Capítulo Cuarenta y Cuatro.

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Gabriel se detuvo en la entrada del viejo establo y miró hacia atrás. Sonrió al ver a Soto, Elena y Remus caminando tomados de la mano. 'Estoy mejorando al leer el tarot' pensó Gabriel, 'ahora solo debo averiguar quien es la persona misteriosa que conoceré hoy. No pude saber si este encuentro seria bueno o malo'. Sonriendo, entró al establo.

—Todos— llamó Oma—, ella es Ann. Ann, estos son todos.

—Hola— dijo Ann, ella tenía una tranquilizadora voz suave. Su cabello rubio estaba tomado en una gruesa trenza, que caía por su espalda. Ann estrechó las manos de todos. —Tu debes ser Gabriel—dijo ella, sus cálidos ojos cafés brillaban—. ¿Dónde está tu serpiente?

—Ann es veterinaria— explicó Becky.

—A Aurora no le agradan los caballos, así que se quedó en la carpa. Las puedo presentar después— respondió Gabriel.

—Maravilloso, lamento haberme perdido el almuerzo pero me necesitaban en el pueblo. Y les diría que estaré en la cena, pero Hécate, una de tus yeguas esta en labor de parto y no sé cuánto tiempo estaré aquí.

Becky corrió hacia donde estaba la yegua. —Quería tanto estar aquí para el nacimiento, pero debemos ir a buscar a Lucas.

—Mamá, está bien, yo sé el camino. Quédate aquí— dijo Vincent mientras comenzaba a preparar a los caballos que necesitarían.

—¿Si estás seguro?

Mudiwa sonrió. —Prometo cuidarlo.

—¡Oye! Puedo cuidarme— dijo Vincent fingiendo estar indignado. Becky y Mudiwa compartieron una mirada significativa y soltaron una risita. Vincent murmuró por lo bajo sobre mamás malas y amantes que serían castigados después mientras terminaba de preparar a los caballos.

—Es un placer conocerte al fin, Ann— dijo Gabriel cambiando el foco de la conversación—. Oma ha escrito mucho sobre ti.

Ann se sonrojó y luego miró a Becky. Caminado hacia ella, Becky tomó la mano de Ann y se giró para dirigirse a su familia. —Bueno, Ann se ha vuelto especial para mi y...— dejó de hablar cuando Gabriel, con una gran sonrisa, extendió su mano hacia Adonis.

—Maldito mocoso— gruñó Adonis mientras sacaba dinero de su bolsillo.

—¿Cuándo vas a aprender que no debes apostar con él?— preguntó Ria sacudiendo la cabeza ante el comportamiento de Adonis.

—Lo siento Oma, nos estabas contado sobre ti y Ann— dijo Gabriel, abriendo grande sus ojos color esmeralda para intentar lucir inocente.

Becky sonrió. —Al parecer ya todos saben.

—¿Cómo?— preguntó Ann.

—Estoy estudiando adivinación, y para practicar, estoy haciendo preguntas sobre gente que veré pronto para poder verificar la precisión de mis lecturas— respondió Gabriel retorciendo el borde de su camiseta por los nervios.

—Bueno— dijo Oma—, entonces tendré que pedirte que me hagas una lectura antes que te vayas.

Gabriel le dio una gran sonrisa. —Me encantaría. Oh, creo que Hécate va a tener mellizos, un niño y una niña. Es posible que desee tener suministros adicionales listos.

Miró a Ann por verificación, y ella se encogió de hombros. —No he visto señales de que sean dos, pero no es gran cosa asegurarse de que tengamos suficientes cosas listas para manejar mellizos.

—Bueno, estamos listos para ir— dijo Naveen—. Nosotros cabalgaremos en los campos cerca de la casa así que si nos necesitas suena el gong.

—Gracias— respondió Ann con sinceridad.

Caravana Gitana [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora