ENEMIES | DRACO MALFOY ✓

54. ABUSE

Pasó una semana, en la que pasan muchas cosas en el camino. Quien-tú-sabes ha estado constantemente en el periódico, mostrando que ha regresado. La profesora Umbridge ha sido alejada de Hogwarts, de ella controlando la escuela y torturando a los estudiantes.

Todos nos estábamos riendo de las extrañas bromas de Blaise, cuando Draco se sentó a mi lado. Sonrío mientras lo miro, cuando me di cuenta de que no me devolvía la sonrisa.

—¿Qué pasa?.—le susurre. No me estaba mirando, en cambio, estaba mirando frente a él, a la mesa de Gryffindor.—¿Draco?.—Le pregunté a lo qué lo hizo girar la cabeza para mirarme.

—¿Hm?.—Él tararea.

—¿Estás bien?.—Pregunto. Asiente antes de apartar la mirada de nuevo.

Decidí ignorarlo, cuando volví a mirar a Blaise. Continuó haciendo bromas, lo que me hizo reír aún más hasta que sentí la mano de Draco en mi muslo.

Giro mi cabeza para mirarlo.—¿Otra vez? ¿En serio?.—susurro.

Me estaba mirando, aunque no sonreía, sino que me miraba fijamente, como si estuviera tratando de advertirme. Suspiro cuando aparto la mirada, mientras desliza su mano muy lentamente hacia arriba.

—Draco.—susurré de nuevo mientras miraba la mesa.

—Malfoy, tenemos práctica de Quidditch mañana, Dumbledore nos permitirá tener un partido antes de que nos vayamos la semana que viene... Vamos contra Ravenclaw.—Flint dice al otro lado de la mesa mientras mira a Draco.

Draco asiente un poco antes de mirar su comida. BeIIa me da una pequeña mirada confundida sobre por qué Draco estaba en silencio. Le devuelvo una mirada confusa cuando continúo cenando.

—¡Hola chicos! ¿Cómo se llama a alguien que es terco, callado y grosero?—Pregunta Blaise.

Todos nos quedamos callados por unos segundos.

—¡Draco Malfoy!.—Grita antes de que Alexa, Bella y Flint se rían un poco.

Giro mi cabeza para mirar a Draco de nuevo, mientras él todavía miraba su porción llena de comida. Ni siquiera tocó su tenedor y cuchillo todavía.

Después de unos segundos, se dio cuenta de que lo estaba mirando, lo que hizo que me mirara. Le doy otra pequeña sonrisa cuando lo mira durante unos segundos antes de que se levante de inmediato. Miro hacia atrás al grupo cuando tartamudeo antes de salir rápidamente de mi asiento y correr rápidamente tras él.

—¡Draco!.—Grito pero él no se da vuelta. Salió del Gran Comedor y yo lo hice después de unos segundos. Miré a mi alrededor, cuando vi que Draco caminaba hacia Harry. Abro los ojos antes de correr hacia él, aunque era demasiado tarde.

Draco inmediatamente le dio un puñetazo en la mejilla a Harry para hacerlo caer al suelo. Le dio tres patadas apenas mientras gemía en el suelo. Finalmente los alcanzo. cuando rápidamente coloco mi mano en el brazo de Draco. Se vuelve para mirarme.

—¡¿Qué diablos estás haciendo aquí?!.—El grita.

—¡Draco, no puedes simplemente atacarlo así en los pasillos!.—Grito de vuelta.

—¡Mírame!.—Grita de nuevo antes de patear a Harry de nuevo en el suelo. Harry estaba sangrando en su cara y nariz, mientras luchaba por levantarse. Antes de que Draco pudiera patear a Harry de nuevo, me paré frente a él.

—¡Basta Draco! ¡No hizo nada!

—¡Puso a mi padre en Azkaban!.—El grita. Mientras me miraba, noté que todo su rostro estaba rojo por lo enojado que estaba.

—¡Solo porque puso a tu padre en Azkaban, no significa que debas abusar de ellos hasta que estén cojeando en el suelo!

Me miró durante unos segundos antes de mirar a Harry. Se da la vuelta cuando envuelve su brazo alrededor de mi hombro y camina hacia la sala común.

[...]

Entramos a mi dormitorio una vez que se sienta en el borde de mi cama.

—Lucinda—

—¡No! ¡No me digas 'Lucinda'! ¡Acabas de abusar de Harry y te alejaste! ¡Estaba sangrando Draco!.—Grito.

—¡Él puso a mi padre en Azkaban! ¡¿Sabes lo que se siente cuando sabes que no vas a ver a tu padre una vez que regreses a casa?!.

—Escucha, Draco... sé que es difícil pero no deberías dejar salir tu enojo abusando de los demás—

—¡Bueno, así soy Lucinda! ¡Así es como me enfrento a mi ira!.

Suspiro mientras me froto los ojos.

—¡Y tú! ¡Estabas coqueteando con Blaise!.—Grita de nuevo.

—¡¿Qué?!.—grito.

—Oh, no lo niegues.—murmura.

Cruzo los brazos frente a mí.—¿Estás diciendo que coquetearía con otras personas mientras salía contigo?

—¡Te estabas riendo de todos sus estúpidos chistes!

—¡No me reí de la de ti porque la encontré de mala educación.

Él se burla.

—Escucha, simplemente no hables más con él, ¿entendido?.—dice.

—¿Disculpa? ¿Me estás diciendo que no hable con mi amigo?—Pregunto.

—Y Flint... simplemente. No hables con ningún chico, ¿entendido?.—él pregunta.

—¿Por qué no puedo? ¡Es como decir que no puedes hablar con Bella y Alexa, y con todas las demás chicas de Hogwarts!.

Se levanta de mi cama mientras camina hacia mí.—¡Porque no me gusta que otros chicos hablen contigo! ¡Odio verte reír y hablar con ellos!.

—¿Sabes qué? Estás celoso Draco. Estás celoso de que otros chicos me estén hablando—

—¡¿Sabes qué ?! ¡Sí! ¡Estoy celoso! ¡¿Tienes algún problema?!.

—Draco, no deberías tener celos si hablo con otra persona... ¿Por qué crees que me voy a olvidar de ti e iré a hablar con otras personas?.—Digo con calma.

—Porque todos los demás se olvidaron de mí... dudo que hagas lo contrario.—murmura. Suspiro mientras camino hacia él lentamente, cuando lentamente envuelvo mis brazos alrededor de él. Sus manos permanecieron en el aire durante unos segundos antes de envolverlas alrededor de mi cintura.

—No te voy a dejar Draco... no me voy a olvidar de ti.—susurro mientras recuesto mi cabeza en su pecho.

Levanto la cabeza de su pecho mientras lo miro y levanto mi dedo meñique.

—Prometo por el meñique que no me olvidaré de ti Draco.—dije.

Él sonríe un poco.

—¿Qué es una promesa meñique?.

—Dios mío... es una promesa.—me río un poco.

Asiente un poco mientras sonríe antes de entrelazar su rosa con el mío y luego me acerca a él de nuevo.

—Prométeme que no volverás a hablar con otros chicos.—Él susurra.

No sabía qué hacer, ya que no quería decir que sí, porque estaría lastimando a mis amigos, pero si decía que no, Draco se enojaría.

—Lo prometo.—susurré.

Se aparta un poco, cuando planta un suave beso en mis labios.