Capítulo Veintinueve

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Querubín puso una pequeña mano a cada lado del barril. Adelantándose observó las manzanas verdes y rojas flotar en el agua. Respirando profundo, Querubín metió su cabeza en el agua fría e intentó agarrar una manzana con la boca. Después de unos segundos salió del agua jadeando y sin manzana. Con una mirada de determinación el niño lo volvió a intentar; le tomó varios intentos antes que el pequeño sacara la cabeza con ojos triunfantes y una brillante manzana en la boca.

Vincent caminó hacia él y comenzó a secarle la cara con una suave toalla azul.  —¡Bien echo Querubín! Es muy difícil pescar una manzana así.

El niño sonrió y mordió la manzana, estaba ácida y firme. Querubín nunca antes había comido una manzana como esta; tomando otra mordida, decidió que le gustaba mucho. Mirando alrededor, el niño vio a otras personas en los barriles de manzanas, mojados y riendo y mientras intentaban pescar una.

Algunos, como él, estaban parados a un lado comiendo su premio.

Un pito sonó al otro lado del campo. —Van a empezar las carreras, ¿te gustaría ir hacia allá?— Vincent preguntó mientras Mudiwa, Adonis y Soto se les unían.

— ¿No quieren pescar manzanas?— preguntó Querubín tomando otra mordida de la suya.

Vincent sonrió ante la preocupación del niño. —Lo haremos, siempre dejamos que los niños vayan primero.

— ¿Por qué?

Soto y Adonis se sonrojaron ante la pregunta.

— Bueno— comenzó Adonis vacilante—, a veces nos ponemos muy competitivos.

Querubín frunció el ceño confundido y miró a Soto por una mejor respuesta. Soto aclaró su garganta. —Creo que cuando nos veas pescar manzanas todo será más claro para ti.

Vincent y Mudiwa sonrieron. —Vamos Querubín; vamos a ver las carreras— dijo Mudiwa, estirando su mano para que el niño la tomara.

El niño se encogió de hombros y feliz tomó la mano de Mudiwa. Pronto estuvieron de pie en un largo campo con marcadores mostrando carriles y el punto de partida y de final. Querubín miró alrededor y vio a niños sentados en el piso amarrando sus piernas.

— ¿Que están haciendo?— preguntó el niño.

Vincent iba a responder cuando la nieta de Freja, Giselle, se les acercó corriendo. Ella comenzó a hablarle rápidamente en alemán a Querubín. El niño le sonrió y meneó la cabeza, él no entendía. Vincent iba a ayudar con la traducción cuando de repente la niña tomó la mano de Querubín. Giselle continuó hablando y comenzó a guiar al niño hasta la línea de partida. Al principio él se puso tieso y sus ojos perdieron enfoque, después comenzó a caminar con ella riendo ante lo que ella decía luego comenzó a responder vacilante con 'ya' y 'nein'.

— Por los cielos— dijo Vincent con suavidad. Cuando todos los participantes estuvieron de pie en la línea de partida riendo y listos para comenzar se escuchó: "¡En sus marcas, listos, fuera!". El grupo de competidores de la carrera en tres piernas partió lo más rápido posible. Querubín y Giselle iban bien pese a la diferencia en estatura. Vincent rió al ver al pequeño. Cuando la carrera terminó y las cuerdas fueron desatadas, Querubín se le acercó corriendo junto a Giselle.

— ¡Giselle dice que la próxima carrera es para adultos! ¿Van a participar?— preguntó el niño con ojos brillando de alegría.

Los cuatro hombres se miraron; era imposible negarse ante esos ojos brillantes.

— Yo voy con Mudiwa— gritó Adonis agarrando al sorprendido hombre nombrado y llevándoselo en busca de cuerda.

Vincent rió y se giró a Soto ofreciéndole su brazo. —¿Vamos a avergonzarlos?— Soto sonrió travieso y aceptó el brazo de Vincent.

Caravana Gitana [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora