonces ve a vestirte.—Ella se ríe un poco.

Asiento un poco cuando me doy la vuelta para volver a subir las escaleras.

—¡Espera!.—Escucho a Draco decir detrás de mí.

Abro los ojos antes de darme la vuelta, cuando él estaba parado fuera de su asiento, mirándome directamente.

—¿Qué?.—Pregunto.

Se quedó callado mientras me miraba antes de caminar hacia mí y arrastrarme escaleras arriba con él.

—Draco... suéltame.—susurro.

—Llévame a tu habitación.—dice.

—¿Por qué?.—Pregunto.

—Por el amor de Dios, Lucinda. Solo llévame a tu habitación.—susurra.

Suspiro antes de comenzar a caminar hacia mi habitación. Caminamos por los pasillos en silencio, mientras mantuve mis ojos en el suelo hasta que llegamos a mi habitación.

Abro la puerta cuando entró antes que yo. Entro en mi habitación, cuando cierro la puerta detrás de mí.

—¿Qué quieres Draco?.—Pregunto.

Suspira mientras toma asiento en mi cama.—¿Cómo estás?—él pregunta.

Levanto las cejas mientras cruzo los brazos frente a mí.

—¿No me hablas durante unos meses y me preguntas cómo estoy?—murmuro.

—Escucha... han pasado muchas cosas que no puedo explicar correctamente.—murmura.

Me burlo.—Como sea, ¿por qué estás aquí?.—Pregunto.

—Mi madre me obligó... dijo que tenía que salir de la mansión por una vez.—dice.

Asiento un poco.

—¿Vas a responder a mi pregunta?—él pregunta.

Suspiro.—Si debes saberlo, estoy muy feliz ahora... Realmente estoy disfrutando mi vida, sabes... es increíble quedarme en casa todos los días, sin hacer nada.

—¿Realmente debería creer eso?

—Sería estúpido si realmente creyeras eso.—murmuro.

Asiente mientras mira hacia el suelo.

—Sé honesto Draco, ¿por qué estás realmente aquí?.—Le pregunto.

—Porque mi madre-

—Escucha, tu padre está en Azkaban, sé que tu madre nunca te obligaría a hacer nada, a diferencia de tu padre, así que, ¿por qué estás aquí?.—Lo interrumpí.

Se mira las palmas de las manos.—Sólo quería verte... como... quería saber cómo estás y todo.—dice.

—¿Entonces no tiene nada que ver con ver lo miserable que soy?.— Pregunto.

El niega con la cabeza.—Yo nunca- —Se detiene.

—¿Tu nunca?.—Pregunto.

—Olvídalo.—dice.

—Draco.

—No quiero verte nunca miserable.—dice.

Mis labios se separan el uno del otro.—Rompiste conmigo... me hiciste miserable.

—Lo sé, y la cagué por eso... y realmente lo siento Lucinda... no sé de qué otra manera mostrar cuánto lo siento.—dice.

Suspiro.—Draco... es solo que me controlaste tanto y ahora no sé qué decir.

—Te prometo que no volveré a controlarte Lucinda.

—¿Pero cómo puedo creer eso Draco? ¿Qué pasa si algo pasa y—

Se pone de pie mientras camina hacia mí.—Lucinda, lo prometo.

—Draco, no puedo.

—Sé que los dos nos extrañamos Lucinda... dame otra oportunidad... por favor.—dice.

—Pero luego vas a pedir otra oportunidad después de eso.

—No lo haré, te lo prometo Lucinda.

Suspiro mientras miro al suelo entre nosotros.

—¿Puedo pensar en eso, por favor?.

Él da una pequeña sonrisa.—Seguro.—dice.

ENEMIES | DRACO MALFOY ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora