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Al llegar al lugar Leonard estacionó lo más deprisa que pudo y luego ella se bajo apurada, los autos que había en el lugar podía reconocerlos en el lugar únicamente se encontraban los subordinados de Vittorio.

— ¡Filippo, No puedes dejar entrar a nadie!

— Lo siento señorita, no puedo recibir órdenes de usted.

Nino miró por la ventana y al ver lo que pasaba, decidió salir a ver.

— ¿Elizabeth?

— ¡Nino! ¡Escúchame nadie puede entrar, diles!

El asintió y le dio las órdenes a Filippo el cual cuidaba las afueras del lugar. Leonard, Nino, y Elizabeth entraron al lugar y Nino le dio órdenes sus hombres los cuales vigilaban adentro del lugar.
Elizabeth corrió donde Vittorio y se sentó afrenté de él en la mesa.

— ¿Elizabeth?, No puedes estar aquí. Don Lombardi llegará en cualquier momento y...

— Te van a matar Vittorio, ese hombre no tiene el valor para venir aquí, solo enviará a alguien en cualquier momento.

— Bene, bene, cálmati Liz. — El la tomó de las manos buscando calmarla — No moriré hoy — El le guiño un ojo y ella rio

Vittorio miró un montón atrás de el, vio por la ventana como Filippo dejó entrar a un hombre, de inmediato volvió a su postura normal. Elizabeth vio al hombre que entró y lo reconoció de inmediato, era uno de los hombres de Juliano.

— Cariño... El es un Juliano, a la de tres saltas a la izquierda y yo le apuntó. Nino. — La joven miró a Nino el cual estaba en la otra mesa con el arma en la mano y él asintió.

— Liz no.

— 1...2...

— ¡Juliano le manda saludos! — Despues de sus palabras aquel hombre sacó el arma de su chaquéta y disparó una vez, Vittorio hizo lo que Elizabeth dijo y ella se puso de pie rápido. Nino y sus hombres se movieron al mismo tiempo poniéndose de pie.

Bang. Bang. Bang.

Elizabeth le disparó una vez en cada hombro y otro en el pecho derecho.
Algunos de los hombres de Nino le apuntaron al hombre que estaba ya en el piso. Los otros se aseguraron de que nadie entrara.
Rápidamente la joven se acercó y le quitó el arma al hombre.

— Deberías aprender hacer tu trabajo

La muchacha soltó una pequeña risa para acercarse a Vittorio preocupada, le tendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie.

— ¡Vitto! ¡Estas sangrando!

— Estoy bien, la bala solo me rozó.

Elizabeth le acarició la mejilla y lo tomó de la otra mano para llevarlo al baño, le limpio la herida con agua y rompió una parte de su vestido para envolver el brazo de Vittorio deteniendo el sangrado, mientras guardaba silencio.

— Liz ¿Estas bien? — Ella solo asintió y siguió con lo que hacía. — Vittorio rodó los ojos y la tomó de la mejilla obligándola a mirarlo.

— Se cuando me mienten, y más cuando eres tú.

— Vitto... —La joven apartó la vista una vez más y sin querer una lagrima se le escapó, ella la limpió rápido y le dio una media sonrisa a Vittorio, el cual no soportaba mirar a los ojos sin sentirse culpable, como si fuese una basura que no valía nada.

•𝑃𝑎𝑠𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑡𝑢𝑟𝑜• #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora