ENEMIES | DRACO MALFOY ✓

59. GO AS MY DATE

Al día siguiente, caminé por las escaleras, una vez escuché un golpe en la puerta principal. Rápidamente caminé hacia la puerta antes de abrirla, cuando encontré a Draco a los ojos. Sus manos estaban en los bolsillos de sus pantalones de vestir, mientras me miraba directamente.

—Hola.—dice.

Sonrío un poco.

—Así que supongo que no te has decidido por una segunda oportunidad para mí, ¿verdad?

—Uhh... ni siquiera ha pasado un día, Draco.—Me reí entre dientes.

—Bien. Lo siento... de todos modos, te voy a llevar, ve a vestirte.

Cruzo los brazos frente a mí.—¿Y cuando acepté salir contigo?—Pregunto.

—No era una opción.

Me burlo.—¿Qué pasó con no controlarme más?.

—¡Lucinda! ¿¡Quién está en la puerta!?.—Escucho gritar a mi padre.

—¡Es solo Draco!.—grito antes de mirar a Draco.

—Ven a pasar el día conmigo en el Callejón Diagon Lucinda... lo disfrutarás.

Suspiro.—Bien, aunque todavía no he tomado mi decisión, así que no puedes actuar como lo hiciste, ¿entendido?.

Él asiente mientras sonríe. Abro la puerta para que entre en mi casa.

—Me voy a vestir, no tardaré.—digo mientras cierro la puerta tras él.

Él asiente de nuevo hasta que yo estaba subiendo las escaleras.

—¡Oh Draco! ¡Nunca supe que vendrías!.—Escucho a mi madre decir. Me río un poco mientras termino los últimos pasos hasta que comencé a caminar por los pasillos. Después de unos segundos, finalmente llegué a mi habitación cuando me preparé de inmediato.

Decidí usar una falda blanca plisada con un top corto blanco. Me puse unos zapatos deportivos cómodos cuando me saqué el pelo y luego comencé a maquillarme. No me tomó mucho tiempo hasta que ya había terminado. Me puse algunas joyas antes de salir de mi habitación y regresé a la sala de estar.

—Oh wow, me siento tan mal por tu madre, ella tiene que lidiar con todo, mientras tu padre está en Azkaban.—le dice mi madre. Entro a la habitación en la que estaban, cuando veo a mi madre y Draco parados frente a la chimenea.

—Sí, lo sé, mamá está pasando por muchas cosas, pero- —dice Draco antes de mirarme.

—Oh, lo siento, ¿estaba interrumpiendo algo?.—Pregunto.

—No, no... nada en absoluto, ¿estás lista?.—Pregunta Draco.

Asentí un poco antes de que caminara hacia mí.

—Gracias por sacar a mi hija Draco... ella no ha dejado casa en un rato, ya es hora de que vuelva a oler el aire, y por favor devuélvala en perfecto estado.—dice mi madre.

—No se preocupe Sra. Blackwood, ella regresará con usted en perfectas condiciones.—Sonríe antes de que salgamos de la sala.

—¿Así que supongo que mi madre y tú son mejores amigas ahora o algo así?.—Pregunto.

—Sí, ¿algún problema?.—Él susurra.

—No, no te pongas celoso una vez que esté cerca de tu madre.—dije.

—Una vez que estés cerca de mi madre, ella nunca se callaría de ti.

Me río entre dientes mientras salimos por la puerta principal.

—Bueno, entonces nunca me callaría de ella.

Bajamos las escaleras del porche delantero, hasta que salimos por la puerta principal y nos dirigimos hacia el Callejón Diagon.