71. THE ROOM OF REQUIRMENT

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Draco y yo entramos en la Sala de los Menesteres, cuando Draco lanza su manzana verde al aire un par de veces y la atrapa. Lo lanza al aire unas cuantas veces hasta que llegamos al armario evanescente.

—¿Alguna razón por la que trajiste una manzana contigo?.—Pregunto.

—Estoy probando el armario con la manzana.—dice. Asiento lentamente cuando saco mis notas que escribí hace unos días. Draco sacó su varita cuando comenzó a cantar algún hechizo.

Suspiro.—El profesor Slughorn me invitó a su fiesta de Navidad mañana.—digo.

Se da la vuelta cuando me mira a los ojos.

—¿Qué?—él pregunta.

Asiento de nuevo.—Me dijo que estuviera allí a las 6:30 pm... ¿está bien?.—Pregunto.

—Lucinda... no podemos tener distracciones.—murmura.

—Draco... pero solo por una noche.—digo.

—Lucinda-

—Vamos Draco, ven conmigo... será divertido alejarme de todo esto por un día.—dije mientras caminaba hacia él.

Él me mira.—Ni siquiera me invitaron Lucinda, no voy a aparecer.

Pongo los ojos en blanco cuando me alejo de él.

—Escucha Lucinda... ve a disfrutar de tu noche mañana... mientras yo me quedo atrás y trabajo en el armario.—dice.

Alzo las cejas.—¿Estás seguro? Siento que te dejo para que trabajes en esto tú solo.

Él niega con la cabeza.

—No, ahora que todos estarán en la fiesta de Navidad, me daría la oportunidad de colarme en la Sala de los Menesteres fácilmente y trabajar en el armario.

Suspiro.—Draco, no me hagas sentir mal.

—No te sientas mal Lucinda... ve a disfrutar tu noche Lucinda... me has estado ayudando durante semanas, necesitas un descanso.—murmura.

No estaba equivocado, he estado con él en la Sala de los Menesteres durante semanas, ayudándolo a arreglar el armario. Pasábamos horas aquí, tratando de averiguar cómo arreglar el armario. A veces nos saltamos el almuerzo y la cena porque estábamos muy concentrados en el.

—Tú también Draco.—dije.

—Tendré mi descanso una vez que todo esto termine.—dice.

Me quedo callada por unos segundos.—¿Y cómo sabes que todo esto va a terminar?

—Yo no... Solo estoy tratando de creer que así será para no tener que pensar en las consecuencias.—dice.

Asiento lentamente.—Está bien, me aseguraré de que tengas tu descanso.

Me da una pequeña sonrisa antes de colocar la manzana en el gabinete y comenzar a cantar un hechizo. Después de unos segundos, abre el gabinete cuando la manzana se ha ido.

—¿Qué pasó?.—Pregunto.

—La manzana desapareció.—susurra. Vuelve a cerrar el armario cuando vuelve a cantar el mismo hechizo hasta que se oye un fuerte jadeo. Abre el armario, una vez que ha vuelto la manzana, aunque tenía un mordisco.

—Quiero decir que es una buena señal Draco... alguien mordió la manzana una vez que fue a casa de Borgin y Burke y luego la volvió a guardar en el armario.

Suspira.—Sí... supongo.—Murmura mientras se vuelve hacia mí. Envolvió sus manos alrededor de mi cintura cuando me acercó a él.—Así que esta fiesta de Navidad mañana... ¿puedo preguntar qué llevarás puesto?.—pregunta.

Sonrío.—Eso no es de su incumbencia Sr. Malfoy.

—En realidad es asunto mío... tengo que asegurarme de que luzcas hermosa.

Me río un poco.—¿De verdad crees que alguien va a ser un pervertido conmigo?.

Él asiente lentamente.—Bueno, sí... supongo.

Me río de nuevo.—¡¿Cómo quién?!

—No lo sé... Potter... Weasley.—coloca su mano derecha en mi mejilla cuando acaricia mi piel con el pulgar.—Nunca se sabe... tal vez incluso la de nuestro profesor.—sonríe.

Me río con él.—¿De verdad Draco? Nadie va a—

—Realmente no conoces, Lucinda... tal vez Snape realmente pueda decirte sus sentimientos reales hacia ti.

—Draco, ¿sabes lo tonto que suenas?.—Yo sonrío.

Su sonrisa crece.—No, ¿qué tan tonto sueno?

—Bastante tonto... tal vez incluso más tonto que Harry.—dije.

Me mira mientras me río hasta que su mano se envolvió alrededor de mi cuello con fuerza. Podía sentir sus anillos fríos tocar mi piel ardiente, lo que me provocó escalofríos por todo el cuerpo.

Sonrío.—Lo siento, ¿algo de lo que dije te molestó?.—Pregunto.

Él levanta las cejas antes de que su agarre alrededor de mi cuello se apriete.

—No me llamas más tonto que Potter, ¿entiendes?.—Él se burla.

Me río entre dientes.—No.—solté.

—Oh, cállate ya.—murmura antes de que sus labios se estrellaron contra los míos. Me besó apasionadamente durante un rato mientras sus manos permanecían en la misma posición. Comenzó a besar mi cuello, provocando que tuviera aún más escalofríos en cada lugar que besaba.

—Draco... quiero más.—susurro.

—¿Qué quieres cariño?.—Pregunta antes de continuar besándome. Cierro los ojos mientras mis labios se separan.

—Quiero que me folles Draco.—susurro.

Inmediatamente quitó sus labios de mi cuello cuando me miró. Me miró por unos segundos.

—Está bien, no esperaba eso de ti.

—Draco.—empiezo.

—La última vez que estuvimos... a punto de... pero... como.—Murmuró.

—Draco, te quiero.—le corté.

Él sonríe un poco.—¿Estás seguras de que realmente quieres?—él pregunta.

Le doy un asentimiento alentador cuando su sonrisa se amplió hasta que ambos salimos corriendo de la Sala de los Menesteres y nos dirigimos hacia su dormitorio.

ENEMIES | DRACO MALFOY ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora