Capítulo Trece

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Mudiwa y Vincent se estaban devorando. Labios presionaban y frotaban mientras sus lenguas exploraban y probaban. Por suerte habían recordado cerrar la puerta y las cortinas del bus cuando entraron. Ahora ambos estaban desesperados, sus cuerpos ardían con deseo mientras sus manos recorrían músculos firmes y sus cuerpos se frotaban uno contra el otro.

Vincent pasó sus manos por la espalda de Mudiwa y luego las metió bajo la apretada camiseta negra. Retirando su boca de la de su amante, Vincent besó desde la fuerte quijada hasta la oreja de Mudiwa, mordiendo con delicadeza el suave lóbulo. Vincent posicionó sus manos sobre los hombros de Mudiwa enterrando sus dedos.

Mudiwa gimió cuando Vincent presionó sus uñas en la cálida piel. Alejándose un poco, Vincent miró a los ojos llenos de lujuria de Mudiwa y lenta, muy lentamente se puso de rodillas, arrastrando sus uñas por la muscular espalda. Mudiwa se estremeció y gimió, incapaz de dejar de mirar a su amante aunque sus ojos querían cerrarse por el placer.

Una vez de rodillas Vincent arrastró sus uñas por el firme trasero de Mudiwa, luego por sus muslos hasta llegar a la parte delantera de sus pantalones. Desatando el pantalón de algodón rojo oscuro, lo bajó por las caderas mientras besaba el tembloroso abdomen de Mudiwa. Mudiwa gimió con suavidad cuando su ahora libre erección golpeó la barbilla de Vincent demandando atención. Vincent sonrió malvado, pensando por un momento si debía torturar a su sexy amante, pero no tenían tiempo. Alejando su rostro del cálido cuerpo frente a él Vincent brevemente atrapó los ojos de Mudiwa luego con un rápido movimiento devoró el firme miembro con su boca. Mudiwa gritó de placer, sus manos agarrando el cabello castaño. Vincent comenzó a succionar, su lengua presionando contra la vena en la parte inferior del miembro de Mudiwa hasta llegar a la punta, y luego bajó hasta que la nariz de Vincent prácticamente se enterró en el negro vello púbico de Mudiwa. Deteniéndose un momento Vincent relajó su garganta y comenzó una vez más a succionar, disfrutando la sensación de tener el gran miembro de Mudiwa en su boca. Le había tomado varios divertidos intentos antes de poder tragar tan profundo a su amante y ahora era muy bueno en eso. Retirándose un poco, Vincent recorrió con sus manos los muslos de ébano de Mudiwa y luego acarició su trasero. El cuerpo de Mudiwa temblaba por el placer y el esfuerzo de contenerse. Vincent no quería que se contuviese – no tenían tiempo – y de verdad quería sentir esa sensación de poder que lo envolvía cuando su amante le cogía la boca con fuerza y luego se corría dentro de su garganta sin preocupaciones.

Mirando hacia arriba Vincent esperó que Mudiwa lo mirara; gimió para llamar su atención. Mudiwa abrió los ojos de golpe cuando Vincent gimió alrededor de su miembro. Cielos, su amante era muy bueno en esto. Bajando la mirada Mudiwa vio ojos lavanda mirándolo; oh era tan erótico observar a su amante trabajar en su dolorido miembro. Los labios rosados de Vincent estaban estirados grandes sobre el grueso miembro de Mudiwa. Mudiwa se puso tieso al sentir la punta de los dedos de Vincent en su espalda. Sus ojos estaban atrapados juntos y Mudiwa comenzó a temblar esperando la oleada de sensaciones. Podía ver la sonrisa de Vincent alrededor de su miembro mientras succionaba con fuerza. Luego las puntas de los dedos se enterraron en su piel y Mudiwa lanzó la cabeza hacia atrás y gritó de placer. Uñas malvadas con rapidez bajaron por su espalda hasta llegar a su trasero mientras se vaciaba en la garganta de Vincent, todo su cuerpo temblando de placer. Vincent disminuyó sus movimientos mientras tragaba lo último de la esencia de Mudiwa. Adoraba el amargo sabor salado y gimió de placer causando que Mudiwa se estremeciera. Lentamente retiro su boca del suave miembro, limpiándolo con su lengua lo que causo que Mudiwa jadeara de manera entrecortada. Sonriendo, Vincent acomodó los pantalones de Mudiwa antes de ayudarlo a acostarse en el suelo.

Mudiwa respiró profundo y miró a su amante. Los labios de Vincent estaban hinchados y brillantes. Sus ojos estaban llenos de amor y lujuria. Gruñendo, Mudiwa agarró a Vincent por el cabello besándolo con avidez. Mudiwa gruñó una vez más al sentir su esencia en la lengua de su amante.

Caravana Gitana [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora