Capítulo cuarenta y uno.

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11 de Abril, 1991. Alemania.

Gabriel sonrió; Mercurio y Atena estaban muy bien, muy felices con su nueva familia en Bélgica. —¿Atena mandó una imagen de la tela que diseño?— preguntó Kamala. Ella estaba apoyada contra el niño mientras leían las cartas que Oma le había enviado.

—No estoy seguro, revisa el sobre— respondió Gabriel mientras su hermanita emocionada revisaba el sobre. Dos fotografías cayeron de el; uno era de un tejido azul oscuro con pequeñas flores blancas en forma de campana y hojas plateadas. La otra foto era de la hermosa daga plateada que Mercury había hecho. 

Le había tomado un mes a Vincent sentirse cómodo para encontrar un hogar para los gemelos squib, finalmente se habían quedado en un pueblo en Bélgica que hacía telas y trabajo en metal para el mundo mágico. Allí vivía un Maestro de Pociones que preparaba todas las pociones necesarias para las telas y el metal, para que pudieran crear objetos muy potentes y codiciados.

—Gabriel— Kamala alargo su nombre dulcemente, sus grandes ojos marrones en forma de almendra se enfocaron intensamente en os de él.

Gabriel levantó una ceja en dirección a su hermana de cuatro años. —¿Si?

Sonriendo, ella se subió a su regazo, y poniendo ambas manos en la cara del niño le dio un gran beso en la mejilla. —Te amo, eres el mejor hermano mayor de todo el mundo.

Gabriel sonrió satisfecho. —¿Qué quieres ahora princesa?

Ella puso la foto de la tela prácticamente en la cara del niño. —¡Quiero un vestido hecho con esta tela!

—Es una tela encantadora, ¿no deberías poner eso en tu lista?— Kamala había comenzado a pedir muchas cosas durante sus viajes, que Naveen había creado una 'lista' imaginaria de todo lo que ella quería. Cada vez que pedía algo le decían que lo pusiera en la 'lista' y ella feliz se movía a otra cosa.

Kamala hizo un mohín. —Parece que nunca consigo nada de lo que está en la lista.

Gabriel sonrió. —Oh, ¿en serio? ¿Y qué es lo que te falta, princesa?

—Bueno, no lo sé, pero no tengo un vestido hecho con la tela de Atena.

—Tu deseo es mi orden, princesa— dijo Gabriel riendo y luego le hizo cosquillas a la niña hasta que ambos quedaron si aliento.

—¿Leímos todas las cartas?— preguntó Kamala cuando recuperó el aliento.

—No estoy seguro, revisemos— Gabriel recogió los sobres esparcidos y se acomodó en su cama. Cuando Kamala se acomodó a su lado, revisaron uno a uno—. La carta de Oma.

—Ya leímos esa. Ella suena feliz, la veremos pronto, ¿cierto?— preguntó Kamala.

—Si, la próxima semana— respondió. Esperaba con ansias ver de nuevo a Oma y conocer a Ann, a quien Oma había mencionado varias veces—. ¿Y Naanii?

—Sí, ella dijo que está muy bien, y espera que podamos ir a visitarla pronto.

—¿Luca?

—Sí, se casará el próximo año y quiere que vayamos a la boda— Kamala rebotó un poco en la cama—. Un vestido hecho con la tela de Atena será perfecto para una boda.

Gabriel se rió con cariño de su hermanita. —¡Estás loca! Mira, son casi la una, debo ir a entrenar con Soto. ¿Por qué no te llevas la foto y se la muestras a tu maataa y pitaa*? Podemos jugar después.

Kamala hizo un puchero por un momento, luego dijo: —Está bien, pero tú y Soto tienen que jugar a las escondidas conmigo después.

Gabriel sacudió la cabeza mientras veía a su hermana salir volando de su habitación. Respiró hondo y miró alrededor de su habitación para recordarse a sí mismo que esto era real, él era realmente amado y había estado viviendo con su familia durante casi cinco años. A veces, tenía miedo de despertarse en el armario de los Dursley y que todo esto no había sido más que un hermoso sueño. El mapa, que aún colgaba sobre la cabecera de su cama, estaba cubierta de líneas y alfileres mostrando cinco años de viajes. Rápidamente se cambio a un pantalón y camiseta verde que combinaban con el verde oscuro de los pinos que dominaban el bosque en el que estaban acampando. Viendo que aun tenía diez minutos, Gabriel ordenó su habitación. Puso toda la ropa sucia en la canasta y recogió los libros de los fundadores. Guardó uno a uno en el baúl, nadie más que él podía abrirlo, y mientras confiaba en su familia, no podía arriesgarse a que cayeran en otras manos. Leyó el titulo de cada libro ante de guardarlo para saber que los tenía todos.

Caravana Gitana [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora