•𝑃𝑎𝑠𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑡𝑢𝑟𝑜• #1

~23~

Cuando llegaron a casa de Vittorio, Elizabeth se bajo del coche y miró con atención la nueva y enorme casa de Don Puzo, sin duda era una casa hermosa.
Entro en la casa y espero que la ama de llaves la recibiera para que le dijera donde se encontraba la oficina, en su lugar se encontró a la joven hermana de Vittorio, Stella. La cual la recibió con un abrazo y una sonrisa en el rostro.

— Señorita Elizabeth, qué gusto volver a verla, gracias a usted Vittorio me trajo de nuevo a casa.

— A mi también me da gusto verla señorita, dígame. ¿Donde está su hermano?

— Vittorio está en su oficina, tuvo una fuerte discusión con mi otro hermano Carlo y él murio unos pocos días después, desde entonces Vittorio no sale de su oficina, no se encuentra muy bien a pesar de que ahora madre y yo vivimos con el.

— Llévame con el ¿si linda?

La muchacha asintió sonriendo y camino hasta donde se encontraba Vittorio, Stella le dedicó una última sonrisa y luego se fue.
Elizabeth tocó la puerta un par de veces y espero una respuesta, en poco segundos escucho la voz de Vittorio diciéndole que ahora estaba ocupado.

— Vittorio... Soy yo, Elisabetta.

La joven no esperó respuesta y entró en el lugar, cerró y apreció a Vittorio el cual estaba en uno de los sofás, se le hacía raro verlo así, despeinado y sin su elegante traje, a pesar de eso se veía lindo.
El la observo de la misma forma, estaba sorprendido de que ella estuviera ahí frente a él.
La joven suspiró y tomó asiento junto a él pero en la otra esquina del sofá, miró unos segundos a otro lugar.

— Quien mintió ayer eras tú.

— ¿de que habla?

— Vittorio, no estás bien... tal vez no quieras hablar conmigo pero, tú madre y tu hermana están aquí contigo habla con ella, te sentirás mejor.

— No puedo... No me atrevo a decirle la verdad a mi hermana, y menos a mi madre...

Elizabeth escucho un pequeño sollozo y se atrevió a mirarlo, noto una pequeña lágrima se le había escapado recorriendo una de sus mejillas, no pudo evitarlo y se acercó a él, lo tomó de la mejilla con una de sus manos con cuidado y lo obligó a mirarla.

— Vittorio... Te entiendo, es algo difícil perder un hermanó.

— No lo entiendes Elizabeth. La muerte de Carlo no fue una casualidad.

— ¿De que hablas?... Vittorio tú...no

— Tenía que hacerlo. Carlo descubrió que yo no soy hijo de sangre antes de que padre muriera. No le importo al principio pero cuando todos los negocios quedaron a mi nombre sé molesto demasiado eh hizo de todo para hacerme la vida imposible, se llevó a toda la familia a vivir lejos, me daba consejos que harían que el negocio callera, claramente nunca los seguí. Y siempre me decía que era mejor que me quedara solo. Nunca quise creer que él podía odiarme, yo lo amaba como mi hermano. Pero el intento matarme... fui a su casa para pedirle una explicación, discutimos y... No tenía otra opción... La mujer de la fiesta de la que me salvaste, Carlo la envió y hace unos meses envió a alguien más.

— Vittorio... Está bien, no voy a juzgarte. Son tus negocios y los respeto. Se que es difícil era tu hermano pero hiciste lo que tenías que hacer, no te atormentes más.

Elizabeth tomó un pañuelo que tenía en su bolso y limpió las lágrimas de Vittorio, por último le dio un besó en la frente. Tal vez eso le haría sentir mejor, se puso de pie y se separó de él.

—Será mejor que me valla...

La joven se alejo poco más para salir del lugar y así dejar que el Don pensara mejor.
De repente sintió una presión en su muñeca la cual la jalo hacia atrás haciendo que se tropezará.
La misma mano que la jalo de la muñeca la tomó de la cintura haciendo que Elizabeth se sentara en su regazo.
Ambos quedaron a milímetros uno del otro sentían la tranquila respiración del otro. Se miraban a los ojos completamente perdidos.
Elizabeth le tomó de los hombros y lo miró completamente perdida en esos profundos ojos color marrón los cuales brillaban cada vez que miraban a la joven. Elizabeth le dedicó una pequeña sonrisa, Vittorio subió una de sus manos y acarició la mejilla de Elizabeth con el dorso de su mano.