Capítulo Cuatro.

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Querubín se removió hasta que puso sus brazos alrededor del cuello de Vincent y sus pequeñas piernas alrededor de la cintura del hombre.

—Puedo dibujar un círculo muy bien.— Dijo esperanzado Querubín, de verdad quería ser útil.

Vincent sonrió.—De eso no tengo dudas, pero este es un círculo mágico y necesitamos la ayuda de todos.— El niño en sus brazos se puso tieso y empezó a temblar, miedo brotando de él.

—Pero la magia es mala.— Susurró Querubín.

—¿Por qué piensas que la magia es mala?— Vincent aferró su agarre en el pequeño niño y envió oleadas de energía calmante. Querubín guardó silencio por un momento; de repente Vincent se sentó. Querubín chilló y se aferró con fuerza.—Calma pequeñín, estás a salvo. Nuestro lugar es aquí, en el medio del círculo. Freja caminará fuera del campo lanzando el círculo y los demás tomarán cada uno un lugar en cada uno de los puntos de la estrella de cinco puntas. Juntos haremos este campo seguro para todos los Gitanos Corazón de Dragón, y para aquellos que deciden estar junto a nosotros.— Explicó Vincent con calma mientras se acomodaba con las piernas cruzadas en el piso.

Esperando con paciencia a cómo Querubín respondería a eso, podía sentir al niño pensando. Sonriendo para sí mismo, Vincent dejó su energía salir de su cuerpo hacia la tierra a su alrededor, permitiéndole acceder a las energías naturales allí. Vincent le envió sus gracias a Gaia y abrió sus ojos para encontrar brillantes ojos esmeralda observándolo.

—¿Qué fue lo que hiciste?— Preguntó Querubín aún susurrando.

Vincent sonrió, complacido de que Querubín hubiera sentido la energía.—Bueno, envié mi energía a la tierra y luego accedí a la energía de Gaia. ¡Oh, Gaia es la Madre Tierra!— Explicó al ver la confusión de Querubín.—Verás, mientras los demás llaman la energía desde sus puntos de la estrella, yo me siento en el centro para enfocar esas energías y pedir su ayuda.

Querubín miró al suelo confundido. Donde los Dursley era golpeado si algo extraño o poco usual ocurría, lo llamaban fenómeno y lo acusaban de haber hecho magia. Había sentido algo raro a su alrededor cuando cosas raras pasaban y había energía alrededor de la casa de los Dursley que no había sentido en ninguna otra parte. Lo que estaba sintiendo ahora de Vincent era similar a lo que lo rodeaba a veces cuando sentía mucho miedo o quería algo con demasiadas ganas. Levantando la mirada se encontró con pacientes ojos cálidos y Querubín sonrió.

—¿Puedo ayudar?— Preguntó con suavidad.

—Eso sería encantador. ¿Puedes imaginar en tu mente que todos estamos seguros? ¿Con suficiente para comer, felices y saludables?

—Sí, creo que puedo hacer eso.— Frunció su ceño bajo su espeso flequillo negro.

—Está bien.— Dijo Vincent.—Sentémonos tranquilos y aférrate a la imagen y los sentimientos de nosotros estando felices y sanos en cuerpo y mente.— Levantando la mirada notó a Freja en el este esperando que todos comenzaran. Metiendo mano en el tiesto que sostenía, roció una mezcla de sal y hierbas en el suelo a su alrededor mientras caminaba hacia el sur. Vincent podía sentir la energía elevándose y volvió su foco hacia su clan, los mercaderes locales y los visitantes que vendrían durante el fin de semana, y al nuevo gitano actualmente en sus brazos. La calma recorrió a Vincent mientras los elementos eran llamados y el círculo comenzaba a formarse. Querubín tenía sus ojos cerrados enfocándose en pensamientos y sentimientos felices. Podía sentir pura y clara energía lentamente rodeándolos a todos. En ciertos puntos podía sentir otras energías enfocadas, y de repente el círculo de completó cuando las diferentes energías se juntaron con la pura energía del círculo. Incapaz de resistirse, Querubín abrió los ojos. Parpadeando, miró alrededor asombrado. Estaba sentado en el medio de cinco líneas de diferentes colores: azul, rojo, azul verdoso, cobre y púrpura. Rodeando las luces de colores había un círculo de luz blanca que parecía subir hasta el cielo.

—¡Oh, es tan hermoso! — Con sus ojos llenos de asombro y su corazón lleno de alegría, Querubín estiró sus manos para tocar las luces.

¿Cuán poderoso es este niño?, pensó Vincent al abrir los ojos. Él podía sentir la energía, pero no verla. Mirando a Querubín notó al niño estirando sus manos. Oh, cielos, pensó, antes que la energía explotara.

Todo se intensificó por un momento y los siete gitanos pudieron ver el círculo y el pentagrama que habían lanzado brillando en un color dorado. La energía los atravesó antes de volver a donde había venido y parpadearon con los ojos llenos de lágrimas por la luz y la belleza de la energía que los había conectado unos con otros y con todas las cosas.

De repente, el niño en el regazo de Vincent colapsó. Con rapidez, Vincent lo giró para mirarle el rostro y chequeó su pulso y su respiración. Querubín tenía pulso y respiraba profunda y firmemente. Corriendo el pelo de la frente de Querubín, Vincent se quedó helado. Sobre la frente del niño había una cicatriz en forma de rayo.

¡Por todos los dioses, Harry Potter! ¿Qué voy a hacer? Revisando de nuevo que el niño en realidad estaba bien, Vincent se puso de pie y llevó a Querubín de vuelta a la fogata, sabiendo que los demás se reunirían allí.

Los Gitanos Corazón de Dragón viajaban por toda Europa y Asia actuando para muggles, squibs y gente mágica, así que sabían lo que estaba sucediendo en todas las comunidades y países que visitaban. Sabían sobre Voldemort y Harry Potter, y aquí estaba él, el Salvador del mundo mágico yaciendo en sus brazos. ¡Este, demasiado delgado, hermoso niño había salvado el mundo y luego había sido dejado por tres años en un lugar abusivo! La rabia de Vincent aumentó, sabía lo que era ser abandonado sin preocupación. El mundo mágico no se preocupaba por los squibs y tenían historia de abandonar niños squibs, o si tenían suerte esperaban hasta que fueran mayores de edad antes de echarlos. Algunos squibs encontraban una vida sumergiéndose en el mundo muggle, tenían familias y vivían felices. Otros encontraban comunidades squibs y vivían entre el mundo muggle y el mundo mágico. Y algunos squibs simplemente desaparecían.

Vincent siempre sintió que tenía suerte de tener un hogar y la habilidad de ofrecerle un hogar a otros squibs. Mirando al niño en sus brazos, Vincent no supo qué hacer. Habría recibido a un niño squib sin vacilar, pero este era Harry Potter. Suspirando, levantó la mirada al sentir que su familia se acercaba. Vincent necesitaba su consejo.


Autor: WitchDragonGC

Traductor: fadamaja

Caravana Gitana [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora