Caravana Gitana [Harry Potter]

Capítulo Setenta y Nueve.

15 de Diciembre de 1996. Mansión Riddle.

Marcy dejó la caja de vino y retrocedió hacia las sombras. Su maestro, Devlin, el otro líder vampiro Samuel, Roberto el líder de la manada de hombres lobo, Fenrir Greyback, Lucius Malfoy y Lord Voldemort se sentaron alrededor de una mesa antigua para discutir los próximos planes de batalla. Habían tenido mucho cuidado de excluir a todos los demás; sin embargo, los hombres prejuiciosos pasaron por alto a la delicada vampiro. Marcy sonrió para sí misma, sabía que la mayoría de la gente la subestimaba, y siempre lo había alentado. Silenciosamente escuchó su planificación.

Sus ojos se abrieron y su cuerpo tembló mientras los escuchaba trazar y planear. Ella solo había sido un vampiro durante dos años, y apenas comenzaba a liberarse del control de su padre. Devlin había convertido a todos los miembros de su clan. Era cruel y limitaba la cantidad de sangre que bebían para controlarlos. Abusaba de todos, y ahora los estaba obligando a luchar en una guerra contra niños.

Marcy tenía una cosa a su favor: ella era buena escondiéndose. El día que Devlin la había convertido, estaba afligida por su amiga que acababa de morir y no estaba mirando por dónde caminaba. La habían agarrado, mordido y lo siguiente que recordaba era despertarse en una cama extraña. Le había tomado semanas recuperarse del cambio, pero solo días para darse cuenta de que necesitaba a Devlin, y él la consideraba débil. Entonces, como la chica callejera había hecho toda su vida, ella fingió, y en secreto estudió y se hizo más fuerte.

Marcy había pensado en huir hace mucho tiempo, pero sin un lugar donde escapar tenía miedo de terminar en otro clan que podría ser aún peor. Así que había esperado, esperando encontrar una manera de ganar su libertad. Hace una semana había estado lista para arriesgar un futuro desconocido cuando descubrió que iban a ser peones en una guerra. Sin embargo, la fortuna le había sonreído, y había escuchado a Devlin, Merrik y Samuel quejarse del "alto y poderoso" Consejo de Criaturas.

Sin estar segura de que tomarían a un vampiro callejero sin ninguna razón, Marcy se había quedado tratando de encontrar información útil para que eso le ganara un lugar seguro. Ahora la tenía y esperó pacientemente hasta que terminó la reunión y luego se escabulló en la noche. A pocas calles de la antigua mansión, Marcy se detuvo y se sentó con las piernas cruzadas en el suelo. Al caer en trance, llamó a su madre como siempre lo había hecho desde su muerte, Marcy solo tenía seis años cuando murió su madre. Las últimas palabras de su madre fueron una promesa de estar siempre allí sin importar qué, cada vez que Marcy la necesitara. Y ella lo había estado.

—Marcy— la voz etérea de su madre llamó—. Te he extrañado, mi amor.

—Yo también te extrañé, mamá, no ha sido seguro para mí llamarte.

—Entiendo, querida, y sé lo que quieres. Necesitas llegar a Praga. Su hogar está fuera de la ciudad y está protegido. Puedo guiarte lo suficientemente cerca como para llamar su atención.

Una lágrima se deslizó por la pálida mejilla de Marcy. —Gracias mamá.

—Silencio ahora, bebé, necesitas moverte. Sugiero un método de viaje anticuado.

Marcy puso los ojos en blanco, pero unas horas antes del amanecer estaba a salvo dentro de un ataúd que se enviaba a Praga.

17 de Diciembre, 7pm. Terrenos de Hogwarts.

Vincent abrió ansiosamente la caja. Leyendo la carta en la parte superior, sonrió mientras el alivio lo llenaba. Dentro de la caja estaba el cristal de canalización que necesitarían, un colgante y una vela para advertir a todos.

—¿Es de Freja?— Mudiwa preguntó mientras entraba a su tienda.

—Sí, y todo está listo. Cuando comience el ataque, encenderemos esta vela y las velas en la casa de mi madre y en la aldea, con la mochila de Lucas; en India con la familia de Ria; en Italia con Luca y su familia; en Japón con la familia de Soto, y varios otros lugares se iluminarán juntos. Cuando eso suceda, todos comenzarán a rezar y desarrollar energía, enviándola a través de sus cristales canalizadores hacia nuestro cristal y finalmente la energía irá a este colgante— Vincent levantó el simple cristal—. Y así alimentaremos la energía a Gabriel.