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– Bang. Bang. Bang

La joven comenzaba a desesperarse y ya no disparaba con dirección alguna, solo lo hacía para gastar balas.

— Vittorio, estoy cansada. ¿Para que quieres que practique? Eh usado suficientes veces un arma. 

— Está vez es diferente. Si quieres hacer esto tienes que aprender a defenderte con cual quier arma ¿has usado una thompson? ¿O una Desert? —La joven negó con la cabeza—  debes aprender, eso puede llegar a salvarte. Adriano tráelas.

— Vitto... — Elizabeth suspiró y se acercó al Don para dedicarle una pequeña sonrisa— Se que estás preocupado, pero nada malo va a pasarme. Cundo Juliano se entere de mi traición ya estará muerto y Amy estará conmigo.

— Deja de pensar en venganza y odio, eso puede cegarte, la venganza mata el alma y la envenena. No te ayudará en nada

— Pero se lo merece, Juliano es...

— ¡Jefe! Lamento interrumpirlo pero un joven está tratando de entrar dice que tiene que hablar con Elizabeth.

— ¿Conmigo?

Elizabeth miró confundida a Vittorio el cual sólo tenía el ceño fruncido imaginando quien podría ser, al imaginarlo camino apresurado a la entrada de la casa y la muchacha le siguió.
No podía creer lo que veía.
Edmund Davis arrodillado con las manos en la cabeza por las armas que le apuntaban.
Vittorio hizo un gesto con la mano dando a entender que dejaran de apuntarle al joven.

— ¡Davis! ¿Que haces aquí?

— Liza. Tu prometido es uno de los mafiosos más peligroso de Nueva York, ¿como es que no te habías dado cuenta? lo investigue y en cuanto lo supe vine a buscarte. — Elizabeth le miró con una expresión un poco triste en el rostro, miró a Vittorio unos segundos y él se alejó junto a sus subordinados.

— Davis... Eres un gran amigo, gracias por preocuparte por mi pero, yo... ya lo sabía...

— Elizabeth... tu vida corre demasiado riesgo, tu madre, tu hermano.

— Hay muchas cosas que no sabes... y por tu bien tampoco voy a decirte.

— Increíble. — Edmund miró a Elizabeth con una expresión triste pero la mayor parte decepcionada—

Ella no era la joven que él pensó que era, responsable, que buscaba el bien de todos, que luchaba por el bien de los demás. En esos momentos el la veía como una "reportera corrupta" la cual había conseguido este trabajo posiblemente para ser una más infiltrada de la mafia.

— Edmundo perdóname yo. Se que tuve que decirte la verdad pero todo pasó de la nada. Un poco después de comenzar a trabajar en el Gotham Times.

— Elizabeth. No se quien eres... No quiero que vuelvas hablarme. Tampoco quiero que vuelvas al Gotham Times, no dejare que pongas en peligro la vida de muchas personas inocentes.

— Davis... Davis mi trabajo es de las mejores cosas que tengo, con eso ayudo a muchas personas es una parte de mi.

— Lo hubieras pensado mejor antes de entrar en este mundo.

— ¡Davis! —La joven tomó del brazo a Davis con lágrimas en sus ojos, impidiéndole irse— Por favor perdóname, te prometo que nadie va a salir herido.

— Solo si dejas atrás todo esto, si lo olvidas. Te dejare quedarte.

—... No puedo... Lo amo Davis, no tienes idea

— ¿Y ese amor es más fuerte que cual quier cosa? — La muchacha sólo le miró con sus ojos brillando por la lagrimas y asintió, Davis suspiró y la abrazó—

— Más te vale no morir, por que si lo haces te reviviré para luego matarte — El joven río y se separó de ella— No puedes volver Elizabeth... solo me queda confiar que a su lado estarás a salvo.

Sin más que decir. Edmund Davis le dedicó una última sonrisa a la señorita Vitale para marcharse de aquel lugar en el coche que llegó.

— ¿Que pasara con el Jefe? —Pregunto Nino esperando sus órdenes, para él era claro pero necesitaba que su jefe se lo confirmara—

— Nada. — respondió con tranquilidad el Don.

— ¡Pero jefe! Pude llegar a chivarse

—No lo hará... Dime Nino ¿tú me traicionarías?

— Jamás Vitto.

— Bueno, ahí tienes tu respuesta.

Nino guardó silencio y asintió, la referencia le había quedado clara. Los subordinados volvieron a sus lugares habituales y Elizabeth entró con Vittorio a su oficina donde esperarían a las demás personas principales de la Familia Puzo.

— Lamentó que perdieras tu trabajo.

— No lo hagas... tenía que pasar algún día.

— Liz, no quiero que mal gastes tu vida por mi culpa.

— Deja de decir eso. Nada me hace más feliz que estar a tu lado, y haría cualquier cosa en contal de que sea así siempre.  — Elizabeth se puso de pie para caminar hasta donde estaba Vittorio, se sentó encima de él y le dio una sonrisa dulce para luego besarlo—  Deja de preocuparte, todo saldrá bien.

Vittorio solamente asintió y tomó con delicadeza la mejilla de la señorita para volver a besarla. Al escuchar el sonido de la puerta se separaron rápido y Elizabeth se sentó en un sofá lejos. Tenían la suerte de que todas las personas que les rodeaban eran Sicilianas y no podían verlos juntos.
Cuando Vittorio les dio permiso, Nino, Adriano, Giorgio y Filippo entraron.

Vittorio sintió un poco de nostalgia, su consejero, Carlo. Debía estar ahí.
Intento olvidarse de eso y comenzó hablar con sus subordinados acerca de negocios y demás.
Elizabeth solo escuchaba con atención, siempre lo hacía, admiraba mucho a Vittorio.

— Entonces, ¿Quien matará a Juliano? — Dijo Adrino entusiasmado por auto nombrarse—

Vittorio guardó silencio unos segundo, no quería que Elizabeth hiciera esto en lo más mínimo.

— Elizabeth. — Todos se miraron confundidos, no lograban entender cómo es que la muchacha iba a hacer eso— Ella va a ganarse su confianza para cuando estén completamente a solas o el lugar indicado enviáremos a alguien.

— Perfecto, Leonard ya no es un associati en la familia Juliano, puede ser un filtrado más — Dijo Nino—

— quell'Stronzo sta per morire, nadie tendrá ni la mínima idea de quien fue. — Dijo Adriano—

— Pero si no queremos que sospechen, tendrá que a ver más de un infiltrado, Martino es mi hombre de mayor confianza, puede entrar en la familia Juliano para que ayude a Leonard —Dijo Giogio—

— Tenemos 6 meses, ese maldito debe estar muerto mucho antes, deberás tener cuidado Elizabeth. —Dijo Nino.

— Lo sé... no se preocupen más por mi.

— Bien. Elizabeth volverás a usar el nombre de Lisa Dawson, deberás trabajar ahora en la sala del Gorrión, es un cabaret de Juliano, Leonard, Adriano y Nino te llevarán mañana en la noche, como si fuera una noche de fiesta y luego te dejarán ahí cómo si todo fuera un engaño. — Dijo Vittorio mirando directamente a la joven, solo pedía que nada malo le sucediera o nunca se lo perdonaría.
Los presentes terminaron con su charla y se marcharon, Vittorio subió a su habitación y Elizabet a la suya para descansar... El día siguiente iba a ser muy largo.

•𝑃𝑎𝑠𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑡𝑢𝑟𝑜• #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora