El anuncio de la ceremonia se hizo solo dos días más tarde de comunicarlo a mis padres, lo cierto es que la situación general del país pareció calmarse inmediatamente, aunque aun existía cierta crispación y los grupos rebeldes más reacios aún seguían manifestando su oposición. Se preveía que todo volvería a la normalidad tras la ceremonia.La boda se realizaría en Dubái y por lo tanto seguiría las costumbres de nuestro país, incluyendo el hecho de que Alexander tendría que convertirse al islam, algo que a lo que no pareció poner objeción puesto que solo sería un acto simbólico para la ceremonia.
Siempre me habían encantado las bodas en mi país, duraban días y días, algunas incluso hasta semanas y era todo un deleite de bailes, vestidos, cenas de gala y sorpresas a los novios. Ahora que llegaba la mía lo cierto es que habría agradecido una boda europea donde solo duraba unas horas y cada uno se marchaba a casa.
Mi guardarropa ya iba por dieciséis vestidos para el matrimonio y aún no había terminado, se preveía una duración de cinco días puesto que era la única hija del califa y encima sería la primera de mis hermanos en casarse, aunque eso no era extraño puesto que las mujeres en mi país se casaban a una edad temprana.
El hecho de que Alexander fuera europeo no estaba bien considerado, mi madre era europea, pero se apreciaba de forma distinta si se trataba de una esposa, el hecho de que él de algún modo tuviera conexión familiar y que poseyera la parte valiosa de la herencia de nuestro bisabuelo que volvería a formar parte del tesoro de los Rashid, hacía que fuera el candidato más idóneo para mi.
Mientras los días pasaban ultimando los preparativos de aquella boda, Alexander pasaba la mayor parte del tiempo fuera del país por trabajo. En realidad apenas le había visto un par de veces en aquellos dos meses que estaban transcurriendo demasiado rápido. Jasmine iba y venía entre Londres y Dubái siendo la figura presente por parte de su hijo, a nadie le pareció extraño que él no quisiera abandonar sus negocios y apenas estuviera presente para los preparativos de la boda, suponía que el hecho de que fuera responsable con sus empresas le daba mayor prestigio a su nombre. En mi opinión me parecía mejor que fuera así, aunque tenia cierta curiosidad por saber como era realmente Alexander D'Angelo ya le conocería una vez que estuviéramos casados y viviendo bajo el mismo techo, si es que eso llegaba a suceder porque tenía muy presente que él sería de los que pasarían poco tiempo en casa. Además, ¿No le había mencionado que no me inmiscuiría en su vida? Aunque eso podía ser compatible con un entendimiento mutuo y tener un trato cordial.
Tal vez tenía las expectativas demasiado altas pensando que entre nosotros se podría generar algo parecido a una amistad, quizá mis ideas solo se debían a que el breve tiempo que habíamos pasado juntos había sido agradable e incluso se había generado cierta simpatía mutua de la cual reírnos ante la situación que vivíamos. El hecho de que nos hubiéramos tomado aquello con algo de humor lo hacía más llevadero, ninguno esperaba algo del otro, ambos sabíamos a lo que nos enfrentábamos y lo que habíamos acordado mutuamente por lo tanto no habría sorpresas posteriores a la firma de aquel acta matrimonial y eso era algo que tenía muy presente conforme se acercaba la fecha.
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La Esencia de Azhar
Romance[Ya A La VENTA] Disponible en Amazon III LIBRO DE LA SAGA FLOR - SE PUEDEN LEER DE FORMA INDEPENDIENTE. Azhar Rashid es la única princesa de los Emiratos Árabes, hija del gran califa Mijaíl Rashid...