VII

13.7K 2.5K 203
                                    


Bellas flores! Que disfrutéis del capítulo!

Mis ganas no eran otras que las de estrujarle el pescuezo a ese hombre con cara aniñada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mis ganas no eran otras que las de estrujarle el pescuezo a ese hombre con cara aniñada. ¿Y decía que yo era una niña por tener dieciocho años? Pues él tenía mas y se comportaba como tal.

Las caras del señor Alessandro D'Angelo y de su esposa Jasmine no era de extrañar que fueran de absoluta conmoción e incredulidad. ¿Cómo iban a creerse una noticia así si ninguno había manifestado previamente interés en el otro? Es más, en mi casa apenas se había hablado de Alexander D'Angelo más que para mencionar que asistía a la misma universidad que Hassan y que era el hijo de la mejor amiga de mamá.

Fin.

Y ahora iba a soltar la bomba de que sería mi marido sin noviazgo previo, sin petición de mano y sin nada de nada.

¿Cómo íbamos a convencerles de que nos queríamos y no era por pura necesidad dada las circunstancias?

Sabía que de contarles la verdad se sentirían culpables de la situación y era algo que quería evitar a toda costa. Ellos no tenían la culpa de lo que estaba sucediendo, tal vez si mi padre se hubiera casado realmente con la prima Jasmine todo se habría solucionado, pero ni mis hermanos ni yo existiríamos y desde luego ninguno de los dos habría sido feliz. En cambio allí estábamos, los hijos de ambos tratando de finalizar aquella disputa para siempre.

—No puedo creerlo —comentó el padre de Alexander y finalmente dibujó una sonrisa mientras gritaba que había que celebrarlo.

A pesar de la conmoción inicial, ambos parecían bastante eufóricos con la noticia, Alexander dijo que no podía esperar y que dada mi cultura, tenía que llegar pura al matrimonio.

Sentí que mis mejillas se teñían de rojo cuando mencionó aquello, pero fue eficaz, tras decirlo le creyeron sin dudarlo, supongo que el historial de su hijo le avalaba en ese sentido para saber que él no podría aguantar demasiado sin que una mujer calentase su cama.

Durante toda la cena sentía que las manos de Alexander rozaban constantemente mi cuerpo. El brazo, la mano, la cintura, el hombro, la espalda. Prestaba especial atención a mantenerme cerca de él y me sentía incomoda al mismo tiempo que cierta electricidad viajaba por mi piel con el roce de sus dedos.

Supuse que solo era debido a que por primera vez un hombre que no era de mi familia me tocaba. Incluso cuando me dio un beso en la mejilla muy cerca de la comisura de los labios sentí que ese trozo de piel me ardía.

Era insólito que él tuviera tanta experiencia y en cambio la mía fuera nula. Aunque eso no debía importarme, pues sería libre para hacer y deshacer cuanto quisiera.

Quizá no encontraría el amor dentro del matrimonio, pero ¿Quién dice que no podría encontrarlo fuera de este? Tenía que ser feliz porque haría mi sueño realidad; iría a la Universidad y estudiaría bellas artes. Podría dar rienda suelta a mis dedos y tenía que reconocer que no se me daba tan mal plasmar lo que veía en algunos bocetos o tal vez es que mi madre alababa demasiado mis dibujos solo porque era su única hija fémina.

Ser la pequeña y encima ser la única mujer de mis hermanos hizo que creciera más sola de lo habitual, aunque por palacio siempre encontraba a alguna niña con la que jugar, era lo bueno de tener a un séquito enorme a nuestra disposición. El problema residía en que si las madres de estas niñas las descubrían jugando conmigo, se terminaba la diversión.

«Las clases sociales son una verdadera tortura y no sirven para nada»

Precisamente por eso quería acudir a una universidad pública, quería mezclarme con gente real, con personas cotidianas que tenían problemas en sus vidas y se quejaban de ello, con clases sociales diversas y sobre todo quería descubrir si tenía talento en lugar de regalarme el oído como frecuentemente me sucedía.

Antes de que terminara la noche, Jasmine decidió acompañarnos en el viaje de regreso a casa, según ella, tenía que organizar la boda junto a mamá ya que era el sueño de ambas hecho realidad, así que cuando me monté de nuevo en el vehículo de Alexander para que me llevara a casa no pude evitar reír a carcajadas como si algo dentro de mi hubiera explotado.

—¿Puedes contarme de que te ríes para que yo también lo haga? —preguntó divertido conforme las lágrimas saltaban de mis ojos sin poder evitarlo.

Tardé un buen rato en poder calmarme solo para responder, mientras él parecía arrancar el motor pero sin mover realmente el coche.

—Me centré tanto en buscar una excusa que fuera válida creyendo que su primer pensamiento sería el de creer que habíamos decidido casarnos por la situación en mi país que olvidé lo esencial.

—¿Lo esencial?, ¿Qué es esencial?

—Tu madre y mi madre han pasado media vida fantaseando con que los hijos de ambas se casaran y no por la herencia de nuestro bisabuelo, sino porque deseaban ser familia —comencé a reír—, las oía en la sala de té cuando estaban a solas, tú siempre estabas con mis hermanos y como a mi no me dejabais ir con vosotros me quedaba escuchando a escondidas —advertí habiendo olvidado por completo aquello hasta que Jasmine lo había mencionado—. Les hará tanta ilusión que lo demás quedará relegado en segundo plano —dije riéndome de nuevo no creyendo que aquel sueño infantil por parte de nuestras madres cuando éramos pequeños fuese a convertirse en algo real.

—Bueno, es obvio que mi madre está mucho más ilusionada que yo, en realidad me alegro que alguien sea feliz con esto después de todo.

—Supongo que nos tocará hacerlo bien para no decepcionarlas y que descubran que en realidad tu y yo no querríamos ni vernos —sonreí guiñando un ojo.

—Querida, yo no tendría ningún problema en verte, eso sí... no me pondría jamás los grilletes —agregó y reí aún más fuerte haciendo que él también lo hiciera mientras nos movíamos por la carretera.

___________________________________________________________

Ay Alexander de mis amores, que al final los grilletes te gustarán y tó.
Me da a mi en la nariz que igual al que no le hace tanta ilusión que su niñita se case es al papi Azhar... a ese no le va a molar nada de nada que su pequeña se case con un don Juan, (aunque él fuera igual o peor a su edad)

 a ese no le va a molar nada de nada que su pequeña se case con un don Juan, (aunque él fuera igual o peor a su edad)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La Esencia de AzharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora