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Al día siguiente la Señorita Elizabeth retomó su horario común y volvió a trabajar como lo hacía normalmente.
Se levantó temprano, comió y.

— Elisabetta! Donde vas así vestida!? Nadie va a su trabajo así. Arréglate. Ponte un vestido.

— Mamma. Pienso que es más cómodo trabajar así

— Elisabetta, eso no es de damas!

— Soy una dama. En pantalón.

Antes de que su madre volviera a reprocharle tomó su cámara y algunas carpetas para salir de su hogar y caminar al trabajo como lo hacía siempre.
Al llegar todos sus compañeros la recibieron con alegría y le preguntaron por qué se había ausentado por tanto tiempo. Solamente les saludo y explicó que tenía un problema familiar, pero ya lo había arreglado todo y no debían preocuparse por nada más.
Sin más entro en la oficina del Sr. Kane, donde se encontró también con Edmund Davis, estos discutían por publicar un artículo. Ella saludó ambos, estaba dispuesta a opinar pero Davis habló.

— Una Señorita hermosa como usted no viste a pantalones. Colvin

Esta le fulmino con la mirada y decidió ignorar su comentario, al parecer recibiría así miles todo el día y todo por una simple prenda.

— Puedo saber que discuten?

— Claro. Davis quiere hacer un artículo acerca de la fiscal Boseman, quiere preguntarle acerca de la mafia, muchos Americanos están presentando quejas y la fiscal no responde. No le veo sentido a esta entrevista, la fiscal no va a querer responder a estas preguntas además ponemos en peligro el periódico publicando encontra de la mafia. Los extranjeros son todos peligros.

— Yo si le veo sentido a esto, y tiene una idea equivocada de los extranjeros.

Dijo Elizabeth intentando no demostrar su enojo, el Sr. Kane no solo lo decía por los italianos, también chinos, árabes, africanos, pero de todas formas esas palabras le ofendían.

— Y tú cómo lo sabes Elizabeth? ¿Eres Americana, no? Todos vienen a quedarse al país

— S-si... soy americana Davis. Pero pienso que no le hacen daño a nadie.

— Como sea. Aun pienso que no es buena idea el artículo.

— Creo que es buena idea la entrevista, me ofrezco para entrevistar a la fiscal.

— Lo ve Sr. Kane! Será un excelente artículo. Puedes entrevistar a la fiscal, llamaré de inmediato para que partas ya.

— Gracias Edmund. Sr Kane

Su jefe el Sr. Kane le asintió con la cabeza dándole a entender que podía retirarse. Ella tomó los papeles que Davis le dio y los metió en su maletín de trabajo para salir del edificio del Gotham Times para ir caminando a la policía. La señorita solía caminar a todos sus destinos siempre y cuando no estuvieran tan largo, pensaba que era saludable y por el camino podía encontrarse con algo que le ayudara en su trabajo. Ella iba distraída pensando, pensando todo lo que había vivido los últimos días, como una joven como ella podía pasar por tantas aventuras y dramas, se preguntaba por qué siempre querían matarla, nunca le hizo daño a nadie. Pero sobretodo, pensaba en ese besó.
"Ese maldito besó" pensaba, realmente lo deseaba, quería demostrarle al Don, el cual ahora era su jefe el amor que tenía hacía el, un amor que apareció con tan solo unas miradas, unas risas y unas palabras. Intento dejar de pensar en eso, sabía que estaba mal y él nunca le correspondería.
Suspiro y miró un momento atrás pues el motor de un coche parecía estarle molestando dentro de su cabeza. Ese motor que parecía estar en su cabeza era un coche detrás de ella, frunció el ceño confundida y siguió caminando, se le hizo raro ver ese coche detrás de ella, casualmente habías visto exactamente el mismo en la mañana al salir de casa. Decidió no darle importancia y siguió su camino a la comisaría.
Se identificó al entrar y camino a la oficina de la Señorita Boseman.

•𝑃𝑎𝑠𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑡𝑢𝑟𝑜• #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora