Luego de que la joven estuviera fuera de América por 1 mes volvió a tierras neoyorquinas.
Sabía que su madre posiblemente la esperaba a ella en casa con una deliciosa comida, estaba cansada por el viaje, lo que más deseaba era poder estar ya en casa.
Cuando se bajo del barco ya era muy de noche, solamente las personas que estaban desbordando eran las presentes.
Salió del muelle y buscó un taxi por todas partes para volver a casa pero no había nada.
En el lugar que se encontraba solamente había un único coche el cual... podía reconocer muy bien.
Intento ignorarlo y siguió donde estaba parada esperando un taxi.— Señorita... No es seguro que este sola de noche.
Aun que ella quería ignóralo y desaparecer de ese lugar. No quería ser mal educada, suspiró y lo miró a los ojos.
Hace ya tiempo no lo veía, no escuchaba esa voz que a veces le causaba calofríos.
Estaba más cerca de lo que ella se imaginó, solamente lo miró a los ojos resistiéndose a sus ganas de abrazarlo.— Don Puzo, Buenas noches.
— ¿Como está, señorita?
— Bien.
— Sabe. Mentir es malo.
— Fingir que le importa también.
Elizabeth lo miraba a los ojos al igual que el a ella, esta vez ella era quien le dedicaba una miraba fría, no iba a permitir que él volviera a destrozarle el corazón.
Se preguntaba, por qué el la retenía ahí con preguntas y comentarios sin sentido.— Sr. Puzo. Me dejo claro que no me quiere cerca de usted, y usted bien sabe que su forma de decírmelo me lastimo. Es usted tan cruel que a pesar de mi dolor me habla como si nada hubiese pasado.
— Yo no soy cruel, he aprendido a usar más el cerebro y menos el corazón.
— ¿Acaso se está burlando de mi con una indirecta?
— Señorita. Me hago responsable de lo que digo. No de lo que usted entienda.
Elizabeth rodó los ojos y se dio la vuelta para caminar, como ni un solo taxi aparecía no le quedaba más remedio que caminar a su hogar, no quería quedarse más hablando con Vittorio, eso solo abriría una herida la cual ya había cicatrizado.
— Liz espera!
La joven se quedó helada cuando escuchó que Vittorio la llamó de esa forma. No podía entender que estaba pasando. Por qué el estaba ahí, acaso quería decirle algo o solo quería verla. Da igual, ella quería deshacerse de él a toda costa, no quería terminar llorando esa noche, estaba muy cansada como para eso.
— Quiero hablar contigo.
— Sr. Puzo. Con todo respeto, usted me dejó claro que me quería lejos de su vida, por favor tomé su camino y yo tomaré el mío, no me lastime más.
Vittorio se paró enfrente de ella de una forma firme evitándole seguir con su camino.
— Permítame llevarla a su hogar, si algo llegara a pasarle no me lo perdonaría.
La joven lo miró unos segundos con el ceño fruncido y camino hacia el coche de Vittorio para entrar sin su ayuda.
Durante el viaje ambos guardaron silencio. Al parecer uno tranquilo.
Elizabeth no entendía lo que estaba pasando, que hacía él ahí esperándola, bueno si es que la esperaba a ella y si era así ¿por qué?... pero esos hombres, durante el tiempo que se alejaron Elizabeth siempre veía un hombre diferente pero vestía de la misma forma de Vittorio, pero por qué tendría importancia, por qué justamente ellos tendrían algo que ver con el. De todas formar la curiosidad la mataba.— Usted enviaba a esos hombres para vigilarme. ¿No es así?
— Es usted demasiado inteligente. No la vigilaban, la cuidaban.
— Se cuidarme sola Vittorio, no te necesito en mi vida.
— Elisabetta... Lamentó lo qué pasó.
— No crees que es muy tarde para eso... Déjame aquí.
Hubo un pequeño silencio y Vittorio hizo lo que ella le pidió. Quería hablar con ella, ahora él estaba pasando por un mal momento y había entendido toda la verdad. Solo se le ocurrió intentar buscar ayuda con Elizabeth, pero ella ya no quería estar más a su lado, no después de lo que le hizo y siquiera había sido el, fue su hermano.
Vittorio estaba pasando por muchas cosas a la vez, sentía que el mundo se le venía encima.
Elizabeth se bajo del coche y antes de irse, se quedó en silencio unos segundos...— Hay algo que debí decirte la última que nos vimos... Te amo.
Elizabeth no miró atrás y comenzó a caminar en dirección a su casa. Dejó a Vittorio completamente sorprendido, a pasar del tiempo sin verse, sin volver a saber nada del otro. Ambos seguían sintiendo lo mismo.
...
El día siguiente había sido algo muy normal para la Señorita Vitale, salió de su hogar temprano para caminar a la oficina como hacía habitualmente.
Su jefe el Sr. Kane le entregó algunos archivos de 2 personas que debía entrevistar y... Una Señora un poco joven pedía que publicaran un artículo sobre su hija de 7 años desaparecida.
Recordó a Amy y a Jessica, ambas solían salir a pasear y pasar buenos momentos cuando Elizabeth estaba en la Universidad. Hasta que la niña desapareció y Jessica calló en la locura, su padre intentó todo por encontrar a su nieta pero un día solo dijeron que había muerto en el trabajo.
La niña ya tenía al menos 9 años. Y quien sabe donde se encontraba, si estaba sana y no le faltaba comida.
El resto del día se quedó en su oficina que compartía con White y Edmund escribiendo el artículo. Algo aquí era muy raro.No solo Emma Smith está desaparecida, hace unos años se presentan casos de niñas entre 7 y 8 años desaparecidos. Amy Taylor, Lucy Schmindt, Mari Hoffman, Lili Ivanova. Ella y muchas pequeñas más desaparecieron, todas asistían al mismo colegio. El Colegio de Caridad de Gotham.
Escribió la joven. Esto y mucho más era el artículo que Elizabeth había preparado para publicarlo al día siguiente, se lo enseñó a su jefe y él estuvo de acuerdo, envió el artículo para que la editorial lo publicara.
Se despidió de sus compañeros y camino a su galería, pasó unas cuantas horas ahí y cuando ya era de noche y tenía que volver a casa, salió y...— No otra vez.
Frunció el ceño y se acercó furiosa, tocó la ventana un par de veces con los nudillos, podía ver a través de la ventana polarizada un hombre durmiendo... un momento, Vittorio no haría eso nunca.
— Vittorio, te dije que no quería volver a verte.
— Señorita. Le aseguro que el Jefe no está aquí.
— ¡Leonard!
— Hola Elizabeth.
Leonard se bajo del coche y le dio un abrazo a Elizabeth claramente ella aceptó con alegría.
— Te extrañe demasiado, ¿cómo estás, y tu novia?
— Mejor, hace unos meses le dieron de alta ahora vamos a casarnos.
— Me alegra escuchar eso Lenny. Dime, ¿qué haces aquí?
— Elizabeth. Es el jefe, el...
La joven suspiró y miró a otro dirección.
— Leonard si el té envió, ayer le deje claro que no quería volver a verlo. No quiero volver a ese tipo de negocios.
— Liza. El jefe no me envió... Escucha el ahora mismo no está del todo bien, necesita ayuda y no permite que nadie lo haga, tal vez a ti te haga caso, después de todo ayer salió de su oficina y fue para buscarte.
Cuando ella escucho que estaba mal, fue como si se hubiese olvidado de todo lo qué pasó. Eh inmediatamente acepto ir con el
— ¿Que tiene Vittorio?
— Es... un poco complicado, él decidirá si te cuenta.
— Bien, solo por eso iré.
— ¡Lo sabía!
Ambos subieron al coche, Leonard encendió el motor y condujo hasta la casa de Vittorio el cual ahora tenía una nueva residencia.
— ¿Que tiene?
— Bueno, en resumen lo qué pasó le afecto mucho. No sale de su oficina más que para dormir o... encargase de personas.
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•𝑃𝑎𝑠𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑡𝑢𝑟𝑜• #1
FanfictionEn 1920 una joven intenta olvidar su pasado volviendo a la ciudad de los hechos esta vez para estudiar en una Universidad importante y dedicarse a una carrera digna de ella. Pero no cuenta con que su pasado es su destino y su amor del presente y eso...