Best Friends... Or Not. «Ashton Irwin» [TERMINADA]

Capítulo 47.

                            A n n a

— ¡Largate de mi vista, mierda! — grité, con las lágrimas ya saliendo de mis ojos.

En toda mi vida, nunca pensé que Ashton iba a ser la persona que más me iba a herir. Nunca pensé que unas palabras salidas de su boca iban a romper tanto mi corazón. Me siento tan decepcionada y traicionada. ¿Qué no fui yo la primera que estuvo ahí para el cuando pasó todo el problema de Amber? ¿Así me está agradeciendo?

— Ashton, será mejor que te retires — sentí los brazos de Evan rodear mi cintura, tratando de tranquilizarme.

Ashton me miró con pesar, con arrepentimiento. Pero no me importó, yo solo lo podía ver con odio, lo odio, realmente lo odio. He estado soportandolo a él y a su estupido mal humor desde hace mucho tiempo, ni siquiera sé por qué cambió tanto de un día para otro. Quien solía ser mi mejor amigo y hermano salió de mi cuarto, me di cuenta que se había ido completamente de mi casa por el portazo que escuché después. No pude mas, rompí en llanto.

— Eu nena, mi amor, no llores — Evan me habló con voz dulce, tratando de tranquilizarme, me atrajo a su pecho y me abrazó. Ni si quiera me di cuenta cuando se volvió a colocar su camiseta, yo seguía en sostén, pero a él parecía no importarle.

— L-lo siento, l-lo siento mucho Evan — solloce contra su pecho, el comenzó a acariciar mi espalda.

— No tienes por qué disculparte por nada, nena, tu no hiciste nada — lo escuché decir, seguía tratando de tranquilizarme.

— Se supone que hoy sería especial y ya todo se arruinó, todo por culpa de Ashton — lo último lo dije con desprecio.

— Mi niña, no sé tu pero hoy pasé uno de los días más bonitos de mi vida junto a la chica que amo, para mi fue más que especial — murmuró el —. No tengo que acostarme contigo para pasar un día especial, con tu sola compañía es suficiente para volver especial algo.

Reí un poco por la cantidad de veces que dijo la palabra "especial".

— Yo también te amo — me separé de su pecho para mirarlo a los ojos, el sonrió levemente, llevando sus manos a mis mejillas y limpiando todo rastro de lágrimas —. No sé por qué Ashton se comporta de esta manera, el no era así antes.

— ¿De verdad no te das cuenta? — suspiró, sorprendido.

¿Debería darme cuenta de algo?

— ¿Darme cuenta de qué? — pregunté, confundida.

El soltó una pequeña risita.

— Nena, el gusta de ti — jaja, ¿qué? —. Y a juzgar su comportamiento, puedo decir que mucho.

Yo lo miré con el ceño fruncido, eso no puede ser cierto.

— ¿Porqué piensas que el gusta de mi?

— No lo pienso, lo sé — afirmó el, seguro de lo que decía —. Lo sé desde la vez que los conocí en el bar de papá, pude notar la manera en la que el te miraba, pero cuando tu me dijiste que solo eran amigos, decidí intervenir. Me gustaste desde el primer día — me ruboricé —. Pasó el tiempo, nos hicimos más amigos y al ver que el no hacía nada por decirte lo que sentía, lo hice yo, en esta vida hay de aprovechar oportunidades.

¿Ashton gustando de mi? Soy tan torpe que no me di cuenta.

— ¿Entonces tu ya sabias que el gustaba de mi?

— Si, de hecho, cuando te invité a salir tenía mis dudas, ¿recuerdas lo que te dije?

Traté de hacer memoria, recordando al instante.

— Te escucho — dije esperando a que hablara.

— Ah... — se llevo una mano a la nuca, señal de que estaba nervioso —. Desde que nos conocimos hemos sido buenos amigos y tú me caes muy bien... — miraba a todos lados, menos a mi —. De hecho me gustas mucho y-y... — empezó a tartamudear —. Y me preguntaba si tú, tal vez, quisieras, no sé, ¿salir conmigo en una cita? — volvio a hablar, habló muy rápido, apenas pude entender. Al final de la oración cerró sus ojos, este chico es muy lindo.

— Me encantaría — hablé como pude, ya que estaba a punto de gritar. El abrió sus ojos y me miró sorprendido.

¿Qué no se lo esperaba?

— ¿Hablas en serio? — preguntó sorprendido.

— Claro, quiero ir a una cita contigo — dije sin ocultar mi sonrisa.

— ¡Gracias! Yo creí que... — dejó la oración a medias.

— ¿Creíste que? — pregunté con curiosidad.

— Nada, olvídalo. ¿Te parece si paso por ti mañana a las siete de la noche? — me preguntó con una sonrisa en la cara. Yo reí.

— Yo de verdad creí que me ibas a  rechazar por el.