— Quindi zio Leonard è morto
— Non dire bugie, Antonella onia, non è stato così
— ¿Allora come è stato, secondo te, eh Santino?
Ambos niños comenzaron a discutir, hasta que su madre los separó.
— Non discutere, o non torneremo in spiaggia
— Si, Mamma — Dijeron ambos niños con la cabeza gacha, se sentaron donde estaban antes y miraron la puesta de sol.
— ¿E se racconto la storia io? — Dijo la hija mayor. Su madre solo asintió dando le permiso para hablar.
Elizabeth calló de rodillas, llorando cual magdalena, por la furia, tristeza y miedo que sentía en ese momento.
Leonard abrío sus ojos sin entender.
— ¿Liza, qué pasó?
— Nunca le des un arma a una Siciliana. — La muchacha sonrió para guiñarle un ojo al joven.
Ella había dado tres disparos, cada uno en la cabeza de los hombres que la rodeaban, salvándose a ella y su amigo Leonard, aún que no había salido del todo ilesa, pues habían alcanzado a darle en el muslo delantero de su pierna izquierda.
Se acercó con dificultad a Leonard y lo ayudó a ponerse de pie, ambos se apoyaban él uno al otro para poder caminar hasta el coche que estaba un poco lejos.
— ¿¡ Desde cuando sabes hablar Italiano!? — Elizabeth se sentó al frente del volante y comenzó a gritar desesperada, pues era su forma de evitar pensar en el dolor.
— Pues hace poco, ¿sabes conducir? ¿Al menos sabes donde estamos? — Dijo el muchacho encogiéndose en su asiento del dolor.
— ¡Sei un Stronzo! ¡ovviamente non lo so! ¡¿Come Coglione lo sapro! ¡Cazzo! ¡Cazzo! — Cerró los ojos con fuerza y apoyo su espalda al asiento. — Me duele mucho Leonard.
— ¡Bene, bene! ¡Relájate Elizabeth! Si sigues así no iremos a ninguna parte. ¿Nunca te han disparado? — Elizabeth guardó silencio y le miró frunciendo el ceño. —
— ¿Me vez cara de que me han disparado antes?
Leonard guardó silencio y se retractó de sus palabras.
Se rasgó la manga de su camisa, y aún que sentía doler de dar un mínimo movimiento presionó la tela contra la herida de Elizabeth.
— Escucha. Presiona bien o vas a desangrarte. Ahora, da la vuelta y conduce en esa dirección hasta llegar algún teléfono. Cálmate, los nervios hacen que olvides pensar, tu me lo has dicho. Primero la cabeza y luego la acción. — la muchacha cerró sus ojos y suspiró, Leonard tenía razón, si seguía así no llegaría a ninguna parte.
— Conta fino a 3 Elisabetta... forse 5 o 10 — la muchacha apoyó su cabeza en el volante y suspiró. — Bien, hora de irnos.
Elizabeth encendió el motor del coche, estaba dando la vuelta cuando escuchó el ruido de disparos los cuales alcanzaron el coche.
Eran otros dos coches, posiblemente eran los hombres de Salvatore, pues él era un capo con gran influencia.
— ¡Dev'essere uno scherzo, dannazione! Lenny, se que te siente mal, pero si queremos salir vivos de esto, necesito tu ayuda.
— No tienes que decírmelo Elizabeth — a pesar de su mala condición, el muchacho seguía siendo simpático y positivo. Con dificultad y jadeos de dolor consiguió moverse para alcanzar el subfusil MP-18 que estaba en la parte trasera del coche.
Saco la mitad de su cuerpo por la ventana y apuntó hacia atrás a los hombres que los perseguían.
Para su suerte él no era muy bueno con respecto a la puntería con subfusiles, no alcanzaba a darle a casi ningún hombre.
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•𝑃𝑎𝑠𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑡𝑢𝑟𝑜• #1
FanfictionEn 1920 una joven intenta olvidar su pasado volviendo a la ciudad de los hechos esta vez para estudiar en una Universidad importante y dedicarse a una carrera digna de ella. Pero no cuenta con que su pasado es su destino y su amor del presente y eso...
