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Hola mis bomboncitos floriles! Perdonadme la ausencia de ayer, pero estaba muerta del cansancio y se me echó el tiempo encima! Que disfrutéis del capítulo que es más largo de lo que os tengo acostumbradas!

Hola mis bomboncitos floriles! Perdonadme la ausencia de ayer, pero estaba muerta del cansancio y se me echó el tiempo encima! Que disfrutéis del capítulo que es más largo de lo que os tengo acostumbradas!

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No. No. No

¿Sola con él?

No es que me diera miedo, pero me sentía más segura en compañía de Hassan.

¿Y porqué quería hablar conmigo antes de tomar una decisión?, ¿Qué tendría eso que ver?

—¿Crees que sea una buena idea estar a solas con él? —pregunté indecisa.

Precisamente mi hermano era algo arcaico en ese sentido, tal vez por sobreprotección o porque las costumbres de nuestro país eran muy diferentes a las del resto de Europa con las que se educó mamá, pero el hecho de dejarme a solas con un hombre me parecía insólito viniendo de él.

—No es que me haga ilusión, pero no has de preocuparte porque te estaré vigilando todo el tiempo. Aunque D'Angelo no supone un peligro, dudo que deje pasar la oportunidad de seducirte, así que ten cuidado —mencionó como advertencia para que me preparase.

Genial. ¿Intentaría seducirme?, ¿Llevarme a su apartamento?, ¿De verdad podía creer que conseguiría que me acostase con él sin casarme?

«Pues lo lleva claro» pensé rodando los ojos.

Si aquella cena era una patética excusa precisamente para eso, le dejaría muy claro cual era mi posición en ese asunto y me daba igual su cara de ángel o esos ojos endiabladamente azules.

Visualicé varias prendas que había llevado en el viaje. La mayoría solían ser vestidos de etiqueta, sencillos y muy elegantes, me encantaría ir en ropa deportiva todo el tiempo, pero cuando se pertenece a la realeza, la imagen va por delante de la comodidad y eso es algo que me han inculcado desde muy pequeña, así que mis pies están muy acostumbrados a los tacones altos.

Se suponía que era una cena, así que me centré en los vestidos descartando por completo el que había llevado el día que visitamos sus oficinas. Me centré en uno de color negro, sencillo y sin ningún abalorio, era una apuesta segura para cualquier ocasión, ceñido completamente, con escote en forma de corazón, manga al codo y largo hasta las rodillas. Mis ojos rodaron a otro azul noche con corte princesa, ajustado hasta la cintura y vaporoso hasta los tobillos, el tejido era suave con un ligero brocado en plata que se expandía por toda la falda. Y por último estaba un vestido en color camel, un nude un poco más claro que mi tono de piel, de corte sencillo y escote bardot dejando entrever mis hombros.

¿Cuál sería más apropiado para esa noche?

No quería parecer sexy, ni tampoco quería ser deseable, al menos no como lo haría una amante, sino una futura esposa, ¿Desde cuando me importaba a mi ser deseable o no para D'Angelo? Aquel no sería un matrimonio por amor, ni tan siquiera por deseo carnal o atracción, era básicamente un acuerdo para solucionar un problema y si todo salía bien quizá pudiera surgir una bonita amistad, pero nada más.

La Esencia de AzharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora