XXIV

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Hello flores! Siento no subiros el capítulo ayer! En compensación os actualizo hoy y mañana! Las cosas se van a poner MUY interesantes por aquí.... ja ja ja

Seria mi profesor

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Seria mi profesor.

Ahora no tenía tan claro si eso podría jugar o no a mi favor. ¿Y si rechazaba su propuesta?, ¿Es que acaso había valorado aceptarla? Fugazmente por mi mente podría haber contemplado la opción. ¿Qué probabilidades habría de que alguien lo supiera?, ¿Cuál podría ser la consecuencia de que en su colección privada tuviera un desnudo mío? Nadie lo vería, no sería expuesto y nunca vería una luz que no fuera la de su estudio privado. Además, ¿No era arte?, ¿Qué tendría de malo en hacerlo?

Frena Azhar. Estas dando alas a tu mente solo porque tu querido marido Alexander te las ha cortado.

Tal vez era rebeldía, un gesto inapropiado contra el que nadie pudiera decirme que estaba vetado, pero lo cierto es que enfoqué aquella clase con otra perspectiva y no como lo habría hecho de ser únicamente una alumna escuchando a su profesor de historia del arte.

Magnus tenía un tono de voz atrayente, podía notarse su pasión por la historia y a pesar de no sonreír ni un ápice o hacer alguna alusión graciosa en sus explicaciones. Su presentación fue breve, tanto que casi paso desapercibida y se adentró de lleno en materia, algo extraño para ser el primer día, de ahí deduje que era un profesor exigente.

Cuando terminó la clase se despidió escuetamente y desapareció rápidamente.

¿Acaso había esperado que se acercara para recordarme que le invitase a comer? Tal vez le habría surgido otro plan, incluso puede que se hubiera olvidado del asunto. Permanecí un poco más de tiempo en clase mientras algunos alumnos comentaban lo estricto que parecía el tal Magnus y que sería un hueso duro de roer según comentaban alumnos de otros años. Eso me hacía sonreír y sentí la vibración del móvil alertando de un nuevo mensaje.

«Te espero en el aparcamiento, no tardes»

El mensaje era justamente de Magnus, el profesor del que hablábamos y no sabiendo exactamente donde me estaba adentrando, me despedí de los que serían mis compañeros el resto del curso para dirigirme hacia el parking privado de la escuela.

Apoyado sobre un coche elegante de gama alta y que parecía recién salido del concesionario estaba el profesor. Su atuendo seguía impecable, ni siquiera se había quitado la chaqueta a pesar del calor.

—Las convers no son tu estilo, deberías llevar tacones —mencionó y fruncí el ceño.

—Creo que soy libre de elegir lo que quiero llevar —dije solo por dejar claro que me importaba muy poco lo que opinara.

—Desde luego, solo hacía una observación.

—Pues agradecería que dejaras de hacerlas —concreté solo para dejarlo claro.

La Esencia de AzharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora